Botón de mando

En  los focos “calientes” para este año  hay consultoras y editoriales de geopolítica que ubican a México entre los diez puntos más álgidos a nivel global junto con: Siria, Ucrania, Afganistán, Yemen, Turquía, México con sus relaciones con Estados Unidos; la situación del Sahel y la cuenca del Chad, la tensión en la República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Birmania. 

En lo interno, la liberación del precio de la gasolina implica un impacto real en el depauperado bolsillo del grueso de la población, no puede obviarse que más de la mitad  enfrenta condiciones de pobreza y que no es un mito lo de sobrevivir con menos de un dólar al día. 

Hay muchas personas ubicadas en rancherías, serranías, pedanías y comunidades marginadas alejadas de cabeceras municipales que para acceder a servicios básicos como hospitales y escuelas improvisadas o caminan muchos kilómetros diarios de ida y vuelta o pagan por un transporte público. 

El México profundo y bronco existe, no tenemos para la gasolina y el diésel otras alternativas, no hay  bienes sustitutos ni complementarios, o se les echa combustible o no se mueven. Por ende, su curva es inelástica, el usuario de transporte público así como el dueño de un vehículo no dejará de movilizarse porque subió el precio del combustible; lo seguirá usando pero a un precio más caro y sin forma de renunciar a él  a menos que compren una bicicleta, unos patines o rescaten la vieja carreta con caballos. 

La ira de la gente es bastante entendible porque es un golpetazo directo a su economía personal y familiar; y acontece en un año sensiblemente electoral con las elecciones próximas en el Estado de México, para algunos  observadores serán el termómetro de lo que podría acontecer en las presidenciales de 2018. 

Asimismo están  los embates externos, unos que además sitúan al país azteca como un emergente al que tradicionalmente le llegan sumados los coletazos por el Brexit, la devaluación del rublo, el reajuste del yuan… le pega casi todo. 

            Es cierto que México junto con Rusia y Brasil figuran en 2017 como economías emergentes con algunas oportunidades para tomar en cuenta en materia de inversión.  Se les ve baratos y lo son para todos aquellos agentes económicos posicionados en dólares, euros, libras, yenes y francos suizos. 

A COLACIÓN

            Pero también está el impacto directo del factor Donald Trump que cada día nos da más sorpresas negativas. Las más recientes amenazas tuiteras de Trump (esperemos que use su particular botón de mando con una mente sobria y no después de tres whiskies) han atacado a Ford, Toyota y General Motors.

            Aunque ojo, sólo contra el caso de México. Ford canceló una inversión por 1 mil 600 millones de dólares para una nueva planta en territorio mexicano, la nipona Toyota ya recibió también sendas advertencias, su Corolla que es el segundo más vendido en la Unión Americana se fabrica en Guanajuato; y a General Motors  le ha llegado el mismísimo mensaje. 

            De consumarse las sanciones en forma de aranceles, para México sería bastante negativo, tomemos en cuenta que es el séptimo productor mundial y tercer exportador de vehículos y automóviles. Y Estados Unidos es su mercado natural. Habría un impacto directo en el PIB, la industria automotriz así como la industria de la construcción, son dos actividades neurálgicas.             

¿Será Trump selectivo en sus intenciones fiscales, proteccionistas y prohibitivas? Que yo sepa hasta el momento NO ha amenazado a Ford por producir en Valencia, España los autos que también se venden en Estados Unidos. 

            El escenario no puede ser más complicado para México se le viene un muro fronterizo, se le viene una muralla de aranceles, se le viene una avalancha de deportaciones y se le viene la época más grisácea en las relaciones con Estados Unidos. 

            Y por si fuera poco, el súper dólar seguirá golpeando el peso y en la medida que  la FED incremente las tasas de interés, el Banco de México deberá sobrerreaccionar haciendo lo propio para evitar la fuga de dinero hacia el otro lado. 

            Yo en mi opinión debemos actuar con la misma severidad que el egocéntrico magnate: imponer visado a los estadounidenses; imponer un impuesto especial para todas aquellas operaciones financieras que trasladen dinero hacia bancos, casas de bolsa y otros intermediarios financieros en Estados Unidos además, signaría acuerdos  comerciales y de inversiones con Rusia, India, Arabia Saudita, Sudáfrica, Qatar y Australia.

 Y terminaría con la histórica sangría de vivir con la moneda débil atacada especulativamente por todo; es decir, dolarizaría a la economía mexicana. 

 

 

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