Moscú acoge jubilosa la obra del pintor ruso-mexicano Vladimir Kibalchich Russakov, mejor conocido como “Vlady”

“La vida y la obra de Vlady representan aspectos fundamentales que unen culturalmente a nuestras dos naciones”, destacó el embajador de México en Rusia, Rubén Beltrán, al inaugurar anoche la exposición “Vlady regresa a casa” en el Museo de Artes Aplicadas y Decorativas de Moscú. 

La directora del Museo, Elena Titova, se mostró entusiasmada por albergar esta muestra que permanecerá abierta al público hasta el 28 de noviembre. 

Incluye obras creadas entre 1957 y 1980, pintadas en técnica de acuarela, dibujos a carbón y tinta, así como una película documental sobre la vida y obra del pintor. 

La exposición, de 32 obras gráficas, está también dedicada al décimo aniversario del fallecimiento del maestro, y así las obras seleccionadas fueron declaradas patrimonio cultural de México y se conservan en el Instituto Nacional de Bellas Artes. 

Nacido en Petrogrado (actual San Petersburgo) en 1920, “Vlady” era hijo del escritor y político anarquista conocido bajo el seudónimo de Víctor Serge, perseguido en el régimen estalinista. 

En 1936, Stalin anunció la liberación de su padre al exilio y la familia fue acogida en Bélgica. Posteriormente, emigró a Francia, país donde Vlady decidió encauzar su vida al desarrollo artístico. Entró en contacto con André Breton, Berdayev, Joseph Lacasse, Pierre Pascal, Victor Brauner, Óscar Domínguez, André Masson, Wilfredo Lam y Aristide Maillol, y fue con este último que desarrollaría estrechamente el dominio de la técnica en grabado y pintura. Su estancia en Francia le permitió conocer de manera informal la obra de Diego Rivera. En 1941, padre e hijo emigraron nuevamente debido a la ocupación de Francia por parte del ejército alemán bajo el régimen nazi, y emprendieron el viaje hacia la Martinica, República Dominicana y luego a Cuba con la esperanza de conseguir un visado e internarse en los Estados Unidos. Sin embargo, fueron rechazados sistemáticamente en estas naciones debido a su filiación comunista. Entre tanto, la madre de Vlady permaneció en un hospital psiquiátrico de Aix-en-Provence, donde murió en 1984.

Finalmente, en 1943 fueron acogidos en México meses después del asesinato de León Trotsky, quien también había sido acogido en dicho país. Vlady estableció contacto con simpatizantes del comunismo y entre ellos se encontraban Frida Kahlo y Diego Rivera, conocedor de la obra de ellos, no mostró total concordancia con los aspectos nacionalistas vertidos sus obras, sin embargo, su controvertido temperamento no chocó totalmente con la estética de la corriente ni con el manejo de sus técnicas.

A la muerte de su padre en 1947, Vlady contrajo matrimonio con Isabel Díaz Fabela, quien se perfilaría como el lazo cultural mexicano que se conjugaba con sus orígenes, resultando una amalgama de creatividad, forjada en la mente del pintor. Dos años después, Vlady decidió adoptar la nacionalidad mexicana. A partir de entonces, emprendió su participación constante en exposiciones e inició largos recorridos por Europa en los que exponía sus mejores trabajos. Instigador de la Generación de la Ruptura, se acercó a Alberto Gironella, Héctor Xavier, Enrique Echeverría y José Luis Cuevas, quienes, a la par de Rufino Tamayo, marcaron una escisión de la corriente nacionalista y buscaban terminar con la hegemonía de los tres grandes, Siqueiros, Orozco y Rivera, estableciendo los derroteros del Nuevo Arte Moderno a partir de los años 1950.

“Vlady” experimentó con diferentes estilos pictóricos. Fue sucesivamente figurativo, abstracto y de nuevo figurativo, sin dejar de tener un toque surrealista, y empleó todas las técnicas a su alcance. 

Desarrolló su larga carrera artística como pintor, grabador, muralista y dibujante, convirtiéndose en una pieza importante dentro de la Generación de la Ruptura. 

Actualmente las obras de “Vlady” adornan bibliotecas, catedrales, universidades y palacios de gobierno en muchos países del hemisferio, pero también creó una gran cantidad de obras de caballete. 

Recibió numerosos premios y reconocimientos, pero hasta 1990 era casi desconocido en Rusia, donde la primera gran exposición de sus grabados tuvo lugar en Oremburgo. 

En 2002 el pintor fue elegido miembro honorífico de la Academia de Artes de Rusia.

Rusakov participó activamente en diversas bienales en Argentina, São Paulo y París en los años sesenta. Su espíritu rebelde lo llevó a participar en distintos homenajes obteniendo distintos reconocimientos y becas que prolongaron su recorrido por Francia, Japón, Italia y Nueva York.

Fue hacia 1971 cuando recibió el premio del Salón Anual de Grabado en la Plástica Mexicana por cual fue invitado por Luis Echeverría Álvarez a pintar murales. Le fue sugerido compartir espacio con las obras de Rivera en Palacio Nacional, pero rechazó la propuesta por considerar innecesario confrontarse a él, además del espacio limitado que se le sugería. Sin embargo aceptó la comisión oficial de un mural interior de 2000 metros cuadrados en la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada en el templo de San Felipe Neri en la Ciudad de México, trabajo que le llevaría más de una década completar.

A partir de 1990 Vlady residió en la ciudad de Cuernavaca, donde fallecería en 2005 a causa de cáncer cerebral.

Fuente: (Notimex y Wikipedia)

Leave a Reply