Tocar con la OSN y en el Palacio de Bellas Artes serán dos sueños hechos realidad: Quetzalli Yael Reyes Meneses

“Para mí, serán dos sueños hechos realidad: tocar con la Orquesta Sinfónica Nacional y hacerlo en el máximo recinto cultural del país”, dice en entrevista el joven que tocará el Concierto para piano núm. 1 en re bemol mayor, op. 10 de Serguéi Prokófiev, interpretación que le valió ganar el certamen Jóvenes Solistas ESM/INBA.

“Esa obra me gusta porque el compositor ruso la creó a la misma edad que tengo. Es un concierto que se presta a mi condición de crecimiento artístico. Es muy rápido, tiene cuestiones técnicas muy complejas y diferentes caracteres, y contiene pasajes muy virtuosos que te hacen crecer como intérprete”, señaló.

Su pasión por el piano comenzó a los siete años de edad, cuando sus padres, preocupados de que pasara muchas horas frente al televisor, lo inscribieron en la Escuela de Bellas Artes de Coyotepec, “con el fin de que hiciera algo útil en mi tiempo libre”, recordó.

“Provengo de una familia que no tiene relación con la tradición musical. Nací en Puebla,  pero crecí en el Estado de México, en el municipio de Coyotepec, que es reconocido dentro y fuera como una tierra de músicos de todos los niveles”, comentó en la entrevista realizada en su salón de ensayos del CNM, del que es parte del Consejo Académico.

Apuntó que en esa época no tenía una relación directa con el piano, y tuvo que aprender coro y solfeo. Más tarde, sus propios maestros lo motivaron a entrar al CNM, institución “que me abrió mi instinto musical”, sostuvo el pianista.

“A los 12 años hice mi audición para el CNM. Toqué algo en piano y salí llorando porque nunca antes había conocido un piano de cola. A partir de ahí, tuve que acostumbrarme a lo nuevo, a estudiar música de forma seria y a empezar a formarme como músico. Llevó ocho años formalmente en el piano”, reconoció.

Aseguró que no domina el instrumento, “porque esto amerita mucho más trabajo que el actual. Nunca se puede decir que ya dominas un instrumento musical. En lo personal, sigo creciendo pianísticamente por medio del estudio constante.”

Señaló que en su pueblo “escuchaba todo tipo de música, desde cumbia hasta trova, pero al momento de llegar al CNM es cuando empiezas a conocer otra variedad de compositores. Cuando era niño me gustaba mucho Bach y después me acerqué a muchos más autores, y puedo decir que no tengo predilección por alguno en particular. Me gusta escuchar de todo. Me encantan Rajmáninov y Mozart.”

Comentó que otra de sus pasiones es el cine y “me gusta un poco la política como filosofía de bien común”, al grado de que no deja de citar a Miguel Ángel Granados Chapa.

“Hasta la fecha, siento que debo dar más. No me siento satisfecho. El piano también me ha dado muchas alegrías y afortunadamente mis padres siempre me apoyaron. Nunca fueron de la idea cerrada de decirme que ser músico no es una carrera. Me decían: tú haz lo que quieras, pero prepárate.”

Explicó que la música en general –y la de piano en particular– contiene muchos sentimientos, imágenes e ideas. “Siempre trato de buscar algo que me dé esa sensación de transmitir algo. El piano es muy versátil y cada vez que lo tocó me deja echar a volar la imaginación. Y esto es lo más importante, al menos para mí.”

Agregó que sus maestros han sido un aliciente constante en su corta pero intensa carrera musical. “Ellos me han enseñado que nunca habrá un ‘lo siento’ o un ‘ya estuvo bien’ en esta carrera, porque siempre hay aspectos nuevos por aprender.”

