Nueva Zelanda, Australia, China, Brasil y Francia acogieron en el 2014 exposiciones mexicanas sobre la cultura de los Mayas y Mexicas

Una de estas muestras mexicanas de carácter internacional, organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es Mayas, el lenguaje de la belleza, que aún permanece en el Museo Nacional de China, en Beijing, hasta el 8 de marzo de 2015, luego de una exitosa exhibición en el Museo Regional de Antropología, Carlos Pellicer Cámara, en Villahermosa, Tabasco.

Está integrada por 238 piezas de diversos estilos y temporalidades, desde objetos creados hacia el año 500 antes de Cristo, hasta aquellos elaborados hacia el año 1550 de nuestra era, abarcando más de mil 200 años de historia, que dan testimonio de cómo la sociedad maya expresó plásticamente su visión religiosa, política, mítica y fantástica del cuerpo humano y su concepto de belleza.

La cuidadosa selección de piezas arqueológicas permite entender las representaciones del cuerpo visto desde el imaginario de los antiguos mayas, cuyo eje temático se centra en la sensibilidad y maestría de los escultores que revelan el concepto del hombre y su posición en el universo; los objetos son ejemplo de la riqueza de técnicas que van de la talla en piedra, concha y jadeíta, al moldeado en cerámica, entre otras.

A su vez, la exposición Mayas, revelación de un tiempo sin fin, integrada por 383 piezas, se exhibe actualmente en el Museo de quai Branly, en París, Francia, y concluirá el 8 de febrero de 2015. Su largo peregrinar inició en Palacio Nacional, en la Ciudad de México, y siguió en el Museo de la Oca, del Parque Ibirapuera, en Sao Paulo, Brasil.

Admirada por miles de visitantes, es considerada la mejor exposición de arte maya que se haya realizado en la historia y la mayor que se ha hecho de arqueología americana, por la cantidad e importancia de su colección, que abarca más de tres mil años de historia de los mayas.

Se compone de urnas, incensarios, cerámica, estelas, dinteles, máscaras funerarias de jade y dos entierros con sus ofrendas, así como de videos que aluden a las épocas colonial y contemporánea.

Además de destacar el valor estético de las piezas, la muestra también da cuenta de las formas de vida, la organización sociopolítica, la conciencia histórica, la religiosidad y la cosmovisión de esta antigua cultura.

Ejemplos de algunas piezas que conforman la exhibición y que reflejan la capacidad creadora, la sensibilidad estética y la perfección lograda por los mayas, son las cabezas de estuco del rey Pakal, máscaras mortuorias de jade, un marcador monumental de un juego de pelota y una pieza de gran valor arqueológico: el Tablero del Trono del Templo XXI de Palenque, una de las expresiones plásticas más excelsas del arte maya.

Cabe recordar que Mayas, el lenguaje de la belleza y Mayas, revelación de un tiempo sin fin, se exhibieron por primera ocasión en México, integrando junto con la titulada Paisajes mayas, hilos de luz, una trilogía de muestras organizadas por el INAH para difundir la grandeza de esta antigua civilización, y los resultados de las recientes investigaciones sobre la misma.

Otra exposición que despertó gran interés fue Aztecas. Conquista y gloria, que viajó al extranjero para exhibirse en el Museo de Nueva Zelanda Te Papa Tongarewa, en Wellington, Nueva Zelanda. Posteriormente se trasladó a Australia, donde se presentó en los museos de Melbourne y en Australiano de Sidney, en este último continuará hasta el 1 de febrero de 2015.

Con la curaduría del arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, responsable del Programa de Arqueología Urbana del Museo del Templo Mayor, y Lynette Townsend, del Museo de Nueva Zelanda Te Papa Tongarewa, la muestra conformada por más de 200 piezas presenta la riqueza de la cultura mexica a pueblos distantes geográficamente y poco familiarizados con Mesoamérica.

La colección ofrece un recorrido por la historia de los aztecas, desde su peregrinaje como grupo nómada, su establecimiento en la Cuenca de México, las guerras de expansión, la consolidación de su dominio, hasta la destrucción de su imperio durante la Conquista española.

Reúne piezas procedentes en su mayoría del Museo del Templo Mayor, así como de la Zona Arqueológica de Teotihuacan, los museos nacionales de Antropología, de Historia y del Virreinato, diversos museos regionales y de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, al igual que de otras colecciones públicas y privadas.

Exhibe varios objetos emblemáticos, entre ellos la gran escultura de Mictlantecuhtli, deidad de la muerte y del inframundo; un pendiente de oro de Xochipilli, divinidad de las flores y la belleza, y el corazón de Cópil o corazón de piedra verde.

Fuente: (INAH)

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