“Nuestra memoria gráfica: dizdea, bot’una, piyɇkakjó y numdi oode”, expresión lingüística y vida cotidiana de cuatro comunidades indígenas

La exposición, que abre al público mañana en la Coordinación Nacional de Antropología del INAH, está integrada por 18 imágenes en blanco y negro, a color y sepia, seleccionadas por Rosa María Rojas, investigadora de la Dirección de Lingüística del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y Alejandra Álvarez, etnohistoriadora y fotógrafa independiente. 

Las fotografías proceden de cuatro colecciones que corresponden a las poblaciones de ayapanecos o numdi oode de Ayapa, Tabasco; zapotecos o dizdea de San Bartolo Yautepec, Oaxaca; matlatzincas o bot’una, de San Francisco Oxtotilpan, y tlahuicas o piyɇkakjó, de San Juan Atzingo y La Loma de Teocaltzingo, estos últimos tres municipios del Estado de México. 

Alejandra Álvarez indicó que las colecciones son principalmente una recopilación de fotografías de los álbumes familiares de miembros de esas comunidades, cuya iniciativa surgió entre 2014 y 2015, cuando ambas coordinadoras de esta exposición laboraban en el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), e hicieron tareas de gestión y colaboraron  en proyectos de revitalización lingüística en las direcciones de Investigación y Políticas Lingüísticas. 

“El Proyecto Memorias Gráficas consiste en hurgar en los álbumes familiares y seleccionar aquellas fotografías que dicen sobre el pasado e identidad de las personas, registrar la historia que hay en cada una de ellas y buscar la expresión lingüística más reveladora y descriptiva”. 

De todo el compendio fotográfico, para esta ocasión sólo se eligieron cinco de zapotecos, cinco de matlatzincas, cuatro de tlahuicas (ocuiltecos, como ellos se autodenominan) y cuatro de ayapanecos. 

Rosa María Rojas puntualizó que aquel proyecto fue emprendido ante la inminente pérdida de la lengua en esas poblaciones. Actualmente, dijo, se tiene conocimiento por medios oficiales (censo INEGI 2010) que sólo existen ocho hablantes de ayapaneco, 405 de tlahuica (ocuilteco), 246 de zapoteco   —en San Bartolo Yautepec—, y 645 de matlatzinca. 

“Al momento de ofrecer su archivo personal, las familias sabían que sus retratos representaban un testimonio importante para la comunidad. Por ello, además de revelar a la personas, su imagen y su cosmovisión, la muestra deja ver su lengua escrita como una manera en la que ellos intentan difundir y preservar su cultura”.

Las colecciones de ayapanecos o numdi oode y de zapotecos o dizdea fueron  realizadas en 2014 y 2015, respectivamente, por Alejandra Álvarez. De la primera población, once personas de la comunidad de Ayapa, municipio de Jalpa de Méndez, Tabasco, facilitaron imágenes personales para que fueran escaneadas; mientras que de la segunda, seis familias de San Bartolo Yautepec, Oaxaca, accedieron a prestar sus álbumes.

Por su parte, de los matlatzincas o bot’una, la recopilación fue hecha por Daniel Hernández Díaz, egresado de la Universidad Intercultural del Estado de México y miembro de este grupo cultural, quien facilitó imágenes que resguardaba su mamá, Etna Teresita Pascasio Montijo, lingüista e investigadora de la lengua matlatzinca.  

Y en el caso del ocuilteco (tlahuica) o piyɇkakjó, la documentación gráfica fue realizada por Mónica Sabino Pastrana y Ruth Moreno Catarín, quienes son parte de esta comunidad. Ellas fotografiaron la vida cotidiana y ceremonias relevantes de su cultura como parte de un proyecto de revitalización lingüística en San Juan Atzingo y La Loma de Teocaltzingo, Estado de México. 

Entre las 18 imágenes seleccionadas para esta muestra destacan: Mbe’ jepe’ ntüü’ta maka’, “Ese era mi hermano que ya murió” (Ayapanecos. 2013), y Nlliaméa go’d mllín men gauméa, “Organizaban varias arriadas, después se repartían todo el venado” (Zapotecos. 2015), ambas recopiladas por Alejandra Álvarez. 

Kjwentuyejpi netotɇni para ta’kjanaje nyuku, “Le ponemos florecitas al yugo para embellecerlo” (Matlatzincas. 2015), recopilación de Daniel Hernández Díaz y Etna Teresita Pascasio, y Ñetyumendye be ’umtynda tyenda ndupøndyñe, “Los abuelos enseñan lo que saben” (Tlahuicas. 2014), recopilación de Mónica Sabino Pastrana y Ruth Moreno Catarín. 

Alejandra Álvarez recalcó que el objetivo de la exposición es reivindicar a los ancianos de esas poblaciones y difundir la lengua a través de las frases que aparecen en las fotografías o que sirven como título de las mismas. Lo importante, destacó, es que “la lengua se vea, que la palabra sea parte de la imagen y que las frases evoquen lo que ellos manifestaron respecto a sí mismos”.  

Previo a la apertura de la muestra, se llevará a cabo un conversatorio donde se abordarán temas como la investigación lingüística, fotografía antropológica y experiencia comunitaria. Entre los especialistas que participarán están: Denisse Gómez, de la UNAM; Daniel Hernández, del Inali; Rosa María Rojas, de la Dirección de Lingüística, Rebeca Monroy Nasr, de la Dirección de Estudios Históricos; y Samuel Villela, de la Dirección de Etnología y Antropología Social, estos tres últimos adscritos al INAH.

La exposición Nuestra memoria gráfica: dizdea, bot’una, piyɇkakjó y numdi oode permanecerá abierta al público hasta el 9 de septiembre próximo en la Coordinación Nacional de Antropología del INAH (avenida San Jerónimo N° 880, colonia San Jerónimo Lídice, Ciudad de México). Horario: lunes a viernes de 9:00 a 18:00 horas, sábados de 9:00 a 14:00 horas. La entrada es gratuita.

Fuente: (INAH)

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