Inauguran en el Museo de Cuitzeo, “Una mirada al Barroco Mexicano”, exposición de la artista mexicana Dolores Dahlhaus

Luego de su exhibición en la Galería del INAH, en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde pudo ser apreciada por los miles de paseantes, la muestra se presenta ahora en este espléndido conjunto arquitectónico virreinal que data del siglo XVI.

La exposición muestra la arquitectura, escultura y pintura de estilo barroco que se localizan en diferentes sitios de México, a través de las imágenes captadas por Dolores Dahlhaus que dan cuenta del legado artístico producido en la Nueva España.

La colección de fotografías de gran formato, enmarcadas en estructuras museográficas, realza la belleza de vistas panorámicas de ciudades coloniales y revela  detalles apenas perceptibles de fachadas, retablos, esculturas doradas y estofadas de distintos tamaños, así como de escultura y pinturas barrocas.

La doctora María del Consuelo Maquívar, investigadora emérita del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), realizó la curaduría de la muestra y seleccionó, junto con la autora, imágenes de obras de los siglos XVII y XVIII, sobre todo de arquitectura, para integrar la exposición.

Algunos ejemplos son: el Santuario de Ocotlán, de Tlaxcala; la iglesia de la Enseñanza, de la Ciudad de México; la Catedral y el Museo de Guadalupe, de Zacatecas; el Templo de la Valenciana, de Guanajuato; y el Museo Nacional del Virreinato, de Tepotzotlán, Estado de México.

El esplendor artístico del barroco sucedió a la época renacentista del siglo XVI. De España llegaron los modelos aprovechados por los artistas de la naciente sociedad novohispana. Durante los siglos XVII y XVIII, indios y españoles, mestizos y criollos, construyeron y ornamentaron los monumentos que hoy causan admiración.

Caracterizado por su profusa decoración, el estilo barroco se puede contemplar en las fachadas del siglo XVII, con sus columnas salomónicas retorcidas cubiertas de vides y hojarasca, en tanto que en la centuria siguiente predominó la pilastra estípite, con sus cubos y formas piramidales ornamentadas.

Muchos recintos religiosos aún conservan lienzos pintados con escenas de la vida de Jesucristo y la Virgen María, así como retablos dorados que lucen pletóricos de imágenes de ángeles y santos.

Una mirada al barroco mexicano muestra “el patrimonio riquísimo que hay en el país, el arte de dicho periodo es muy rico en la ornamentación, destacando particularmente la iconografía religiosa de iglesias y conventos, aunque también hubo construcciones civiles barrocas extraordinarias”, señaló María del Consuelo Maquívar.

La especialista abundó sobre las características del barroco mexicano, que se originó con las escuelas y talleres establecidos por los misioneros para adiestrar la mano indígena. “Era mano de obra muy buena, cuya calidad era reconocida por los cronistas españoles. Creo que ésta fue la gran aportación del barroco que se desarrolló en la Nueva España. Además, los españoles también aprendieron de los indígenas la técnica de pasta de caña y el arte de la plumaria que trasladaron a Europa”.

La exposición estará en el Museo de la Estampa del Antiguo Convento de Santa María Magdalena hasta marzo de 2015. El recinto se ubica en calle Morelos 20 Sur, en el centro de la ciudad de Cuitzeo del Porvenir, Michoacán. Abierto de martes a domingo, de 9:00 a 17:00 horas.

Fuente: (INAH)

 

Leave a Reply