Publican “La institución significada: los pueblos indígenas en la Sonora Colonial y Republicana”, libro de Zulema Trejo Contreras

El trabajo fue realizado por Zulema Trejo Contreras, investigadora de El Colegio de Sonora; Raquel Padilla Ramos y Esperanza Donjuan Espinoza, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), así como Dora Elvia Enríquez Licón, de la Universidad de Sonora, quienes analizaron bases de datos, cartografía, documentos e hicieron entrevistas.

Zulema Trejo Contreras 2Zulema Trejo Contreras.Al respecto, Zulema Trejo Contreras manifestó que el propósito de este proyecto consistió en investigar de manera profunda a los grupos indígenas de Sonora, enfocándose en los factores simbólicos, todo aquello que subyace a los acontecimientos históricos, por ejemplo, en la defensa del territorio yaqui, el significado de la guerra, los caminos, el río y el territorio para los pueblos indígenas.

Al respecto, detalló en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt: “El libro se divide en cuatro capítulos: el primer capítulo hace un recorrido, un balance historiográfico sobre cómo se ha trabajado el tema de los grupos indígenas a nivel nacional y estatal. En el siguiente capítulo presentamos el enfoque teórico que utilizamos, lo describimos, decimos cómo lo vamos a usar”.

En el tercero y cuarto capítulos se plasmó una aplicación de ese enfoque teórico. En el tercero se estudian las cuestiones religiosas, el territorio y la forma de gobierno, desde la perspectiva indígena; mientras que en el cuarto se analiza la territorialidad y la frontera simbólica, que es donde convergen las relaciones formadas entre el mundo de los grupos indígenas, con las formas del mundo de los mestizos.

“Hay rasgos que tienen en común y que los hace unirse en la defensa o el ataque a diferentes cosas, o sea, no son sociedades separadas, son sociedades que están implicadas unas con otras, y eso es algo que no se había visto antes, siempre se les concebía por separado: por acá las sociedades indígenas, por allá la sociedad mestiza, y en realidad no, están compenetradas, hay muchas cosas implicadas”, explicó.

Rutas y caminos

Por su parte, Esperanza Donjuan Espinoza realizó una investigación sobre las rutas y caminos en Sonora de los siglos XVII al XIX, a partir de diarios o derroteros elaborados por militares o jesuitas, fue ubicándolos, hasta trazar una cartografía histórica, cuyos resultados quedaron plasmados en este libro.

Lainstitucionsignificada1Refirió que anteriormente se tenía la idea de que esta entidad había permanecido en una especie de aislamiento geográfico porque se ubica entre la Sierra Madre Occidental y el litoral del golfo de California, a esto se le suma la presencia de grupos indígenas que no eran dóciles a la corona, como los apaches al norte, o los seris y yaquis al sur.

“Con otra mirada, hemos visto que no hay estos aislamientos, la sierra permite el paso de grupos que tienen relaciones de un lado y otro de la sierra, y además, los grupos indígenas no todo el tiempo están en guerra, hay conflictos, pero hay armonías, se celebran paces para poder resistir, si no se agotan y tienen que recuperarse, y van celebrando paces o momentos de paz, y luego otra vez se da el conflicto y se emprende la guerra armada”, expresó.

Esto amplía la visión con relación a un uso exclusivamente comercial y para la obtención de bienes materiales de estos caminos y rutas, así como los circuitos mercantiles que conformaban. Existen evidencias de que geográficamente estos espacios eran utilizados como lugares de refugio en épocas de conflictos fuertes, y resultaron definitivos para la supervivencia de los grupos indígenas durante las rebeliones. Además, por ellos transitan personas, cuyo contacto propiciaba el intercambio de costumbres, devociones, hábitos, ideas, idiomas y vestimentas.

“En los cañones de la sierra, por ejemplo, se tiene posibilidad de sobrevivir, ya que un cañón posee características que permiten la subsistencia: siempre hay una fuente de agua en las cercanías, un lugar para el cultivo y se pueden tener unos pocos de animales de cría menor, lo que permite la subsistencia”, ejemplificó.

Además, estos espacios resultaron muy importantes porque hasta el siglo XVIII los caminos y rutas eran desconocidos para los militares españoles, pues fue hasta esa época cuando arribaron ingenieros, quienes comenzaron a elaborar los primeros mapas levantados en el sitio, y entonces comenzó un periodo difícil para los grupos indígenas, pues ya no tuvieron el monopolio del conocimiento sobre la geografía del lugar.

Captura de pantalla 2017 10 18 a las 12.02.20 pEsperanza Donjuan Espinoza.Entre los siglos XVII a XIX, se encuentra documentada la existencia de dos grandes rutas para comunicar las provincias de Sonora con la capital de la Nueva España: la ruta de la costa, que era conocida como Camino Real Costero, este salía de lo que hoy es la Ciudad de México, pasaba por Guadalajara, Nayarit y seguía por el litoral hasta llegar a Sonora; la otra era conocida como el Camino Real de Tierra Adentro, este conectaba el centro con el norte del país y había un ramal que conducía del mismo a las provincias de Sonora.

“Sin embargo, los caminos que tomamos en cuenta para nuestro estudio son otros, los caminos internos, en toda esta época y hasta el siglo XIX, van a ser los propios ríos, seguían su curso, no había una estructura caminera que se haya construido o empedrado, eran caminos de herradura sencillos, simples veredas, y por eso es muy fácil entender esa comunicación que se tenía entre los pueblos indios entre sí”, destacó.

Por último, Donjuan Espinoza señaló que los lugares sagrados de los indígenas generalmente se ubican en los cerros, pues estaban acostumbrados a realizar sus rituales en lugares abiertos. A estos se llegaba a través de los ríos, por caminos de huella que corrían en paralelo, mismos que se recorrían a pie, por ello los españoles no podían acceder a estos lugares, pues se desplazaban en caballo o en mula.

La institución significada: los pueblos indígenas en la Sonora colonial y republicana  es un libro editado por El Colegio de Sonora, publicado en el año 2017, ISBN: 978-607-8480-69-2.

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