¿Choque de civilizaciones?

Para tomar el pulso a la situación real de Europa y de España,  hace unos días consulté  a dos reputados expertos en demografía, prospectiva y análisis estadístico como son Antonio Argüeso Jiménez,  titular de la Subdirección General de Estadísticas Sociodemográficas del Instituto Nacional de Estadística de España y Alejandro Macarrón Larumbe, director General  de la Fundación Renacimiento Demográfico. 

¿Se está islamizando Europa junto con España? Para responder este cuestionamiento,  Argüeso Jiménez se apoya en la evolución de las cifras contantes y sonantes: “España empezó a recibir inmigración masiva desde finales de la década de 1990 sobre todo desde 1998. Pero sobre todo se trata de inmigración desde América del Sur al principio y Europa después (sobre todo de Rumanía).  En 2002 había en España 1.7 millones de extranjeros de los cuales el 40% eran americanos, 34% europeos y el 21% africanos. En 2012 el número de extranjeros subió hasta 5.3 millones, de los cuales el 45% eran europeos, el 20% africanos, el 29% americanos”.  

Dentro del componente de  población en España,  ¿cuáles son los grupos de inmigrantes que más crecen? Actualmente en España, aclara Argüeso Jiménez,  está creciendo sobre todo la población de colombianos, venezolanos y de italianos, si bien en este último caso en gran medida son personas con nacionalidad italiana pero que provienen de países latinoamericanos.

“Destaca también la llegada de un número creciente de hondureños, que ya se sitúan en cuarto lugar en cuanto a las nacionalidades que más han aumentado en 2016 en España”.

            Hay analistas que consideran que observando las estadísticas de los últimos cuarenta años, en el país ibérico se infiere un retroceso grave en la reproducción de los españoles y en contrasentido acontece lo contrario con los grupos de inmigrantes, ¿es esto cierto?

En palabras del experto del INE: “El número de hijos por mujer en el caso de españolas se sitúa actualmente en 1.27 y en el caso de las madres extranjeras en 1.70, es decir, tanto la fecundidad de las españolas como la de las extranjeras es baja en España. El 18% de los nacimientos en España son de madre extranjera”.

Hay versiones que añaden que el país ibérico está siendo receptáculo de un importante flujo de migración islámica, de Medio Oriente y de África, ¿esto es así? ¿Puede este flujo demográfico convertirse el día de mañana en un grave problema de convivencia social en España? 

“Si analizamos la población nacida fuera de España vemos que viven actualmente un millón de africanos, de los cuales 700 mil  son de Marruecos. De Asia en su conjunto apenas 400 mil. En cambio hay 2.3 millones de personas procedentes de América Latina”.   

A COLACIÓN

Para Alejandro Macarrón Larumbe, director General de Fundación Renacimiento, hablar de inmigración en Europa es un tema “muy caliente” al tiempo que explica que en Europa Occidental la salud demográfica de Alemania, Italia, Portugal, Grecia y España es muy precaria y con tendencia a empeorar.  

“Además de estar muy envejecidos todos estos países, en los cuatro primeros hay desde hace años más muertes que nacimientos, algo que también sucedió en España en 2015 y es de prever que pase de nuevo en años subsiguientes”.

            El también prolífico autor de sendos libros dedicados al llamado invierno demográfico alude al caso de Alemania cuya población en edad activa se reduce año a año “con lo cual, o bien el país germano importa mano de obra del exterior o languidecería  poco a poco”.

            “Desde 1972, en Alemania muere más gente  de la que nace. Entre 1995 y 2015 ambos inclusive, el país germano registró 2.85 millones más muertes más que nacimientos, saldo negativo acumulado que en Italia fue de casi 800 mil personas en el mismo intervalo temporal”, añade Macarrón Larumbe.

            Para el escritor de “Suicido demográfico  en Occidente y medio mundo”, las autoridades germanas han reconocido que la falta de nacimientos es uno de sus principales problemas de fondo y llevan años ofreciendo sustanciosos incentivos y compensaciones  económicas a la natalidad.

            Además está Italia. Macarrón Larumbe agrega que está casi igual de envejecida que Alemania:  “Y aunque  lleva menos años que el país germano con saldo negativo entre nacimientos y defunciones, la magnitud de los números rojos en su cuenta de resultados nacional de la vida y la muerte está creciendo de forma exponencial y ya supone un porcentaje similar al de Alemania en relación a la población”.

Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales 

 

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