Dominio de los republicanos

Hoy, el Senado les pertenece.  Tienen el control de 52 curules contra 43 de los demócratas.  Y es muy probable que uno de los tres puestos que todavía no tienen resultado final llegue a pertenecer al Partido Republicano.  Es decir, al final tendrán un total de 53 senadores contra 45 de los demócratas y dos independientes.
El sueño de los dos partidos políticos es acaparar 60 curules.  Con este número se puede dar de baja al tan odiado “filibuster”, senador que abusa del derecho de dirigirse ante sus colegas y habla de lo que se le venga en gana, aniquilando cualquier proyecto de gobierno.
Asimismo, los republicanos han tenido la virtud de aumentar curules en la Cámara de Representantes.  Hasta el momento tienen control de 243 puestos, mientras que los demócratas bajaron a 181.
Como están las cosas, los demócratas no tienen otra opción que bajar la cabeza y esperar que algún filibuster en el Senado les saque de apuros.
Sin embargo, no todo es color de rosa para los republicanos.  Las repercusiones de ganar en las dos cámaras pueden tener consecuencias negativas en el corto y mediano plazo.
A pesar de que Barack Obama es considerado como un presidente “lame duck” o un líder sin poder y sin la facultad de promover algún proyecto de gobierno, todavía sigue siendo el hombre más poderoso del país.
No podemos olvidarnos que el Presidente tiene el poder del veto y puede llevar a cabo proyectos de gobierno a través órdenes ejecutivas.  En tal sentido, aunque lo correcto es encontrar un punto medio con el Congreso y negociar un compromiso político, Obama tiene toda la capacidad de hacer uso de esos poderes.
En su primera declaración, el futuro jefe del Senado Mitch McConnell llegó a hacer entender que el pueblo norteamericano quiere que, tanto el ejecutivo como el legislativo, dejen a un lado las peleas políticas y busquen el camino del entendimiento para el bien de toda la población norteamericana.
Esperemos que las palabras de McConnell se hagan realidad.  Durante los seis años del gobierno de Obama, los republicanos han obstruido los proyectos del ejecutivo desde la Cámara de Representantes.
Hoy, los republicanos tienen control de las dos cámaras.  Hoy más que nunca, si es que quieren que el electorado latino los apoye en las elecciones presidenciales de 2016, van a tener que buscar formas de resolver el problema de más de 11 millones de indocumentados.
A los republicanos no les queda otra alternativa.  Están en una posición idónea para atraer el voto latino.  Claro, siempre y cuando legislen una reforma migratoria integral.  De lo contrario el festejo les durará dos años nada mas.

Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move.          E-mail: hcletters@yahoo.com

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