A través de una conferencia Jorge Reynoso Pohlenz celebró el arte regido por el color del artista zacatecano Pedro Coronel

La Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes fue sede de la conferencia “Pedro Coronel. Modernidad ancestral”, en la que el curador e investigador y actual Subdirector del Museo de la Cancillería, Jorge Reynoso Pohlenz, presentó un análisis de la obra, vida e influencias del “hijo predilecto” de Zacatecas, a 97 años de su natalicio.

Organizada por la Coordinación Nacional de Artes Visuales del INBA y con la presencia de su titular, Magdalena Zavala Bonachea, la ponencia se centró en el texto “Presentación de Pedro Coronel” de Octavio Paz, quien escribió que el artista “concibe la pintura como una constelación de significados, como un lenguaje… La pintura, la poesía, se sirven de Coronel para manifestarse. La relación de este artista con la pintura es erótica mejor dicho, amorosa…”

Pedro Coronel descubrió en la pintura universal una compresión más profunda del arte de su pueblo, tal como sucedió al suizo Paul Klee, quien viajó a África, o a Vincent van Gogh quien siendo holandés fue al sur de Francia para encontrar su sensibilidad. “Esta experiencia cosmopolita les permitió tener un criterio más amplio respecto a su trabajo y la forma de reflejar una identidad”, aseguró Reynoso Pohlenz.

Nacido el 25 de marzo de 1921, el artista zacatecano se dejó fascinar tanto por la estética precolombina y el arte tribal africano, como por el vanguardismo cubista y expresionista, así logró configurar una modernidad ancestral, con lo que demostró que distintas culturas, épocas y sentires son compatibles e incluso concordantes, a pesar de la distancia temporal.

“Es parte de una generación neoplasticista donde hay un retorno a la materia del arte… nos ofreció una visión distinta de lo cotidiano”, expuso el curador, quien fue agregado cultural de la Embajada de México en Rusia y uno de los gestores de las exposiciones Vanguardia rusa y Marta Palau. Tránsitos de Naualli, presentadas en el Museo del Palacio de Bellas Artes.

Coronel, quien comenzó sus estudios en arte al cumplir su mayoría de edad en la Escuela de Escultura y Talla Directa, hoy Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, es un escultor de las formas, una persona siempre fascinada por la idea del moldeado, el tallado y el forjado, tanto en su obra como en el arte en general.

Pedro Coronel se inició como escultor con los reconocidos artistas Juan Cruz y Francisco Zúñiga, y posteriormente tuvo influencia del muralista Diego Rivera, quien le enseñó a encontrar las formas de la escultura prehispánica en la obra propia.

Durante su estadía en París, de 1946 a 1948, fue cercano a Octavio Paz  y frecuentó los talleres de los rumanos Victor Brauner y Constantin Brancusi, con quienes coincidió en la búsqueda de la esencia de la forma en la escultura y se nutrió del surrealismo que interrelacionaba magia, alquimia y fenómenos psíquicos, retomando un simbolismo erótico con elementos surrealistas.

Coronel ha sido reconocido con el Premio Nacional de Artes Plásticas, el Premio de Pintura José Clemente Orozco y la Mención Honorífica Especial en Escultura, en la Segunda Bienal Interamericana de Pintura, Escultura y Grabado, en el Palacio de Bellas Artes.

Jorge Reynoso Pohlenz, quien también ha sido Subdirector en el Museo de Arte Carrillo Gil y Director de la Sala de Arte Público Siqueiros del INBA, sostuvo que, a pesar de haber sido parte de la Generación de la Ruptura, junto con José Luis Cuevas, Juan Soriano y Manuel Felguérez, entre otros, Pedro Coronel se mantuvo alejado de la política.

Más allá de ser un creador visiblemente influenciado por lo prehispánico, Pedro Coronel no escapa a la sentencia que hace el nobel de literatura, Octavio Paz, quien asegura que todos los artistas están condenados a ser modernos.

Fuente: (CONACULTA)

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