Museo Nacional de Antropología exhibe, “Alimentos para las ánimas”, celebración a los fieles difuntos del pueblo maya cruzoob

Se trata del festejo del pueblo maya cruzoob, que pertenece a la zona winik o yucateca, del municipio Felipe Carrillo Puerto, en Quintana Roo.

Habitantes de las localidades X-Pichil y X-Hazil de ese municipio se basaron en una investigación etnográfica para construir en el recinto —en una extensión de diez metros cuadrados— una vivienda tradicional maya techada con palma y, en su interior, un altar; a un lado de la casa, se escenifica un panteón que representa a diversas comunidades de la península de Yucatán.

Estas poblaciones acostumbran exhumar los restos óseos de los difuntos para guardarlos en osarios. Cada año limpian los huesos, les cambian la servilleta en las que estaban envueltos y de nuevo los depositan en los osarios. De esa manera, los mayas de la península reciben, agasajan y despiden con respeto, calidez y cariño a sus difuntos, explicó Arturo Gómez Martínez, subdirector de Etnografía del MNA.

Asimismo, prepararán comida especial y elevarán sus rezos para invitar a las ánimas a gozar de un banquete.

En esa región, informó el también catedrático e investigador, los preparativos en casa y el cementerio comienzan una o dos semanas antes del 30 de octubre, con el bordado de manteles y huipiles. Después se adquieren velas, jícaras, flores y los ingredientes de los platillos que se ofrendarán: el día 30 para los niños, el 31 para los grandes y el 1 de noviembre para los abuelitos.

A los ocho días se vuelve a hacer la “invitación” a las ánimas a una comida (ellas permanecen en los pueblos todos los días de noviembre), incluyendo a los espíritus solos: los que no tienen familiares que los recuerden; para ellos colocan jícaras con comida en el patio de la casa. El 30 de noviembre se alista la despedida, con la preparación de pollos asados y pilas de tortillas que se envuelven en servilletas bordadas, y luego se depositan frente a las casas para que los “visitantes” se los lleven a su viaje de retorno.

Paralelamente a la ofrenda, habrá músicos regionales que ejecutarán melodías rituales denominadas “mayapax”, que se tocaban en la época de la “Guerra de Castas” (cuando los mayas yucatecos se levantaron en armas contra el gobierno de Yucatán en 1847) y ahora se interpreta en ceremonias rituales para la Santa Cruz con el fin de llamar a los antepasados.

La Siembra del Ya’axche (ceiba), árbol sagrado de los mayas, es una danza dedicada a la fertilidad y se ejecuta en honor de deidades tutelares del monte —dioses de la milpa y del maíz— para agradecerles”, expuso Arturo Gómez, y añadió que al finalizar el baile se repartirán al público los alimentos tradicionales de la región.

En el montaje participarán sesenta indígenas: músicos, danzantes, rezadores (ritualistas que hacen rezos y cantos mayas), cocineros y artesanos.

El altar de muertos podrá apreciarse este viernes 30 de octubre y permanecerá en el museo la semana siguiente. También se inaugurará la muestra pictórica La plástica maya, montada en las salas Sierra de Puebla y Otopames, que abarca cerca de 25 obras entre óleos y acrílicos, en su mayoría de un grupo de pintores mayas contemporáneos que versan sobre su cultura e historia.

Cada año el MNA, en las celebraciones de los Fieles Difuntos y Todos Santos, expone las múltiples facetas de esta conmemoración en las poblaciones originarias de México.

En la exhibición Alimentos para las ánimas participan el gobierno de Quintana Roo y la Secretaría de Educación y Cultura local, a través de la Subsecretaría de Arte y Cultura.

El Museo Nacional de Antropología se ubica en paseo de la Reforma y Calzada Gandhi s/n, colonia Chapultepec Polanco, en la delegación Miguel Hidalgo.

Fuente: (INAH)

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