Música, zapateado, danzas tradicionales y júbilo afloran en la plaza principal de Xilitla durante la inauguración del XIX Festival de la Huasteca

Este espacio, cuna del huapango, albergó por segundo día consecutivo la XIX edición del Festival de la Huasteca que se realiza en este municipio hasta el 23 de noviembre.

Bajo un intenso Sol, los potentes sonidos de la tuba, tambora, platillos y trompeta dieron origen a las primeras canciones que se escucharon en la plaza principal del recién nombrado Pueblo Mágico: “Mi gusto es”, “Basta ya” y “El toro viejo”.

Estos sonidos, creados por los jóvenes y adultos de las bandas de viento Los Amigos y La Guadalupana, pusieron a bailar a las primeras decenas de personas que atraídos por los poderosos y constantes ritmos se pusieron a zapatear en pareja o solos.

Puestos de comida, agua, ropa y dulces, oficinas de gobierno, centros de atención telefónica, peluquerías, bares y tiendas fueron el escenario que dio cabida también a la exhibición y competencias de manejo de trompo de cuarta.

Encabezado por el maestro y artesano hidalguense Anastasio Flores, el evento convocó a decenas de jóvenes que -brincando y gritando- intentaron hacer girar, el mayor tiempo posible, un trompo de más de 30 centímetros de altura utilizando sólo una tira de izote.

Niños caminando o en los brazos de sus papás, adultos mayores en sillas de ruedas, obreros, campesinos, vendedoras, estudiantes de secundaria y amas de casa caminaban por la plaza principal de Xilitla mientras se presentaba el disco Sones para Niños del grupo Alondras Huastecas.

Se trata de un disco doble en donde el trío potosino hace homenaje a los sones más representativos de la región huasteca, los cuales fueron interpretados por el grupo en vivo, entre los que destacaron Chachalaca andariega, Alma huasteca y Estoy envejeciendo.   

De repente, el cielo se nubló, la neblina empezó a bajar y cubrir gran parte de la plaza principal de Xilitla, espacio que albergó el ritual de la danza de los volares de Tamaletón, Tancanhuitz, San Luis Potosí.

¡Ay!, ¡Oh!, ¡Mira, mira!, ¿Se van a caer mamá…o van a volar hasta el espacio? fueron algunas de las frases que niños y jóvenes decían mientras veían atónitos como cuatro jóvenes, a ritmo de flauta y tambor, subían, sólo apoyándose de sus pies y manos, un tronco de más de 20 metros de altura, del cual descenderían tres minutos después.

Los aplausos y risas nerviosas se hicieron escuchar entre los cientos de personas que congregadas en la plaza miraban con temor como en lo alto del tronco un joven danzaba en un solo pie y pedía a los dioses su aprobación para poder realizar la danza sin sufrir un accidente.

De pronto, la gente miró desconcertada cómo desde lo más alto, el joven sacó un guajolote y empezó a quitarle las plumas, las cuales cayeron entre el público, mientras que de forma sorpresiva una parvada de pájaros salía de los árboles para sobrevolar entre el público.

Así, se daría inicio a esta danza que mostraba la comunión entre los humanos y el cosmos, la cual dio paso a otra: Danza de las Huahuas de Huauchinango, Puebla, que se realiza, a ritmo de flauta y tambor, como rito para la fertilidad de la tierra hacia los cuatro puntos y elementos de la naturaleza, girando en una cruceta durante 13 vueltas.

Esta pieza, dio paso a la Danza de las Marotas (Danza de la Judea), Tamaulipas, en la cual participaron jóvenes y adultos, quienes a ritmo de música de banda, danzaron canciones populares de la zona y perfectamente rítmicas, entre ellas La abeja miope y La burra.

Cuando el reloj del Ex Convento de San Agustín marcó las 7 se hizo presente, entre otras, con las canciones El Querreque, Las Huastecas y La Borrachita, interpretadas de forma peculiar por los tríos infantiles Xochipitzahua (San Luis Potosí), el de la casa del músico Honorio Torres Polito (Hidalgo), San Francisco (Puebla) Armonía Queretana (Querétaro), Nueva Herencia (Tamaulipas) y Chicomexóchitl (Veracruz).

El frío llegó a Xilita, y bajo un cielo nublado que de pronto dio paso a una ligera y corta lluvia, el Ex Convento de San Agustín, iluminado de color verde, fue el contexto de la presentación del invitado especial del día: el grupo de la región Maya Tumben K´aay.

Este grupo, creado en 1989,  asombró al público con su música y cantos de la cosmovisión y naturaleza maya generados con un caracol, un tambor, una concha de tortuga, flautas y un teponaztli, los cuales al fusionarse dieron origen a las canciones Ritual de purificación, Santa Palabra, Se enredan, Canto de la chachalaca y Xikitunkuy (talón rajado).

En una ambiente de fiesta interminable, el segundo día de actividades del XIX Festival de la Huasteca concluyó entre huapangos e improvisaciones musicales generadas por los sonidos del violín, la vihuela, la quinta huapanguera y la jarana huasteca que sonaron sin parar.

El zapateado recio apareció con las canciones El Ausente, Malagueña, Gallo, El Huasteco y El Fandanguito, las cuales fueron interpretadas de forma sorprendente por los grupos: Tamazunchale (San Luis Potosí), Destello Hidalguense (Hidalgo), Los Tres caballeros (Puebla), Energía Huasteca (Querétaro), Voces Tamaulipecas (Tamaulipas), Colotlán (Veracruz) y Gigante Huasteco (San Luis Potosí).

Fuente: (CONACULTA)

 

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