Amor, de mis amores…
Sara Pérez era originaria de San Juan del Río, Qro y conoció a Mercedes y Magdalena Madero en el Colegio “Notre Dame” en California en 1893. Francisco le vió por primera vez en la Ciudad de México y se enamoraron.
El paraiso existe, se llama México…
Sara Pérez era originaria de San Juan del Río, Qro y conoció a Mercedes y Magdalena Madero en el Colegio “Notre Dame” en California en 1893. Francisco le vió por primera vez en la Ciudad de México y se enamoraron.
Con su levita negra, el semblante sereno y las manos a la espalda, el presidente conversaba pausadamente, pero su mirada era triste, Benito Juárez cargaba una pena en el alma, extrañaba a su amada Margarita, fallecida el 2 de enero de 1871 en su casa, ubicada en San Cosme.
“Si, ya sé que es muy feo, pero también es muy bueno”, solia decir Margarita Maza, cuando le preguntaban “pero ¿Qué le vista a Benito, mujer?”. Se casaron el 31 de julio de 1843 en el templo de San Felipe Neri en Oaxaca, Juárez tenía 37 años y Margarita apenas 19.
Victoriano Huerta puso sus ojos en Mercedes, pero la joven no le tiró ni un lazo, estaba enamorada de otro militar, Joaquín Mass, con quien se casó en 1879.
Con el corazón hecho jirones y para no estar lejos de su amada, empezó a cortejar a María Francisca de Paula Emiliana Ninfa Aguila, mejor conocida como Emilia y hermana de su amor frustrado.
Me llaman el mil amores
“El Lencero” tenía una extensión de casi 2,000 hectáreas y fue testigo de aventuras pasionales, bodas, conspiraciones, peleas de gallo; el refugio personal del general Santa Anna.
Por un amor, me desvelo y vivo apasionado, tengo un amor…
Katerina Matilda Kruger, Hilda para sus conocidos, es el nombre de la rubia alemana que los servicios de inteligencia de los Estados Unidos tenía fichada como espía nazi y pudo residir en México y seducir a varios de los altos funcionarios del gobierno de Miguel Avila Camacho.
Amor mío, tu rostro divino…
Tan bueno para la guerra como para las artes amatorias, durante los años de guerra Porfirio Díaz dedicó algunas horas al amor fugaz, antes de dar el paso hacia el registro civil, instituido apenas ocho años atrás en 1859.