Cruzada anti deudores

Dicen que, ningún banquero quiere repetir el desastre derivado de la crisis de finales de 1994 con la consecuencia de cuentas en suspensión de pago y créditos vencidos que al final tradujeron en un incremento de la morosidad.
La salud de la Banca es fiel reflejo de la salud de una economía y por supuesto de su sistema financiero. De la pesadilla de 1994-1995 y los años postcrisis nadie quiere acordarse, empero, los resultados los seguimos pagando todos gracias al Fobaproa.
El rescate pasó a cuadruplicar el saldo de la deuda interna del país, un tema que desarrollaremos en otra columna por la atención que implica.
No obstante, una década después, a pesar de sendas modificaciones en leyes como la Ley de Quiebras y de que  las instituciones  de crédito cumplen con una serie de requisitos prudenciales primando sobre todo los niveles de capitalización y la cobertura de los créditos otorgados, aún así, cada bajón de la economía levanta el fantasma de la cartera vencida.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el lastre en la morosidad de los bancos se concentra en tarjetas de crédito y otros créditos al consumo.
La situación de los créditos hipotecarios sigue siendo selectiva no es nada fácil conseguir un financiamiento para la compra de vivienda, las instituciones financieras se aseguran que el cliente potencial no se convierta en un problema jurídico para el banco.
Sin embargo,  el financiamiento al consumo y en tarjetas de crédito está convirtiéndose en un quebradero de cabeza, esta vez los bancos cuentan con todo el apoyo posible para la recuperación de los adeudos morosos.
Lo hacen a través de cambios en la ley, amparados en dictámenes judiciales desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con la ley en la mano, los bancos están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias para recuperar adeudos impagados.
Hay deudores que creen que la deuda per se desaparecerá tan sólo con rechazar los estados de cuenta, devolviendo los avisos del banco, negándose a contestar las llamadas de los ejecutivos –muchas de ellas amenazantes- a fin de presionar que atiendan los compromisos adquiridos.
Para las instituciones de crédito, la recuperación de estos adeudos conlleva más de un año y empeora en la medida que el deudor cambia de domicilio, teléfono y área geográfica.
De suma en suma, esta morosidad “hormiga” implica un impacto importante para la caja de los bancos e insisto va en alza  desde  2006.  Existe una  lógica detrás: la situación económica de México ligada a los vaivenes de Estados Unidos y el impacto de la economía global en todas las áreas de la producción orientadas hacia el exterior.
En los últimos doce años no se ha logrado ningún resultado económico relevante para el país, el desempeño del PIB ha sido marginal.
Tampoco el empleo ha mejorado, ni los sueldos, salarios, remuneraciones y prestaciones revalorizaron.  El consumo no ha descendido precisamente debido a los créditos y préstamos personales.
El punto es que nuevamente mucha gente debe no solo una sino varias tarjetas de crédito; y más de un  préstamo personal. Hace un par de años que los bancos incrementaron el pago del mínimo, lo hicieron a fin de “invitar” al deudor a esforzarse para terminar de desendeudarse lo más pronto posible.
Empero, esta estrategia ha salido contraproducente máxime –insisto-, cuando la persona tiene varios adeudos.
Ahora el mecanismo que será utilizado para hacerle pagar a los morosos va más allá del reporte en el Buró de Crédito, los avisos de impago, las llamadas amenazadoras, será el brazo de la ley que actualmente permite “congelar” el sueldo, salario y remuneración del moroso.
Claro que primero hay que agotar varios plazos para llegar a tan fatal decisión, pero en cuanto se llegue a un juicio mercantil o civil, el juez podrá ordenar el embargo del excedente del salario mínimo de un trabajador para garantizar el pago de las deudas que tenga pendientes en materia civil o mercantil.
“El embargo procede por el 30% del excedente del salario mínimo del trabajador, por ejemplo, si usted trabaja en el Distrito Federal y  gana 10 mil pesos mensuales, le pueden embargar el 30% del excedente de su salario mínimo,  porcentaje que equivale a 2 mil 386 pesos.”
También la Suprema Corte de Justicia de la Nación autorizó que el SAT retenga saldos de cuentas bancarias de deudores fiscales.     Así es que tampoco habrá forma de escaparse del pago a Hacienda derivado del incumplimiento de los impuestos.

Leave a Reply