“Traspasando la bruma. Fotografías para sanar”, exposición de Alicia Ahumada en el Museo Nacional de Antropología

Las cerca de 40 fotografías que integran la muestra, montada en la primera planta del recinto museístico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), son testimonio de la resistencia de los seres humanos ante aquellas voces que niegan el cambio climático por causas antropogénicas, y son también una afrenta al lugar preponderante que la sociedad ha dado a la tecnología en detrimento de la conexión con sus semejantes. 

Como expresa la autora en la publicación, coeditada por la Secretaría de Cultura y el Gobierno de Hidalgo a través de su Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, ese camino personal le ha llevado a cambiar hábitos y actitudes, “conduciéndome a una vida humana noble, sin olvidar que todas las demás especies de la Tierra son sagradas, que son una fuente de sabiduría y juegan un papel vital para la supervivencia del planeta”. También hace una llamado a utilizar la tecnología a nuestro servicio y a impedir que otros guíen nuestros pasos. 

Sin embargo, como reconoce, ella misma ha necesitado la guía de otros para encontrar “otras formas de ser y de estar”. Ir por estos senderos de la mano de chamanes, le ofreció la posibilidad de la “autosanación” mediante el uso de plantas, hierbas que representan un “atajo grande” en este trayecto que se llama vida.  

Las imágenes en blanco y negro que se observan en Traspasando la bruma. Fotografías para sanar, pertenecen a la primera etapa del viaje de Alicia Ahumada, ahí está parte de su experiencia con “personas de poder” de Guachochi, en la Sierra Tarahumara, así como con los jmeen mayas, en Mayapán, Yucatán. Otras andanzas recientes retratadas a todo color y de forma digital, le llevaron a la Sierra de Catorce, en San Luis Potosí, en compañía de miembros de la corriente mexicayotl “Camino Rojo”, y a la Amazonía peruana dentro de los llamados circuitos new age.

En ese sentido, comentó el antropólogo Francisco de la Peña, el libro Corazón abierto. La senda del chamán muestra desde una experiencia personal, la de Alicia Ahumada, lo que es el endochamanismo que concierne a las prácticas rituales de grupos originarios o indígenas, y el exochamanismo, un fenómeno más bien inscrito en los circuitos new age y de turismo místico que permiten encontrar, por ejemplo, un chamán argentino de origen italo-español en plena selva amazónica peruana, con una mezcla de rituales más profusa en su origen y religiosamente heterodoxa.

“El libro de Alicia Ahumada demuestra que hay muchos chamanismos, locales y globales, y cuya convivencia es expresión de los tiempos que estamos viviendo”, dijo el profesor e investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

En parte esa es la valía de la publicación, además de las imágenes captadas por Ahumada —considerada además una de las mejores impresoras del país—, ella vierte los conocimientos y habilidades adquiridos por medio de la observación, la participación y la vivencia. Alicia Ahumada deviene, sin querer, en antropóloga de sí misma y de estos grupos que la llevaron al camino de la “autosanación” a través del ejercicio de un diario de campo.

En la presentación del volumen e inauguración de la exposición Traspasando la bruma, la historiadora Rebeca Monroy recordó las andanzas de Alicia Ahumada en los terrenos de la fotografía, pasos que dio cuando tenía 17 años con una cámara Yashica. Luego, a fines de los años 70, sería parte del equipo pionero de la Fototeca Nacional, recién instalada en el Ex Convento de San Francisco, en Pachuca, Hidalgo. Cabe mencionar que esta institución le otorgó recientemente la Medalla al Mérito Fotográfico. 

El libro Corazón abierto. La senda del chamán, “no es como cualquier otro, ni de indios ni de indígenas vistos desde la perspectiva antropológica, histórica o etnohistórica. La obra de Alicia Ahumada es vista desde el alma, con los ojos del corazón, de la convicción y del aprendizaje que se convierte en saber. No es un fotolibro de fotógrafos, del que se encuentra a otro; porque Alicia es parte del proceso, de la procesión, de la limpia, de los rezos mixtos, entre católicos y la lengua local. 

“Además es un libro poco común porque busca recopilar la experiencia visual y humana para llevarla más allá, para darla a conocer, para acercarnos a los mundos que existen y subsisten sin nosotros. Favor les hacemos de no saberlos, no cambiarlos ni modificarlos. Hay que vivirlos, como lo hace Alicia”, expresó Rebeca Monroy, investigadora de la Dirección de Estudios Históricos. 

Una parte, apenas representativa, de las experiencias de Alicia Ahumada en busca del autoconocimiento, puede conocerse en la exposición Traspasando la bruma. Fotografías para sanar, en el Museo Nacional de Antropología de martes a domingo, de 9:00 a 19:00 horas.

Fuente: (INAH)

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