Réplica de la “Casa Azul” de Frida Kahlo bate récord de visitas en NY

Entre el 16 de mayo de 2015 y el 1º de noviembre, la exposición “Frida Kahlo: Art, Garden, Life” recibió más de 500 mil visitas y según un comunicado del Jardín Botánico, batió el récord que existía hasta entonces conseguido por la réplica del jardín de Monet, de 373 mil visitas. 

El presidente del Jardín Botánico, Gregory Long, se sorprendió con la popularidad de Kahlo ante el pintor impresionista, pero resaltó el heroísmo de la icónica mexicana para explicar el entusiasmo del público. 

“Vinieron personas de todo el mundo a disfrutar este enfoque en la vida y obra de Kahlo y poder tener esta experiencia dentro de la cultura mexicana”, dice Long. 

La exposición presentó una réplica del jardín de Kahlo, una constante en su obra y lleno de diferentes tipos de flores y plantas. 

También incluía una versión a escala de la pirámide de la Casa Azul, creada originalmente para exhibir el arte prehispánico del pintor y marido de Kahlo, Diego Rivera. 

Durante los últimos dos fines de semana de la exposición, el Jardín Botánico también conmemoró el Día de los Muertos con un altar para la artista mexicana. 

Sobre la “Casa Azul”

El Museo Frida Kahlo está ubicado en la calle de Londres 247, en uno de los barrios más antiguos y bellos de la Ciudad de México, el centro de Coyoacán.

También conocido como la Casa Azul, es de los sitios turísticos y culturales más representativos de la zona; la casa perteneció a la familia Kahlo desde el año 1904 y fue en 1958 cuando fue convertida en museo, cuatro años después de la muerte de la pintora.

Historia

En 1904 el padre de Frida Kahlo adquiere el inmueble, «De acuerdo con la historiadora Beatriz Scharrer, el padre de Frida, Guillermo Kahlo – húngaro-alemán de nacimiento – construyó la casa a usanza de la época»1

Durante los años posteriores la propiedad sufrió una serie de modificaciones acordes a los gustos de Diego y Frida. En 1937 se realizó la adquisición de lo que hoy es el jardín. En 1946 Diego Rivera decide realizar la construcción de un estudio para Frida. En 1958 el pintor decide compartir la propiedad con el pueblo mexicano, convirtiéndola en lo que hoy conocemos.

Casa Museo

La Casa Museo permite a sus visitantes descubrir la profunda relación que existe entre Frida, sus pinturas y su casa, sus habitaciones muestran parte de la obra de Frida Kahlo y Diego Rivera, quien también vivió ahí.

Entre lo más destacado de la casa se encuentran las camas (cama de día y cama de noche) que utilizó Frida para pintar mientras se encontraba inmovilizada de la columna debido al terrible accidente que sufrió, mismo que inspiró muchas de sus pinturas por el sufrimiento que vivió después de varias cirugías reconstructivas. Otro de los atractivos del museo es el estudio de Frida, donde también se puede apreciar su biblioteca. De igual forma es necesario mencionar la cocina de la casa, preservada tal cual fue utilizada por la pintora. Se destaca que a pesar de que en la época en la que viviera Frida y Diego ya se utilizaba la cocina de fuegos de gas, Frida gustaba de cocinar de una forma más tradicional, con cocina con fuegos a base de leña.

Entre las obras más famosas que se encuentran en el museo están “Viva La Vida” y “Frida y la Cesárea”. Sin embargo la más grande e importante exposición de la obra de Frida Kahlo se encuentra en el Museo Dolores Olmedo Patiño.

Contenidos en la casa museo

En la antigua casa de Frida Kahlo, quien decía haber nacido en 1910 tras la época colonial y al mismo tiempo que el nuevo México, podemos encontrar no solo obras de arte de esta pintora, también podemos ser participes del dolor que abrazó a Frida desde su niñez con la poliomielitis que contrajo a la edad de seis años, un trágico accidente de tranvía que la imposibilitó para tener hijos, hecho que tardó mucho tiempo en aceptar, hasta el dolor que le provocó la infidelidad por parte de Diego Rivera, reflejando en sus pinturas su propia vida. Esto nos hace recordar lo que pensaba Frida cuando comparaban su obra con el Surrealismo “Piensan que soy surrealista, pero no es cierto, no lo soy. Yo nunca he pintado lo que sueño. Yo pinto mi propia realidad”.

En vida, Diego Rivera le pidió a Dolores Olmedo que cuando él y Frida murieran convirtiera la casa en museo, dejando todo abierto al público con excepción de un baño, el cual podrían abrir quince años después de su deceso. Esos años se convirtieron en cincuenta y al abrir el espacio descubrieron miles de documentos, fotos, vestidos, libros y juguetes. Fue necesario acondicionar el inmueble de al lado para poder exhibir todos estos nuevos objetos.

Fuente: (Agencias y wikipedia.com)

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