Navidad sin deudas

¿Jauja? No del todo porque desde luego existen muchas formas de comprar sea en cómodas mensualidades, en metálico o a crédito ya sea financiado por la  propia empresa o bien por una tarjeta bancaria. 

A diferencia de las últimas navidades me atrevo a afirmar que en esta temporada decembrina se percibe visiblemente una recuperación en la confianza hacia el rumbo de la economía, al menos sucede en las calles madrileñas y muchos otros rincones de España.

El consumidor español ha vuelto a comprar, a dejar de reservarse un dinerillo para el futuro incierto, porque ocho años largos de crisis llevaron a una inmensa mayoría de ellos a prever y lo hicieron ajustando sus gastos, aumentando su ahorro y limitándose de varias formas. 

Y ahora ese sector de la economía que no ha perdido el empleo ha recuperado la confianza, porfiando en el Gobierno del presidente Mariano Rajoy y en los datos del PIB español que revelan que la economía ibérica es la que mejor está dando la nota en comparación con el resto de los países miembros de la Unión Europea (UE).

Recientemente, el Banco de España publicó sus más que optimistas proyecciones del PIB para el año por fenecer, un 3.2% en 2016, una cifra nada despreciable y sí bastante envidiable para el resto de las economías tanto de la UE como de la eurozona. 

La nación  ibérica que tenía políticamente todo en contra para formar Gobierno  luego de dos elecciones fallidas para que el candidato ganador, el presidente Rajoy, obtuviera mayoría para investirse logró encontrar el cauce –casi mágico-, para evitar que precisamente por estas fechas esos ávidos y contentos consumidores estuvieran  votando casi con la copa en la mano. 

España no podía tener mejor cierre de año, parecen muy lejanos esos meses de rifirrafes políticos con Pedro Sánchez entonces líder del PSOE y dos veces candidato  a la Presidencia enfrascado en una obtusa convicción del “no es no” una versión inamovible que al final de cuentas terminó obrando en contra de él mismo. Porque hoy viernes 23 de diciembre, Rajoy reparte abrazos desde La Moncloa y la sede del PP en la calle Génova mientras Sánchez se ha quedado sin partido y sin su curul. 

A COLACIÓN

La memoria es volátil, ayer los españoles estaban celebrando los décimos de la lotería afortunados con el sorteo de Navidad. Existe una profunda tradición en los juegos y sorteos de la Lotería, este año la Administración Pública recaudó cerca de 2 mil 500 millones de euros tan solo en la compra del famoso sorteo del 22 de diciembre. 

Para los que les tocó “el gordo” recibieron una forma agraciada de desendeudarse, algunos con premios cuantiosos su primera opción es salir del pago de la hipoteca… cancelarla definitivamente. ¿Qué haría usted, amigo lector, si algún día le tocase la lotería?

¿Gastarlo o invertirlo? Tiene mucho que ver el estado de ánimo de la persona (lo decía yo al inicio de  esta columna) a ojos vistas la gente está en la calle comprando y comprando. 

Casi siempre se toman malas decisiones cuando se confía demasiado y se ve tanto en el caso del consumidor como en el de la persona que obtiene un premio inesperado. Hace unos días una televisora española emitió un reportaje al respecto de qué hicieron los ganadores de otros sorteos con el dinero obtenido de la lotería. 

Y pasa lo que pasa, una mayoría lo ha gastado, primero en viajar convidando con todo pagado a múltiples familiares; después pagan deudas y en tercera circunstancia gastan en autoregalarse vehículos caros. Una minoría es más sosegada y en caso de tener un negocio se decantan en usarlo para expandirse. 

Sea como sea, el futuro es incierto y en todo caso lo más recomendable es navidear con precaución, darse un gustillo pero recordar que en enero viene la cuesta de un largo año en el que una serie de variables internas y externas se conjugarán para irlo hilvanando. 

Mi recomendación es que disfrute estas fechas en compañía de los suyos, que compre lo verdaderamente necesario sin tomar decisiones de riesgo o adquiriendo deudas que estarán sujetas a un reacomodo de tasas de interés. El dinero alivia y proporciona una felicidad limitada… 

 

 

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