“Amalia Hernández. Artista universal y profeta en su tierra”, un libro que mantiene viva la memoria y herencia de la coreógrafa mexicana

Amalia Hernández. Artista universal y profeta en su tierra, de Margarita Tortajada, investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón, es el título de este material.

En el evento, la titular del INBA estuvo acompañada de Salvador Rueda Smithers, director del Museo Nacional de Historia; Cándida Fernández de Calderón, directora de Fomento Cultural Banamex y la autora del libro.  

Lidia Camacho destacó el hecho inédito e histórico de realizar la presentación de dicho volumen en el Castillo de Chapultepec. “Es muy importante que festejemos a Amalia Hernández no solamente en su casa que es el Palacio de Bellas Artes sino en otros espacios tan emblemáticos como es este Castillo”.

Hernández marcó un antes y un después en la danza. La pieza mayor de su obra es el Ballet Folklórico de México, aseguró, “un triunfo personal de su talento y su carácter, del empeño de los grupos que ella formó y encabezó, de la respuesta que mereció de toda una comunidad: la dancística”.

Reconoció el trabajo de Salvador López, nieto de Amalia, por su extraordinaria vocación de lucha y por tener presente al Ballet en todo el país. Gracias a ti, dijo, el Ballet ha tenido el impulso y la importancia que hoy día goza no solo en México sino en el ámbito internacional.

Subrayó que con motivo del centenario del nacimiento de Amalia Hernández se realizaron múltiples actos en los que se reconoció, más de una vez, que el Ballet Folklórico de México, a lo largo de su trayectoria, ha constituido una presencia cálida, fina e impecable, una prueba del vigor de nuestra tradición y un auténtico representante del arte de México ante el mundo.

El término de los festejos, mencionó Camacho, es la presentación de este libro que recoge los pasos que Amalia dio antes de ver cumplida su misión, el legado del que gozan las generaciones del presente y del que gozarán las del futuro, un libro que ofrecen a los lectores la Secretaría de Cultura, el INBA, Fomento Cultural Banamex y Fundación Roberto Hernández Ramírez.

Felicitó también a Margarita Tortajada “por tan brillante trabajo y a quienes mantienen viva la memoria y la herencia de Amalia Hernández, como lo han hecho todos los que han participado en la edición de este hermoso libro”.

Salvador Rueda Smithers, en su papel de anfitrión, dio la bienvenida a todos los presentes, e hizo una reseña del Castillo de Chapultepec, desde que era un retiro religioso del emperador Moctezuma y las sucesivas etapas históricas que tuvo, hasta que en 1939, Lázaro Cárdenas lo convirtió en el Museo Nacional de Historia.

A partir de ese día, señaló Rueda Smithers, Mnemosina, personificación de la memoria y madre de las musas, habita en este edificio.  

No es casual ni le falta lógica que en el Castillo de Chapultepec, lugar de la memoria, se evoque a un personaje propio del horizonte artístico como Amalia Hernández, las musas están en la raíz de la palabra museo, asentó el director del recinto.

Indicó que Amalia Hernández supo respetar los rasgos elementales de la música y las danzas populares, de los sones, colores y ritmos locales para transformarlos en una de las bellas artes.

Abrió en un escenario lo que hasta entonces estaba enconchado y le agregó valor, el mosaico de las culturas mexicanas lo hizo ecuménico.

“Hoy conmemoramos el centenario de Amalia Hernández, lo hacemos en la casa de la memoria, con un libro y con un espectáculo de danza, recordarla con el ejercicio del espíritu y de los sentidos”.

Y agregó: “Amalia nació en un día acorde con su alma telúrica e inquieta, tremenda y destinada a no dejarse tocar por el olvido, el 19 de septiembre de 1917”.

En su oportunidad, Cándida Fernández de Calderón habló de la labor editorial de Fomento Banamex y mencionó que el libro dedicado a Amalia Hernández no solo habla de su vida y trayectoria, sino que también retrata a México, por lo que trasciende el plano biográfico.

Margarita Tortajada finalizó las intervenciones haciendo un recuento también de los inicios de Amalia Hernández en la danza, las instituciones de las que formó parte, los bailarines que influyeron en ella y que al final conjuntó para hacer una nueva propuesta: la danza folklórica escenificada.

Amalia Hernández es una persona importantísima, además de embajadora de México. En el mundo entero se piensa en lo mexicano en términos de Amalia Hernández y, aquí mismo, nosotros nos identificamos, nos reconocemos en lo mexicano que proyecta la obra de Amalia Hernández, finalizó la investigadora.

Fuente: (inba.gob.mx/prensa)

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