Un real equipo

¿Es esto un sistema económico funcional o sus averías son aprovechadas por una  minoría y desaprovechadas por una inmensa mayoría? ¿Por qué razón unos pocos tienen tanto y otros muchos carecen de todo?.
    ¿Cuándo se le dará la vuelta  a tanta injusticia social, inequidad, desigualdad, marginación y exclusión? También últimamente me he preguntado por qué los grandes ricos, magnates y pudientes del planeta Tierra prefieren ir de filantrópos en vez de pasar como los grandes reformadores de la base del capitalismo pagando mejor a sus empleados y creando más puestos de trabajo, en suma, oportunidades.
    Estoy convencida que el ser humano no quiere ser mantenido todo lo contrario quiere ser productivo, empero, no le dejan ser y si estamos en un sistema económico que no aprovecha del todo el capital humano ni la fuerza de trabajo, entonces para qué lo queremos.
    Dado que el fin principal del capitalismo es el de la libertad económica, libertad de acción empresarial y privilegiar la ganancia, el contrapeso del bienestar social y la inclusión recae en la responsabilidad de los gobiernos y del brazo ejecutor de las políticas públicas.
    Pero y qué pasa cuando estos gobiernos administran arcas vacías presupuestos quebrados y tesorerías insolventes, entonces se ven incapacitados para llevar a cabo el ejercicio de la administración pública y desde luego para  fungir como contrapeso.
    A mí me queda claro que lo hoy se siga haciendo mal será un problema de costos sociales y civiles del día de  mañana. Veámoslo en el caso más actual con Grecia, su vorágine económica y el desgaste social.
    El gobierno del ministro Alex Tsipras no tiene dinero para cumplir con los compromisos de pago con el Fondo Monetario Internacional (FMI) del próximo mes; el calendario que firmó Grecia con el organismo estipula una serie de 4 pagos -desde el 5 de  junio hasta el 19 de  junio- por un mil 600 millones de euros.
    Grecia está al borde del batacazo, lo irascible es que exista un puñado de megamillonarios con mucho más dinero que todos los griegos juntos y por supuesto que la famélica tesorería helena.
    Para evitar la eclosión, quizá Tsipras debería acogerse a la buena voluntad de Billy Gates, Carlos Slim, Warren Buffett, Amancio Ortega o Larry Ellison; el quinteto cósmico cuyo caudal sumado significa 347 mil 800 millones de dólares.
    Los griegos en la ruina y en  manos de un solo hombre la salvación por decirlo de alguna forma, como si fuera una calderilla; todavía más abstruso que el quinteto sea más rico que media África.
A COLACIÓN
    De acuerdo con Forbes, en marzo pasado, Billy Gates continuó siendo el ser vivo más pudiente del mundo con 79 mil 200 millones de dólares seguido por Carlos Slim con 77 mil 100 millones de dólares; en tercer sitio figura Warren Buffett con 72 mil 700 millones de dólares, en cuarto lo hace el español Amancio Ortega con 64 mil 500 millones de dólares, y en quinto, Larry Ellison con 54 mil 300 millones de dólares.
    Gates liga mucho con el tema filantrópico, aunque repito ignoro cuanto esto realmente contribuya a crear un mundo mejor y no sea una mera cortina de humo. Por otro lado, Slim va más bien dedicado a salvar empresas de la ruina que a levantarse el cuello con dádivas.
    Y lo hace curiosamente con empresas de amplio espectro, incluso hasta metiendo las manos en el mundo del deporte confiando en el talento. Hace unos días, para ser más exactos el viernes 22 de mayo, aterrizó en Oviedo en compañía de Arturo Elías, su yerno.
    Slim llegó a tierras asturianas para presenciar el partido que podría darle el ascenso a Segunda División al Real Oviedo, el mismísimo equipo de fútbol que recibió una bocanada de oxígeno financiero de parte del mexicano, cuando estaba a punto de fenecer.
    Desde luego que Slim fue recibido como héroe en Oviedo tanto por la afición como por la gente que acudieron a darle un auténtico baño de masas con fotos incluidas y hasta con bebés en brazos.
    Recordemos que en 2012 sucedió una broma radiofónica-telefónica a Elías Ayub con la intención de rescatar al Real Club Oviedo,  la respuesta sorpresiva fue la generosa ayuda de Slim: dos millones de eurazos para salvarlo y ponerlo al punto.
    Y allí estaba él con su sonrisa aupando a su equipo para ver si dejaba la zona B y pasaba a Segunda División. Ojalá que Slim pudiera hacer mucho más pero mucho a favor de tanta gente que todos los días pierde la ilusión porque su empresa quebró. El peor negocio es la pobreza.
   

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