De sueldos a sueldos, ¿transparencia?

No le podemos negar a Pepe varias virtudes al manternese firme en sus convicciones de continuar con su esquema de vida con la misma casa, el mismo coche, la misma mujer; en suma, defendió la parafernalia que le caracteriza.
Además ha tenido la habilidad suficiente de saberse ir a tiempo del poder, una cualidad ausente en muchos políticos latinoamericanos que asoman  sus intenciones ante el primer escalafón en el tejado de la política.
Estos días de la entrega del Nobel de la Paz en la que Malala se ha convertido en todo un símbolo versus la opresión acaecida en miles de niños y niñas  que desean superarse; el nombre de José Mujica se ha paseado en los  corredores de Oslo, como futuro premiado.
Es que, hasta el presidente uruguayo, ha donado el 90% de su sueldo a causas de su propio partido y también para obras sociales. Sucede en estos tiempos en los que ni siquiera otro latinoamericano, como el Papa Francisco,  lo lleva a cabo a pesar de ser el líder espiritual de 1  mil 229 millones de católicos y defender la caridad como obra del buen samaritano.
Pero Mujica lo hizo: el año pasado devengó un millón 986 mil pesos anuales brutos, por su actividad como jefe de la Nación y de éstos donó el 90 por ciento.   Y lo hace aún en el presente y hasta el último día que le restará en el poder, cuando Tabaré Vázquez asumirá el relevo en marzo de 2015.
Yo estoy segura que este tipo de guiños molestan a unos y agradan a otros. Los primeros, dirán que decenas de problemas sociales derivan de distorsiones económicas, laborales y salariales que pueden ser corregidas mediante la aplicacion de  políticas adecuadas y ello atañe al ejercicio del poder. Es decir, esta cantidad de dinero no le resuelve la vida a nadie, si no cuentan con verdaderas oportunidades para modificar su situación actual.
No obstante, otros alabarán este tipo de actitudes al considerar que, por el simple hecho de ser el mandamás es muy seguro que tiene todo el mundo a sus pies y accede a muchas prestaciones, privilegios que superan con creces su nómina presidencial. Desprenderse del dinero obtenido además por este trabajo exquisito y envidiable, despojarse, es interpretado como un matiz de honradez.
Y la honradez no es precisamente una palabra que un ciudadano asocie cuando piensa en un político, de forma subliminal se liga lo político con lo corrupto o indeseable.
Así es que Mujica viene a ser una rara avis, ese bonachón y panteísta le ha puesto el ejemplo a muchos.
A COLACIÓN
Vaya que hay de sueldos a sueldos entre los mandatarios en el mundo. Crispa encontrarse presidentes de países tercer mundistas que ganan más que otros homólogos del llamado primer mundo.
Me recuerda el año en que Forbes emitió un listado de las grandes fortunas de los  mandatarios en general y después de la Reina Isabel II, en el renglón de abajo, figuraba Fidel Castro. La respuesta fue contundente, el mítico comandante se quejó cuanto pudo contra la publicación y así logró omisiones futuras.
¿Quién gana más o quién gana menos? Hace unos días, en España, se puso en práctica el Portal de Transparencia veremos qué tan bien funciona si partimos del ejemplo que en México -en 2002- fue aprobada la la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental (LFTAIPG); y desde entonces, tenemos que abrir candado trás candado para acceder a diversas cifras oficiales.
En España,  la Ley de Transparencia, Acceso a la Información y Buen Gobierno fue aprobada a finales de 2013 parte de su estrategia es precisamente el Portal de Transparencia.
Y el revuelo ya comenzó, con el sueldo de la clase política española. Toda comparación es odiosa, pero causa morbo que el presidente Mariano Rajoy gane anualmente mucho menos que el presidente Enrique Peña Nieto o el propio Mujica.
De acuerdo con el portal, el presidente Rajoy gana 78 mil 185 euros brutos anuales y si se le suma su compensación como diputado por Madrid aumenta a 90 mil 365 euros brutos anuales.
Es decir, que a pesos, en total son un  millón 581 mil 387.5 pesos (tipo de cambio de 17.50 pesos por euro); el presidente Peña Nieto en sueldo bruto anual percibe dos millones 880 mil pesos, mientras que, su homólogo uruguayo Mujica, en total un milllón 986 mil pesos, de los que técnicamente dona el 90 por ciento.
Se ve a leguas que el sueldo austero  es el del presidente Rajoy. Aunque también me parece que esto es una cortina de humo y lo más poco creíble es la cantidad de otros cargos públicos y puestos políticos con menor responsabilidad pero que perciben mucho más y más que el presidente. Lo mismo sucede en el caso de México: titulares de Estado con una dieta elevadísima, diputados con más ingresos que el inquilino de Los Pinos.
Lo que la mentada transparencia no nos cuenta, ni nos deja ver  como ciudadanos, es la cantidad de prestaciones, partidas secretas y discrecionales además de obsequios a favor de quien lidera el país.

Leave a Reply