Cine al aire libre en Taxco bajo la luna llena y con la imponente iglesia de Santa Prisca a un lado

La fantástica historia que da pie a
 la cinta de caricaturas, es la de un
 diluvio que ocurre en algún
momento de la época actual
Foto: Cortesía FICA

Por Javier Pérez
Reportero Azteca 21

Taxco, Guerrero. 30 de abril de 2007. Las exhibiciones al aire libre de la tercera edición del Festival Internacional de Cine de Acapulco comenzaron el Día del Niño con la proyección de “El arca” (La prophetie des grenouilles; Francia, 2003), de Jacques-Remy Girerd, en la Plaza la Borda en el centro de Taxco, sede alterna del festival.

La cinta, ya programada en el circuito comercial de la ciudad de México y en algún Tour de Cine Francés, tiene una propuesta alejada del estilizado dibujo por computadora. La suya se detiene en el trazo a mano y deliberadamente caricaturesco.

La fantástica historia que da pie a “El arca” es la de un diluvio que ocurre en algún momento de la época actual y que aparentemente afecta a todo el planeta. El niño Tom, sus padres adoptivos (Juliette y el Abuelo) y la niña Lili, a la que han accedido a cuidar mientras sus papás se introducen a la selva africana para enriquecer su zoológico,  se encuentran en su granja (ubicada en lo alto de un cerro) cuando entienden tardíamente el mensaje que les da un grupo de ranas y la tormenta los toma por sorpresa.

Todos acaban refugiados en el molino, el cual consigue mantenerse a flote aun y con la tremenda carga de animales salvajes que han llegado hasta ahí. Así, los humanos son acompañados por jirafas, elefantes (unos personajes que siempre aportan comicidad), leones, tigres, osos, gatos, gallinas, pumas, una peculiar tortuga a la cual rescatan y un montón de papas que les sirven de alimento.

La etapa de espera a que la inundación se seque funciona para que el realizador, Jacques-Remy Girerd, entregue apuntes sobre la condición humana reflejados en los personajes de animales: los carnívoros que se rebelan y acaban con las gallinas, la muerte de los seres queridos, la soledad, la fortaleza de los vínculos afectivos, los engaños y traiciones, la enfermiza búsqueda de poder y hasta la felicidad y grandeza de un nacimiento y del amor.

Y aunque “El arca” correa un ritmo semilento, no dejará de ser entretenida, colorida y, hasta cierto punto, encantadora. Al menos esa impresión queda luego de verla bajo la luna llena y con la imponente iglesia de Santa Prisca a un lado.

Comentaros a esta nota: javier.perez@azteca21.net

Leave a Reply