Heredera de la Revolución y el liberalismo social del siglo XIX, la Constitución Mexicana se mantiene como una de las pocas en el mundo que sigue vigente tras un siglo de vida

Al dictar la conferencia inaugural del Diplomado de Historia del Siglo XX Mexicano, A cien años de la Constitución de 1917, el cual se desarrollará de septiembre a mayo próximo en la Dirección de Estudios Históricos del INAH, la también directora del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), refirió que este documento ha atravesado por un total de 699 reformas, siendo el artículo 73, relativo a las facultades del Congreso, el que suma más modificaciones, con 77.

La trascendencia de la Constitución de 1917, cuya convocatoria fue justamente anunciada un siglo atrás: el 14 de septiembre de 1916, radica “en que fue la primera a nivel mundial en incluir un título exclusivo para el trabajo y la previsión social”; tema con el que incluso precedió a la constitución alemana de Weimar, publicada en 1919.

Este aspecto se debió a la síntesis que hizo del liberalismo social pendiente desde la Constitución de 1857 (postulado entonces por Ignacio Ramírez, Ponciano Arriaga, Isidoro Olvera y José María Castillo Velasco), así como de los idearios magonistas, zapatistas, maderistas, obreros y reformistas que confluyeron en Querétaro el 21 de noviembre de 1916, cuando fue instalado el Congreso Constituyente.

La investigadora señaló que el énfasis en la problemática agraria y campesina se debió igualmente a diputados como Francisco J. Múgica, activo participante de la Revolución Mexicana, o Heriberto Jara, impulsor de las demandas laborales de los trabajadores textiles de Río Blanco, Veracruz, y sobreviviente de la represión del 7 de enero de 1907.

Heredera de la Carta Magna de 1857 y las Leyes de Reforma, la Constitución de 1917 se elaboró en 62 días, lapso mucho menor al año que tomó su antecesora, de allí que algunos de sus artículos, como el 39, 40 y 41 (De la Soberanía, Conformación de la República y Poderes de la Unión, respectivamente), fueran retomados íntegramente.

Otros ordenamientos, sin embargo, fueron reelaborados y ampliamente discutidos, como los artículos 90 al 93, que establecieron la no reelección y el voto directo para los poderes Ejecutivo y Legislativo; la explícita libertad de cultos en el artículo 24; o bien, las leyes del trabajo, salario mínimo, maternidad, duración de la jornada laboral y otros derechos en el artículo 123, por mencionar algunos.

“El tema más discutido en el Congreso, cuyo debate fue el único en contar con la presencia del presidente Venustiano Carranza fue el de la educación, ya que hubo un cambio sustantivo en el artículo tercero, al especificar que la enseñanza sería libre y de carácter laico”.

En 99 años de vida de la Constitución de 1917, indicó Patricia Galeana, 22 artículos que permanecen con su redacción original. Por otro lado, las modificaciones que se han hecho en ella resultan fundamentales para temas como el reconocimiento a la ciudadanía de la mujer (en 1958) y la protección integral a la cultura de los indígenas y sus comunidades (en 2001), entre otros.

Por último, destacó la importancia de recordar a los diputados de 1917, quienes “crearon un documento de gran valía para su tiempo, reconocido no sólo por constitucionalistas de México sino también por historiadores y especialistas extranjeros.

“El Centenario de la Constitución de 1917 debe servirnos para difundir el contenido mismo de la Carta Magna, con el objetivo de consolidar una verdadera democracia. Nuestra ciudadanía, además, será más responsable y participativa si conoce el marco jurídico que la rige”, concluyó.

Fuente: (INAH)

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