El mundo inquieto por elecciones en EU

Las ya inmediatas elecciones en Estados Unidos serán las intermedias más esperadas de todos los tiempos, el foco de la geopolítica está puesto en ellas y lo hace con un amplio consenso, al menos en la arena internacional: el mayor deseo es que los republicanos cedan espacio legislativo y en las gubernaturas que serán renovadas permitiendo con ello que los demócratas ganen mayor cuota de poder.

            Al menos eso se quiere en Europa tan vapuleada y maltratada por Donald Trump desde que llegó a la Presidencia, y no hace mucho de ello ni siquiera cumple todavía dos años en la Casa Blanca… y como ya lo ha dicho y últimamente lo reitera el magnate inmobiliario su intención es quedarse dos períodos de cuatro años.

            Para evitar esa “eternidad” de ocho años de Trump liderando a la Unión Americana y provocando el (des)equilibrio global, para eso precisamente están dichas elecciones, como una luz de esperanza: si los republicanos pierden escaños y ceden el poder también en los estados claves electorales se abrirá entonces una gran oportunidad para evitar que el fascismo que gobierna allende las fronteras pueda ser detenido.

            Las dos vías podrían ser antes de cumplirse los cuatro años de gobierno de Trump, para eso el fiscal especial Robert Mueller que investiga la injerencia rusa en la trama electoral que favoreció a Trump para llegar al poder en 2016, podría entonces contar con los elementos suficientes para impulsar un impeachment contra Trump.

            También se habla de activar la Vigesimoquinta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de América referida a la actuación del “vicepresidente y la mayoría de los principales funcionarios de los departamentos ejecutivos o de cualquier otro cuerpo que el Congreso autorizara por ley transmitir al presidente pro tempore del Senado y al presidente de la Cámara de Representantes, su declaración escrita de que el presidente está imposibilitado para ejercer los poderes y obligaciones a su cargo”.

            La realidad es que mientras Trump siga gobernando y lo haga además con mayoría a su favor no va a suceder jamás sacarlo de Washington antes de 2021 y tampoco se podrá evitar su reelección por otros cuatro años más.

            Estos días llenos de editoriales espinosos y algunos apelando a la inteligencia del norteamericano para que “enmiende”  el error de haber metido a Trump al frente del  Gobierno, mucho se habla de lo que se juega en la política interna y desde luego en el papel de Estados Unidos en el concierto internacional.

            Para un hombre con la personalidad fascistoide de Trump obtener más poder en el Legislativo implicará darle más ínfulas para exacerbar su política interna de odio al no estadounidense, y que quede muy claro además para todos los afroamericanos, judíos, chinos, árabes y latinoamericanos que votaron por Trump en 2016: el actual presidente tiene en mente negarle la nacionalidad a los hijos nacidos en territorio estadounidense que provengan de un inmigrante.

            Así como en 2016 hubo muchos inmigrantes que votaron por Trump azuzados por su discurso de evitar que lleguen más extranjeros –sobre todo ilegales- en su política de puertas cerradas, y en su pensamiento arcaico, esos inmigrantes que le votaron sintieron que si ya estaban dentro “que nadie venga de fuera a quitarme ni mi trabajo ni mi salario” porque un inmigrante siempre ve como competencia a otro inmigrante dentro del mismo escalafón.

            Pues bien vamos a ver si nuevamente hay inmigrantes que votan por republicanos a sabiendas de que Trump piensa enviar al Congreso una reforma de ley para no conceder la nacionalidad a los hijos de inmigrantes nacidos en territorio estadounidense.

            El meollo está en el ciudadano blanco promedio que se siente más poderoso en la medida que ve a su presidente amenazar al mundo entero; que se siente más norteamericano en la medida que sabe que Trump perseguirá a los inmigrantes a como dé lugar; que se encuentra en las palabras malditas de la persecución al otro, que descarga sus frustraciones en el odio inflamado y que siente que su nación recupera la potestad arrebatada por China gracias a la política matona del sheriff Trump.

A COLACIÓN

            En campaña, el dignatario norteamericano ha usado una retórica xenófoba y ha utilizado como baza los buenos datos de la economía así como del empleo; sin embargo, ¡cuidado!, no son más que la expresión del ciclo de recuperación de los últimos años del gobierno de Barack Obama a los que se añade el combustible de la política fiscal propuesta por Trump.

            Estos últimos días han sido de mucha confusión, partiendo de qué manos están detrás de la caravana de hondureños y ahora de salvadoreños… miles que de “repente” sin más, han salido de sus respectivos países como si fuesen refugiados de guerra. ¿Quién los está organizando in situ? La mano dura y el “no pasarán” o inclusive el amenazar con dispararles es la mejor propaganda para los republicanos.

Finamente, ¿qué estará en juego el miércoles? El Senado renovará algunos escaños actualmente tiene 49 asientos para los demócratas y 51 para los republicanos; la Cámara de Representantes tiene 194 legisladores demócratas y 241 republicanos, si consiguen 24 asientos de los republicanos,  los demócratas tendrán mayoría en la Cámara de Representantes. También serán renovadas 36 de 50 gubernaturas y habrá votaciones estatales y locales. La clave, para los demócratas, será hacerse con el control de la Cámara.

Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales

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