Cambios monárquicos y Peña Nieto

En plena efervescencia en las calles y  pasillos oficiales, el día de hoy lunes arriba a Madrid, el presidente Enrique Peña Nieto para realizar su primera visita oficial de Estado.
Con una agenda planeada con más de seis meses de anticipación por supuesto que la embajadora Roberta Lajous preguntó qué pasaría con el protocolo en cuanto a los compromisos entre la Casa Real y el presidente Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera.
El Rey Juan Carlos I estará presente  para cumplir con la agenda con el presidente mexicano será de esos pocos actos que todavía cubrirá antes de delegar la Corona en su hijo, el príncipe Felipe.
Sin lugar a dudas, la presencia del presidente Peña Nieto estará eclipsada por la efervescencia de la noticia de la abdicación del rey que no deja de ocupar editoriales, mesas informativas y redacciones de los medios de comunicación.
Básicamente, el ciudadano de a pie ha comenzado a preguntarse por qué la decisión de abdicar cuando el rey Juan Carlos  había logrado recuperarse de su más reciente operación de cadera y continuaba con una agenda interna y externa cargada de actividades.
La segunda pregunta  en el aire es si ha sido el mejor momento oportunamente hablando; y por último, se especula si era el rey quien desde el año pasado venía madurando dicha posibilidad o fue una presión del propio presidente Mariano Rajoy al monarca para que no dilatara más en procurar el cambio en la Corona española, independientemente de cómo saliera el resultado de las elecciones europeas.
A COLACIÓN
La Constitución de España no contempla qué pasa en el caso de que abdique el monarca, también con ello deja en el limbo el papel de quién lo hace y de la primera familia.
Tampoco la Carta Magna está preparada para que una mujer asuma la Corona que es precisamente el caso de Leonor,  la primogénita de los todavía príncipes Felipe y Letizia.
Así es que con la abdicación se abre una oportunidad para subsanar legal y constitucionalmente dichos vacíos, aunque buena parte de la gente de a pie quiere aprovechar el momento histórico.
Muchos jóvenes que se concentraron no sólo en la Puerta del Sol en Madrid sino en todas las principales plazas públicas de España,  desde el 2 de junio por la tarde-noche, no quieren que se imponga a Felipe VI como monarca sin que antes suceda un referéndum.
La calle le está tomando el pulso al gobierno del presidente Rajoy y lo que se aventuraba como un proceso  para aprobar una nueva Ley de Sucesión que podría llevarse hasta entrado el verano, es ahora, un pisa y corre, para evitar que el ánimo de la gente desborde.
La fecha del 18 de junio de 2014 marcará una nueva etapa histórica para España, será el día que el príncipe Felipe, será nombrado rey como Felipe VI.
De la nueva etapa por venir, Ignacio Camacho, experto analista político y articulista destacado del periódico ABC, explicó que la abdicación Real es una decisión trascendente más allá del zapping institucional propio de las sociedades posmodernas.
“No se trata de un simple relevo de personas en la cúpula del Estado, es el comienzo de una etapa distinta que necesitará una Constitución distinta para renovar el pacto de convivencia de la España del siglo XXI”.
Camacho refiere que si el del 78 fue un acuerdo de nueva planta, levantado sin mapas ni proyectos, el de este tiempo ha de construirse conforme a un espíritu de continuidad que asegure los cimientos del sistema.
Para él, esa continuidad, la representa el príncipe Felipe en el plano dinástico y el Parlamento en el democrático.
“Acaso la clave del proceso consista en que el rey haya entendido que, ante los vientos fragmentarios que soplan  en la atmósfera electoral, la próxima Cámara de Diputados puede carecer de la cohesión y la estabilidad necesarias para asegurar el éxito de una operación tan delicada”.
En esta legislatura, recordó Camacho, el PP tiene mayoría absoluta y el PSOE responde aún al pragmático patrón post-felipista. “Juntos suman un respaldo abrumador para el nuevo monarca sobre cuya espalda recaerá la responsabilidad de ganarse su propia legitimidad de ejercicio.”
Los vientos de cambio corren en España, mientras se apura la envestidura del nuevo rey, la calle se manifiesta y el desafío soberanista de Cataluña sigue con su fecha fatal del 9 de noviembre, la del referéndum convocado por Artur Mas, presidente de la Generalitat de Cataluña.
En tanto, en la sombra,  el presidente Rajoy estudia cómo saltar todos estos obstáculos sin mancharse demasiado los pies para llegar al 2015 puesto en el sendero de la reelección. Por lo pronto ¡God save the King!

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