Sinfónica de Dresde interpreta magistralmente obras de Silvestre Revueltas y Enrico Chapela acompañados por cantos e instrumentos de la tradición maya

Bajo la dirección de José Areán y la presencia de músicos como Horacio Franco, Gonzalo Ceja, Luis Miguel Costero, Jesús Lara y la voz de la cantante maya Sara Curruchich, quien interpretó pasajes en lengua kaqchikel, el espectáculo fue celebrado por cientos de asistentes que ofrecieron muchos efusivos aplausos desde los diversos niveles del coloso de mármol.

La Sinfónica de Dresde, agrupación conformada por miembros de las orquestas más importantes en Europa, enmarcó con su magna presencia los diversos pasajes de esta epopeya musical que hace referencia al fin del mundo o de una era, de acuerdo a los más antiguos textos de las profecía maya.

El programa inició con la interpretación de una de las obras cumbres de Silvestre Revueltas, Sensemayá, considerado también un poema sinfónico, basado en los textos de Nicolás Guillén.

La obra escrita en 1938 es traducida como Canto para matar a una culebra y fue en principio creada por Revueltas para una pequeña versión instrumental, para después añadir una gran orquestación, aspecto que fue aprovechado con gran excelencia por la agrupación de Dresde.

A continuación, también de Silvestre Revueltas, fue interpretado el célebre Homenaje a Federico García Lorca, obra escrita originalmente en 1936 para ensamble instrumental con tres movimientos bien definidos.

Se cuenta que Revueltas ya había escrito dos de los movimientos antes del trágico asesinato de Federico García Lorca, añadiendo el tercero con gran tristeza e indignación y agregando el título de la pieza en homenaje al poeta que tanto influyó en muchas de sus composiciones.

Enrico Chapela y la pieza Lo nato es neta, con Jens Legler en la guitarra eléctrica; Jesús Lara en el bajo eléctrico y Luis Miguel Costero en la percusión, fue la pieza que se escuchó a continuación en el teatro principal de Bellas Artes con el magno acompañamiento de la orquesta.

La pieza para trío de rock y quintetos acústicos, fue creada bajo el auspicio del programa de Jóvenes Creadores del FONCA, y  originalmente llevaba por nombre Equinoccio.

El público reunido en la sala celebró la combinación clásica contemporánea del ensamble y la orquesta para la interpretación de esta pieza, que de acuerdo a palabras de su compositor, tiene una fuerte influencia mística e incluso astrológica.

Finalmente fue interpretada, también de Enrico Chapela, la pieza Albaktún, basada en las investigaciones que realizó el músico con respecto al calendario Maya y sus modelos matemáticos.

Destacó la interpretación de Sara Curruchich Cúmez, cantante maya, quien interpretó fragmentos del poema Kukulkán, de la poetisa yucateca Sol Ceh Moo, en lengua kaqchikel; estuvo acompañada con instrumentos prehispánicos mayas por Gonzalo Ceja y Horacio Franco.

El público celebró de pie, con un aplauso que se prolongó por más de un minuto la culminación de este espectáculo, que mezcló culturas, corrientes musicales, pero sobre todo la sensibilidad de músicos y compositores de diversas épocas.

Fuente: (CONACULTA)

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