Si la obligación de dicha Asociación es defender la libertad más preciada de los medios de comunicación, no puede cerrar los ojos ante quienes hacen un mal uso de la misma y la utilizan para insultar, ofender o incluso cometer delitos. Para animar a una nueva violencia de género: la violencia de género antitaurino.
Le decimos a su Presidenta, Carmen del Riego, que vio la corrida de hoy desde una barrera junto a la Infanta Elena, que haría mal en apartar la vista de medios como Público y otros que, no sólo con sus indefinibles titulares de ayer, alimentan la violencia. Una violencia nada sutil y nada reciente, en la que jueces y policías han dado la espalda a la víctima una y otra vez. Año tras año, de ciudad en ciudad, de plaza en plaza. Una violencia que desea mal y muerte a personas sólo porque esas personas han elegido una profesión o una afición.
¿Acaso no puede respetarse una opinión contraria a la fiesta de los toros? Por supuesto, como se ha respetado siempre, en ese gran espacio de libertad que es una plaza, la diversidad de criterios políticos e ideológicos. Sentado que la discriminación por razones de raza, sexo, credo o ideología es delito, toca sentar que también lo es por razones de afiliación. Y acabar con el cordón discriminatorio, vejatorio y violento que se ha tendido contra todo aquello favorable a la fiesta de los toros. Porque atenta contra la libertad de expresión, de empresa y de prensa.
La de Las Ventas y otras plazas vienen acogiendo, desde hace mucho tiempo, festejos a beneficio de asociaciones que velan por la libertad de expresión. Por eso es hipócrita acudir como periodista a una plaza de toros para festejar la Corrida de la Prensa y no hacer lo que la prensa ha de hacer siempre: dar la cara por la libertad. En este caso, por la libertad de oficio y de afición.
Fuente: (mundotoro.com)