Dolores Castro, una vida dedicada a la poesía se presenta en Bellas Artes

Dolores Castro, una vida entera
 dedicada a iluminar su entorno

Por Karina López Quintana
Reportera Azteca 21

Ciudad de México.- 20 de julio del 2005.- El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), a través del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y de su Centro Nacional de Información y Promoción de la Literatura, el domingo 17 de julio a las 12:00 horas, en el marco del ciclo Literatura en voz alta, Lucía Rivadeneyra sostuvo una entrevista con la poeta, Dolores Castro.

La charla inicia con la bienvenida de la entrevistadora, quien aseguró que era un honor contar con la sonrisa y el corazón de la poeta nacida en Aguascalientes en 1923, y quien como pocas mujeres de su tiempo estudió derecho y la maestría en letras en la Universidad Nacional y Estilística e Historia del Arte en la Universidad de Madrid, España.

De dicha entrevista se pueden rescatar un sinnúmero de elementos claves para tratar de descubrir o redescubrir un verdadero ejemplo de mujer, de espíritu libre, con alegría de vivir, dueña de sus palabras y pensamientos, y sobre todo comprometida con las nuevas generaciones.

La infancia de Dolores Castro estuvo próxima a la revolución y la guerra cristera, fue una etapa llena de temores; a pesar de ello la vivió de una manera intensa ya que asegura que antes de escribir, ella contemplaba todo lo que estaba alrededor para descubrir “que pasaba en este mundo que no lo entendía y no lo he terminado de entender”.

Con la necesidad de comunicar lo que ella tenía por dentro,  manifestó su gusto por escribir. “Yo creo que siempre tuve ganas de comunicar lo que yo tenía dentro, solo que no sabía bien si era dibujando, escribiendo, luego reconocí que lo que me gustaba era escribir y leer, pero también contemplar y entender … y así fui entendiendo algo, sobre todo con la poesía”. 

Su educación de cierto modo religiosa provocó que se preocupara no sólo por lo visible sino también por lo invisible, asegurando así que tanto la vida como la poesía es un acto de fe, “la poesía nos permite llegar a los cielos, conocer más de cerca muchísimo de lo que existe, porque la imaginación-intuición va mucho más de lo conocido, nos revela un poco de lo desconocido”.

De su experiencia en la universidad, aseguró  que “fue vencer una serie de obstáculos, como en la Facultad de Leyes para que me aceptaran, fue como abrir un primer cielo, espero abrir el segundo”. Agregó que fue una etapa maravillosa tanto por sus compañeros (dentro de los que destaca su amiga Rosario Castellanos), mis maestros y la facultad misma.

Habló de su viaje especial con Rosario Castellanos a Barcelona,  “fue un viaje que duró año y medio, viajamos en última e ínfima clase, partimos de Veracruz en un barco que tenía bandera griega, tripulación italiana, era mixta de carga y pasaje, hicimos un mes de Veracruz a Barcelona, fue precario pero no por eso genial”. Un viaje, donde descubrió el valor de la amistad y lo extraordinario de la poesía, “uno puede escribir en cualquier momento y en cualquier circunstancia”.

Dolores Castro a comparación de Rosario Castellanos, en su juventud sí quería tener hijos, y así fue, es madre de siete hijos. Pero, ¿qué pasa con la maternidad y la poesía?
“Es cierto que tener siete hijos no es tan fácil, y sí es más fácil para una persona que escribe poesía, porque generalmente vive en las nubes, entonces mientras lo niños hacen y deshacen uno sigue pensando en la poesía”.

La poeta afirmó que el padre de sus hijos fue el amor de su vida “fue precioso de principio a fin, cuando murió sentí que me habían quitado la mitad de mi ser”, pero aseguró que si uno sigue la vida  trabajando, esto será una consolación, “es decir trabajar es vivir, por fortuna yo sigo trabajando”, creo que puedo comunicar el gran amor que he tenido por la literatura, la poesía particularmente y unidos estos, el amor a la vida”.

Hay que destacar que parte del trabajo de Dolores Castro, fue ser correctora de estilo, escritora, productora de programas de radio y conductora de un programa de poesía con Alejandro Avilés en Canal Once, también colaboró en El Televidente, de Canal 13.  Escribió para  la revista América,  fue jefa de redacción de las revistas Barco de Papel y Poesía de América.

Desde hace cuatro décadas ha participado como tallerista y profesora en instituciones como la Sociedad General de Escritores de México, el INBA y la Escuela de Periodismo Carlos Septién García.

Entre su obra se encuentra: “Evocación y poesía” (1984), “La ciudad y el viento” (1962), “Soles” (1960), entre otras.

Quién es la poeta nacida en Aguascalientes en 1923.

Trabajo

Ha sido correctora de estilo, escritora y productora de programas de radio y conductora de un programa de poesía con Alejandro Avilés en Canal Once, también colaboró en El Televidente, de Canal 13. Ha colaborado en la revista América, jefa de redacción de las revistas Barco de Papel y Poesía de América. Desde hace cuatro décadas ha participado como tallerista y profesora en instituciones como la Sociedad General de Escritores de México, el INBA y la Escuela de Periodísmo Carlos Septién García. Entre su obra se encuentra: Evocación y poesía (1984), La ciudad y el viento (1962), Soles (1960).

Siempre ha reflejado problemáticas humanas y los acontecimientos del corazón y la razón.

Calificativos

La maestra de muy diversas generaciones de poetas y periodistas

La fortaleza de Dolores Castro, quien a sus 80 años puede hacer un largo recuento de su vida, de los obstáculos vencidos, para acuñar profundidad y sabiduría a cada uno de sus escritos.

La vida es un círculo en que algo muere, pero algo revive- en donde uno está de tránsito, como no terminan las estaciones, como no termina la luz al amanecer.

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