Mary Carmen, “La Pregonera”, iluminó Huamantla con su prosa en “la noche que nadie duerme”

El pregón taurino estuvo a cargo de Mary Carmen Chávez Rivadeneyra, primera pregonera de este país, mujer enamorada de la fiesta de los toros, socióloga, escritora, columnista, un personaje que le aporta bondades a la tauromaquia. En una época en que algunos piensan que el espectáculo taurino, lejos de ser arte, es salvajismo, intelectuales como la señora Chávez Rivadeneyra, demuestran que la fiesta de los toros no es para salvajes, es una actividad cultural.

Huamantla debería cacarear fuertemente la corrida de las luces y el pregón taurino. Ambos lo valen. Los dos acontecimientos requieren difusión nacional.

El gobierno gasta en propagar el estado de Tlaxcala, ahí tienen dos elementos de categoría para presumirlos, casi a la altura de las alfombras del 14 de agosto, esa noche que nadie duerme, la de las alfombras en las calles de la ciudad para la procesión de la Virgen.

El primer pregón en este país se realizó en Huamantla en 2013, correspondió al periodista Rafael Loret de Mola el honor de ser el primer pregonero, también lo ha sido Leonardo Páez, ya en otros sitios del país se sigue el ejemplo de Huamantla.

Personajes como Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Francis Wolff, Manuel Benítez Carrasco, entre muchos más, han sido pregoneros en Sevilla, véase la categoría que le dan al pregón en la capital andaluza.

El pregón no es una conferencia cualquiera, tampoco es sinónimo de tertulia, charla, etc., no se le puede poner un tema, ni se debe chotear, exclusivamente es para anunciar La Corrida de las Luces, que se realiza desde 2007. Antes de ese año había festejos taurinos nocturnos, pero sólo eso. El empresario José Antonio González Chilolín implantó la singular corrida.

Taurinamente siempre había sido un desastre dicha corrida, este año mejoró. Se lidiaron seis toros de la divisa rojo y negro de Piedras Negras, bien presentados. El sexto fue devuelto, salió un novillo de Los Encinos, como sustituto, se llevaron al baile a Miguel Ángel Arroyo quien debutó como juez. Esa noche se les olvidó darle gafete al ganadero de Piedras Negras, Marco Antonio González, alguien se tiró la puntada de sacarlo del callejón.

Miguel Ángel Arroyo le dio seriedad al palco durante las cuatro corridas de feria, no regaló orejas; se le escaparon tres bureles anovillados: aquel de Los Encinos, uno de Coyotepec y uno de De Haro.

En años anteriores los palos a los aficionados estaban a la orden del día. Esta vez el presidente Municipal de Huamantla, Jorge Sánchez Jasso, decidió agarrar el toro por los cuernos realizando la feria taurina. Nombró al picador Pedro López como organizador y las cosas mejoraron considerablemente.

El trapío del ganado que se lidió fue satisfactorio, de 26 cornúpetas, 23 cumplieron.

Fallaron en las puyas que se usan en la suerte de varas, éstas deben regirse por el reglamento, el asunto es imputable a las autoridades de plaza quienes deben exigir a la empresa una caja con las puyas. Las autoridades de plaza son nombradas por el municipio, en este caso la propia empresa.

Cuando los toros están bien presentados, los picadores se dan vuelo castigando toros, siempre con el aval de los matadores. Ambos son responsables del tamaño de las puyas y de la intensidad con que se pican los toros.

La feria ha terminado, para quedar con buen sabor de boca le comparto la siguiente frase.

“Amar: es bordar un terno, escribir de toros, llorar la muerte de uno de los nuestros, criar un toro, tomar la foto, hacer un par de banderillas; amar, es entonar un olé desde la entraña, es marcar los anillos del ruedo, tocar pasodoble, torear a la Verónica; amar es un verbo, que los taurinos podemos conjugar en todos sus tiempos y con todos sus protagonistas, dentro y fuera del ruedo”. Un párrafo del texto de Mary Carmen, la pregonera.

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