El envite de Alfa y Bimbo en España

Y lo hacen además en un momento en que el gobierno del presidente Mariano Rajoy requiere dar mensajes de tranquilidad para el inversor extranjero sobre todo después del batacazo electoral del 24 de mayo en que se votó en las urnas por la renovación de gobiernos municipales y autonómicos.
    A partir de datos del Banco de España sabemos que los inversionistas “sacaron de España 19 mil 400 millones de euros en el mes de marzo” una cantidad que ha llamado significativamente la atención dado  el contexto preelectoral y tomando en cuenta que obedeció a desinversiones realizadas por no residentes en España.
    Un mes antes habían salido 800 millones de euros nada que ver como punto de comparación con lo acontecido en marzo cuando se supone que lo peor de la sangría de capitales para el país ibérico había logrado frenarse con los datos de recuperación de la economía en 2015.
    Recordemos que en 2012 salieron 173 mil 191 millones de euros de la economía española en pleno estertor  y cuando presionaba la  prima de riesgo.
    Este año debería ser naturalmente mucho mejor al menos eso es lo que se espera ante boyantes previsiones oficiales de un PIB cercano al 3 por ciento.
    No obstante es año político electoral y las consecuencias hacia la gestión de la crisis están dejándose sentir cual mazazo certero propinado a la cara de varios sinvergüenzas que van disfrazados de gente decente y resultan una bazofia.
    El hecho de que dos grupos empresariales mexicanos de connotado liderazgo continúen con su apuesta por el mercado ibérico -a pesar de que no mejora la microeconomía, ni la demanda interna ni el consumo-, es un notición.
    La más reciente tiene escasas horas: Grupo Alfa a través de su subsidiaria Sigma (líder en la alimentación procesada) amplió la participación accionaria en la española Campofrío para hacerse con el control total de la empresa.
    Alfa  compró el 37% de los títulos que le faltaban  al grupo chino WH Group por 313 millones de euros con lo cual se convierte en dueño absoluto de la cárnica dedicada igualmente a los embutidos y la charcutería en general.
    La apuesta de Alfa, que fundó Roberto Garza Sada, es seria y decidida  avizora además una oportunidad en un mercado que tarde o temprano deberá recuperar sus niveles de consumo. Esperemos que el negocio no le salga rana.
A COLACIÓN
    A quien  le une la emotividad y lazos de familia con España es a Daniel Servitje, presidente de Grupo Bimbo, quizá por ello su decisión certera es seguir apuntalando a Bimbo en España ayudarle a que despegue financieramente hablando como acontecía antes de la crisis económica.
    Servitje es un hombre de negocios al que le gustan los desafíos audentes fortuna iuvat sabe que en el riesgo también se encuentra el éxito y que hay que esforzarse.
    Primero tienen que sanear lo que compraron porque en 2011 Bimbo adquirió a Sara Lee la marca Bimbo en España por una cantidad de 115 millones de euros; empero, la fabricante de pan de molde está luchando con la recuperación del mercado interno y de la demanda.
    En  los últimos dos años ha tenido pérdidas netas por 71.3 millones de euros lo que ha provocado la decisión de Servitje de inyectar liquidez a su empresa hermana española y esto sin considerar los pasivos que arrastra por deudas contraídas y que deberá amortizar.
    Empero, se mantiene el optimismo, eso es lo que el empresario mexicano de origen catalán intentó infundir en su más reciente estancia en tierras ibéricas al inaugurar una nueva planta capaz de producir 15 mil piezas de pan por hora.
    Ha sido una inversión de 50  millones de euros que ha generado  40 puestos de trabajo y se espera que pueda duplicar la plantilla en los próximos meses.
    Es evidente que con esta nueva inversión, Bimbo México pretende reforzar su lazo transoceánico que es además una puerta para competir con pan de caja en toda Europa. No podemos más que desearles prosperidad tanto a Alfa, como a Bimbo,  que por principio se trata de nuevos empleos.
   

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