A sus 20 años, Quetzalli tiene muchos sueños y proyectos. “Mi deseo es estudiar un posgrado en Europa, quizá, y buscar algún tipo de financiamiento, incluso algunas becas, para nunca dejar de crecer musicalmente y conocer el mundo. Nunca entré al mundo musical con el fin de ser famoso. Siempre fue para descubrir el arte en sí. Mi ambición es crecer pianística y artísticamente, es decir, lograr proyectar arte a los demás. Me dan nervios muy padres antes de cada presentación y pierdes esa parte rutinaria de la vida al tocar en público.”

–¿Cómo harías para acercar a los niños a la música de concierto?

–Siempre ha estado convencido de que este tipo de música no es aburrida. Eso lo dice la mayoría de la gente porque no la conoce. No se puede hablar de algo desconocido. En realidad lo que haría sería invitar a los padres a acercarse a la música de concierto en vivo e incitarlos a comprar discos de este tipo de música.

–¿Cómo percibes a tus compañeros?

–La verdad es que hay un enorme talento musical en todo el país, no solo entre mis compañeros. A mí me motiva que exista mucho talento porque me ayuda a tratar de ser mejor. Afortunadamente nunca va a faltar talento, tanto en el CNM como en todo el país.

–¿Qué piensas de los concertistas mexicanos que han triunfado en el extranjero?

–Es un orgullo y a mí me motiva para seguir creciendo. Son, sin duda, un ejemplo a seguir. Principalmente uno se llena de alegría y dice: si él logró, yo también lo voy a intentar y voy a echarle todas las ganas.

–¿Cuál es tu opinión de los autores mexicanos, como Ponce y Castro?

–Su obra es excelente. Son compositores de gran trayectoria y legado, de una gran historia, de una importante herencia que le han dejado a México. A mi parecer lo que necesitan es un poco de más rescate y de difusión. Hay mucho por rescatar del piano mexicano. Como público mexicano, si nunca hemos escuchado a Bach o Beethoven, menos vamos a escuchar a Ponce.

–Entre tus planes futuros, ¿existe la posibilidad de componer para piano?

–La verdad es que nunca me he atrevido y siento que, si se da, será en otras circunstancias. Ahora estoy enfocado en ser ejecutante.

–¿Qué desafíos has encontrado hasta la fecha, además de Prokófiev, y qué más hay por descubrir?

–Hay mucho repertorio que me hace falta tocar. Mi vida pianística ha sido muy corta, entonces he recibido comentarios de que crecí muy rápido, pero necesito tocar más sonatas de Prokófiev y de Beethoven.

–¿Cómo cuidas tus manos?

–Las cuido en cuestiones de temperatura. Trato de no salir al frío y de no exponerme a cambios bruscos de temperatura. Siempre hago un precalentamiento antes de tocar. La constancia y la técnica me ayudan mucho.

–¿Crees que la educación y la cultura son las verdaderas armas para erradicar la violencia?

–Sí, efectivamente. Como dijo Granados Chapa: la única solución a esta crisis humana es la cultura y el arte, porque estamos volviendo a la etapa de las cavernas.

Bajo la dirección de Iván López Reynoso, la OSN tendrá como invitados, además, al clarinetista Luis Arturo Cornejo Pérez y a la pianista Rosa de Jesús Mandaluniz Alvarado, quienes ganaron, junto a Quetzalli Yael Reyes Meneses, el concurso Jóvenes Solistas ESM/INBA.

La OSN iniciará con el Intermezzo de la ópera Atzimba de Ricardo Castro. Posteriormente, Cornejo Pérez participará, como solista, en la Primera rapsodia para clarinete y orquesta de Claude Debussy; Rosa de Jesús Mandaluniz, en el Concierto para piano núm. 1 en sol menor,  op. 25 de Felix Mendelssohn, y Quetzalli Yael Reyes, en la mencionada pieza de Prokófiev. El mismo programa se repetirá el domingo 6 de abril, a mediodía, en el Palacio de Bellas Artes.

Fuente: (bellasartes.gob.mx)

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