Posadas tras el español Occidental Hoteles

La familia Azcárraga dueña del Grupo Posadas lleva varios años haciendo inversiones y desinversiones; quitando activos e intentando reducir pasivos; rentabilizar  al máximo posible a fin de reducir las pérdidas que su administración va dejando cada año en los respectivos balances del grupo.
A  ciencia cierta no se entiende muy bien del todo cómo es la forma que el grupo toma decisiones torales para vender por un lado y comprar por el otro cuando no logran la jugada maestra que les permita sanear su balance lo mejor posible sobre todo de cara al futuro inmediato.
De acuerdo con los resultados financieros de Grupo Posadas que se lista en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) con clave de cotización Posadas, obtuvo al cierre de 2012,  unas ventas por 6 mil 139.9 millones de pesos, un 12.7% más, como resultado de dejar muchas de sus posiciones hoteleras en América Latina y también vender otras en México.
No obstante, el dinero obtenido no compensó el otro lado de la balanza, no logró equilibrarla. Se hicieron esfuerzos  como la primera emisión de Senior Notes con vencimiento en 2017 por un monto principal de 225 millones de dólares a una tasa de 7.875 por ciento.
E inclusive, lo que en sexenios pasados sobre todo los dos panistas, existió un determinado cobijo a cierto grupos de empresarios (nunca se deslindaron responsabilidades al respecto de Mexicana de Aviación) en la actualidad ha dejado en el olvido a estos privilegiados.
De hecho,  como consecuencia de la entrada en vigor de las nuevas leyes fiscales en México, Grupo Posadas “tuvo que reconocer un Impuesto
Sobre la Renta a pagar de 882.3 millones de pesos, derivado de la salida del
Régimen de Consolidación Fiscal.”
También contribuyeron más debido a un impuesto a pagar de 1 mil 297.4 millones de pesos como resultado de la extinción del beneficio del régimen  de SIBRAS.
Recordemos que la compañía y sus subsidiarias tienen la obligación del pago del impuesto diferido determinado al 31 de diciembre de 2013 durante los siguientes cinco ejercicios  a partir de 2014.
No es únicamente el tema de los impuestos sino, insisto, el tipo de gestión administrativa del grupo, de esta forma, en el cuarto trimestre del año pasado, Grupo Posadas reportó  un resultado del ejercicio con una pérdida  neta significativa “principalmente por los efectos del reconocimiento de pasivos derivados de la desconsolidación fiscal y de la terminación del beneficio fiscal del esquema de SIBRAS”.
La pérdida del cuarto trimestre fue de 799 millones de pesos y el resultado neto de 2 mil 074. 5 millones de pesos.
A COLACIÓN
Grupo Posadas dejó sus activos en América del Sur y reenfoca su estrategia a fortalecerse en el mercado mexicano hacerlo como el más grande operador de hoteles.
Ahora sorpresivamente el Grupo Posadas figura entre seis empresas de reconocido prestigio mundial interesadas por comprar  Occidental Hoteles cuyos dueños son BBVA (57%) y Amancio Ortega (23%), de Inditex y uno de los hombres más ricos del mundo.
La marca española Occidental Hoteles no tiene propiedades hoteleras ni en España, ni en Europa, su destino de actuación es: México, República Dominicana, Cuba, Costa Rica, Aruba y Colombia.
Prácticamente son de sol y playa, muchos de estos complejos han sido afectados por huracanes y las huellas que dejan los cambios climáticos; desde hace varios años atrás que sus tenedores  mayoritarios buscaban la solución más acertada para estos activos.
La decisión es vender. Entre los grupos interesados en comprar están Grupo Posadas,  Barceló, Marriott, Grupo Playa en alianza con Host Hotel Resort; así como el fondo KSL Capital en alianza con Iberostar y también está Caribbean Property Group en joint venture con el banco Perella.
En los medios de comunicación españoles se baraja la posibilidad que, de cara al verano, sea difundido el nombre y apellido del comprador.
Resalta la presencia del grupo mexicano, en los últimos 16 meses distintos inversionistas mexicanos han “desembarcado” en el país ibérico.
Cada vez más empresarios aztecas dejan ver sus  pretensiones mucho más en tiempos  en que se puede comprar barato en casi todos los sectores ibéricos la mayoría ávidos de liquidez y  colocar en otros mercados.
La pregunta es si la maldición -por lo de Mexicana de Aviación-, dejará a Posadas reencausar sus finanzas y encontrar proyectos exitosos.

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