Nuevo veto a Corea del Norte

“Ante el estallido de una crisis internacional, cada vez con mayor frecuencia los Estados optan por recurrir a la adopción de sanciones internacionales como alternativa al uso de la fuerza armada”.

¿Bajo que base jurídica se avala? Se fundamenta en el  Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas y en los artículos 39 y 41 relativos a las medidas coercitivas contra terceros.

En1966 se llevó a cabo la primera actuación en dicho año la ONU decidió imponer un boicot comercial en contra de Zimbawe (en ese entonces Rodesia del Sur) debido a la declaración de independencia ilegal proclamada por la minoría blanca.

En contexto, el organismo internacional lleva a cabo varios tipos de acciones punitivas: diplomáticas, económicas, militares, deportivas hasta ambientales y las ejerce ya sea contra una persona física o moral; un grupo en el poder y contra gobiernos nacionales. 

            Adicionalmente a la ONU -como gran mediador- también existe en el derecho internacional la potestad de llevar a cabo sanciones unilaterales (de un país versus otro país); multilaterales (de un grupo de países contra otro); bilaterales (de dos países contra otro);  regionales y de otros organismos internacionales como la UE contra terceros. 

A COLACIÓN

Se trata de una las economías más aislada de los tratados multilaterales y con Estados Unidos tiene una larga historia de roces derivada de la Guerra de Corea; las primeras sanciones a Corea del Norte se establecieron en 1950.

            Bajo el régimen heredado a Kim Jong Ung en 2013, el programa nuclear desarrollado motivó nuevas restricciones que incluyeron la prohibición de suministro de armamento y una negativa de acceso al sistema financiero internacional.

            Las pruebas con misiles intercontinentales han encendido todas las alarmas no  nada más de Estados Unidos sino también  de aliados regionales como Corea del Sur y Japón.

            El 4 de julio fue presentado un vídeo del lanzamiento de un misil intercontinental capaz de llegar hasta Alaska, tal y como confirmó la Agencia Oficial Norcoreana se trató de un proyectil Hwasong-14; el 28 de julio, el Senado de Estados Unidos determinó recrudecer las medidas punitivas contra Corea del Norte. 

“Queda penalizada la venta de determinados minerales y material militar a Corea del Norte y se refuerzan las inspecciones a barcos que atraquen en Estados Unidos de países que no respeten las resoluciones de la ONU sobre Pyongyang o que hayan visitado el país asiático”.

Al día siguiente del anuncio del Senado, Kim Jong Ung ordenó una nueva prueba balística intercontinental  con un arsenal que cayó en el Mar de Japón ante el desconcierto global.

            En consecuencia,  tanto  Estados Unidos como Corea del Sur, lanzaron una serie de misiles “como estrategia preventiva” mientras que el Pentágono desplazó nuevos acorazados hacia las aguas del Mar de Japón. 

             Desde Pyongyang fuentes oficiales advirtieron tener a Guam en el punto de mira (bastión  de calado militar para Washington) y Trump, con los nervios bajo control, reviró que “podría responder a sus amenazas con un fuego y una furia nunca vistos en el mundo”.

            A la guerra verbal le ha puesto tres pies al gato el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con las siguientes prohibiciones contra el régimen norcoreano: 1) recortar hasta en un tercio sus exportaciones lo que impactaría en una reducción de hasta 1 mil millones de dólares en ingresos vía comercio internacional; 2) limitación a todas las exportaciones de carbón, hierro, plomo, pescados y mariscos; 3) suspensión de dar permisos adicionales a trabajadores norcoreanos; 4) impedimento para  realizar nuevos proyectos conjuntos  o bien llevar a cabo inversiones; 5) se restringe el envío de mano de obra norcoreana a otros países, un estimado de 50 mil trabajadores. 

            Quizá lo más relevante de esta nueva ronda de sanciones contra Corea del Norte (le permiten seguir importando petróleo) es que por vez primera hasta Rusia y China se han puesto de acuerdo con Estados Unidos -en el seno de la ONU- para advertirle a Corea del Norte que la vía del entendimiento global no pasa por los misiles balísticos sino por el cauce de la diplomacia y el diálogo. 

Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales 

 

 

 

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