Frida y Diego revaloraron el textil mexicano a través de su indumentaria y pintura como se expone en la Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo

Artes Aplicadas del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Renato Camarillo Duque, compartió con el público la forma particular de vestir de los artistas y su influencia en aquella época.

Luis Rius Caso, director del Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, comentó que la exposición Ecos de tinta y papel… de la intimidad de Frida Kahlo, ha atraído a un gran número de personas que encuentran cosas nuevas, ya que abre nuevos horizontes de interpretación, de conocimiento sobre su obra, su trayectoria y su lugar en la historia del arte.

La experiencia de Camarillo Duque permitió reflexionar en el ámbito de los textiles, pues su experiencia se ha desarrollado en el ámbito del arte popular, la indumentaria y la moda.

El curador comentó que el vestuario de Diego Rivera se componía generalmente de tres piezas: pantalón, chaleco y saco, además de la corbata y los zapatos tipo Oxford. “A principios del siglo no se estilaba el prêt-à-porter, que es hacer un tiraje de prendas como ahora, se usaba hacer las prendas a medida y se importaban las telas”, entonces calzado y ropa se mandaban a hacer, aseguró el especialista.

Por otro lado, Diego también usaba mucho la ropa de trabajo, que consistía en un overol, camisas de franela, chamarra de mezclilla o gabardina. “Esto es por la función de las telas, tienen que ver con su ligamento, la estructura del tejido y la resistencia”. Al trabajar en andamios y muros, la ropa de Diego se ensuciaba, por lo que la ropa de las colecciones del Museo Frida Kahlo y de la Casa Estudio, tienen evidencia de pigmentos, óleos, y demás marcas que son parte de la historia de la prenda.

El estilo que prefería Diego Rivera en el calzado era más el americano que el europeo, ya que prefería los zapatos con agujetas, y no el calzado estilizado con botones de los ingleses.

Camarillo Roque mencionó que debido a los datos que puede proporcionar el vestuario que usa una persona, no hace mucho tiempo se empezaron a estudiar los textiles y la indumentaria como documento. Lo anterior debido a que se puede saber quién la hizo, quién la confeccionó, si la tela fue importada, de dónde proviene la fibra, de qué tipo de animal proviene la lana, el diseño, que estilo se utilizaba, las etiquetas son una fuente muy importante también porque se sabe la talla, la procedencia, especificaciones de la prenda, “entonces la ropa tiene un valor histórico-documental”, afirmó el también laboratorista químico.

Al principio de los viajes de Frida y Diego, sobre todo a Estados Unidos, su código de vestimenta era americano o europeo, pero con reminiscencias de los collares o rebozos y con las trenzas que usaba todavía para atrás, más adelante las subió.

En sus murales, acuarelas o bocetos, Diego Rivera siempre hizo alusión a la producción textil y a sus pueblos desde la época prehispánica, mostrando siempre su interés por la cultura mexicana y sus tradiciones.

Por otra parte, cuando Frida Kahlo era pareja de Diego, se distingue una vestimenta campirana pero no indígena, utilizaba collares, rebozos y listones en la cabeza, pero no haciendo evocación a las trenzas de las indígenas. Más adelante, es cuando hace un eclecticismo de su vestimenta, al seleccionar y combinar prendas de diferentes regiones de México, de Oaxaca, Guerrero, etcétera. Incluso usaba prendas hechizas, que no eran indígenas pero las mandaba a confeccionar con los cortes indígenas y aplicaciones de listones.

El uso del traje de tehuana que adoptó Frida, fue un elemento indispensable para su vida por varias razones, principalmente por su funcionalidad donde la geometría le ayudaba mucho a usar la ortopedia; las faldas largas le ayudaban a disimular su cojeo y que tenía una pierna más delgada que la otra, incluso sus zapatos y botas también estaban acondicionados para eliminar esa desnivel. Pero también usaba esa indumentaria por la propia belleza del traje; por la connotación de una mujer poderosa y fuerte; además de darle gusto a Diego.

La vestimenta de Frida influyó en muchas de las amigas y artistas famosas de aquella época, como en el peinado de Dolores del Río, con quien por cierto tenía una relación muy estrecha, así como en María Félix, entre otras. Es importante destacar que Frida revaloró el textil indígena en sus trajes, al usarlos, enseñarlos, comprarlos, “era una forma de difusión y de complementar el trabajo que hacía Diego en los muros y en su arte”, aseguró Renato Camarillo.

La muestra Ecos de tinta y papel… de la intimidad de Frida Kahlo, se exhibe en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo permanecerá abierta hasta el 8 de noviembre de 2015.

Fuente: (INAH)

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