Puede que México sea el lugar de la ventura de Ventura

Benéfico es para la tauromaquia mexicana que tres jinetes relevantes vengan a torear con mexicanos; los hispanos no actuarán juntos porque, entre otras cosas, la papeleta sería de muchos dólares o euros.

Pablo Hermoso de Mendoza Cantón es el amo del toreo en México. Si bien es cierto que su luz empieza a menguar, el navarro hace y deshace en este país. Para los empresarios representa dinero, eso es lo único sustancial, si se pisotea la fiesta mexicana, ni modo, son normales los daños adyacentes.

Cuando Pablo debutó en México hace 19 años dio muestras de su toreo vanguardista, de la evolución que él le dio al rejoneo. Con el paso del tiempo cambió. Si el público se conformaba con verlo montar, para qué exponer de más en el ruedo, por qué lidiar toros bien presentados. Al grueso de la gente no le importa que los animalitos a los que se enfrenta casi no tengan cornamenta, tampoco que los deje medio muertos con el rejón de castigo y se concrete a girar en derredor de los toritos.

Nadie, absolutamente nadie puede -ni quiere- detener sus fechorías; ni empresarios, ni autoridades, ni mucho menos otros rejoneadores.

Por eso será benéfico para la fiesta que Hermoso sienta un poco de presión de otro colega. Quizá Andy Cartagena no sea el rival que le apriete.

Pero con Diego Ventura las cosas cambian, tienen una rivalidad fortísima que Hermoso de Mendoza trata de ignorar. Diego, de varios años a la fecha, no deja de realizar gestas, este año cortó un rabo en Madrid. En aquella plaza que funciona desde hace 87 años sólo se han cortado dos rabos. Uno a cargo de Palomo Linares en mayo de 1972 y el 9 de junio del presente año el de Ventura.

Para rematar la presente temporada, Diego Antonio Espíritu Santo Ventura, quiso torear una encerrona en Madrid, será el sábado próximo, la primera de un torero de a caballo en el coso venteño. Además le tira el guante a Hermoso: “Una figura, a pie o a caballo, tiene que lidiar todos los encastes”; lo demuestra con hechos: matará dos toros de Miura, dos portugueses de María Guiomar Cortés de Moura y otro par de Ángel Sánchez.

Pablo no quiere torear con Diego en España. Desde hace un par de años Ventura declaró: “ojalá algún día tanto la empresa (de Madrid) como Pablo tengan la vergüenza torera de hacer un mano a mano”.

Antonio Lorca, cronista y columnista de El País, escribió en junio de este año: “El caso del rejoneador Diego Ventura no tiene explicación racional alguna. El hecho de que una de las grandes figuras del rejoneo de todos los tiempos esté vetada en algunas de las ferias más importantes de España y Francia no es más que el síntoma de la enfermedad incurable que padece la fiesta de los toros”.

Taurinamente Ventura está arriba de Hermoso de Mendoza. Si Diego se asesora inteligentemente para su campaña mexicana, a lo mejor no lo tumba del pedestal, pero al menos lo zangolotea. Por principio Diego debe cumplir. Es conocido que hace seis años un empresario lo amenazó con meterle un balazo a uno de jamelgos por no cumplirle. Otro de plano lo metió a la cárcel. Agregue usted las que no se conocen, por eso ya nadie lo contrató, tuvo que regresarse.

Ojalá Diego no decida a venir a México a cometer “pabladas”. Si decide rejonear ganado serio, sin mutilar cornamenta y sin trampas en el ruedo, la tauromaquia ganará. Verá al mejor rejoneador del mundo en plenitud de facultades y le dará una despertada a su rival. Puede que México sea el lugar de la ventura de Ventura.

Imágenes: Internet

Leave a Reply