Guadalupe Fernández Gascón y Julio Fernández Gamero, hijos de exilados españoles, narran cómo reconocieron a sus padres en fotografías de “La Maleta Mexicana”

Guadalupe Fernández Gascón y Julio Fernández Gamero contaron en una charla que se llevó a cabo recientemente en San Ildefonso cómo reconocieron a sus padres de entre 4 mil 500 negativos, y compartieron sus impresiones al respecto.

Fernández Gascón dijo que sus padres llegaron a México en 1939 y ambos estuvieron involucrados en la preservación, resguardo y catalogación de las obras de arte del tesoro español. “Durante el conflicto bélico, a Franco no le importaron los museos. Entonces se creó en Valencia la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico Español y se hizo una junta delegada en Madrid”, relató.

A su padre, Roberto Hernández Balbuena, quien fue arquitecto y pintor, lo nombraron el presidente de la junta delegada de Madrid, a la que acudieron especialistas como restauradores, arquitectos, bibliotecarios y maestros de pintura, entre estos, su madre Elvira Gascón Pérez, quien estudió pintura en la Real Academia de San Fernando de Bellas Artes. “Un conocido que realizaba su tesis doctoral en España sobre mi madre fue quien me mostró la imagen”, señaló Fernández Gascón.

En la fotografía aparece su madre haciendo la catalogación de una de las obras de arte del Museo del Prado, y dos milicianos que le detienen la pintura mientras ella hace la catalogación. “Mi madre y el equipo de especialistas hicieron la catalogación de obras de arte como esculturas, armaduras y carretas en la Iglesia de San Francisco el Grande. Y del Museo del Prado trasladan las obras a San Francisco. Las de gran formato se van a Ginebra a una exposición que estuvo ahí todo el tiempo de la guerra”, contó.

Fernández Gamero reconoció a su madre, la enfermera María Dolores Gamero, mientras hojeaba el libro que se editó sobre el acervo expuesto en San Ildefonso y se encontró con una foto que tomó Chim en septiembre de 1936, en un hospital en Talavera de la Reina, una población cercana a Toledo. “Me causó una inmensa emoción encontrar esta fotografía que permaneció semiperdida durante 70 años y ver a mi madre acompañada de otras tres enfermeras. Ella brindó sus servicios durante la guerra, pero tuvo que salir de España en 1939 con mi padre Abreu Fernández, que fue ganadero y empresario”.

“El participar en esta charla para explicar mi experiencia y vivencia representa un homenaje a ellos que vivieron y sufrieron momentos muy difíciles por una guerra muy injusta. No se puede comprender la historia de México si no conocemos el pasaje del exilio español”, comentó Fernández Gamero.

Ery Camara, curador del área de Exposiciones y Registro de Obra de San Ildefonso, mencionó que la exposición fue visitada por 48 mil 371 personas y que en el transcurso de la muestra les llegaron comentarios del público donde decían que habían identificado a familiares en las fotografías, lo que en adelante podría generar otras historias.

“Más allá de la revelación de la obra de los tres fotógrafos, esta exhibición es un documento histórico que hoy tiene otra lectura; un reencuentro entre familiares. Los relatos reafirman la vigencia de las escenas y de las personas fotografiadas que participaron en estos acontecimientos bélicos que conmocionaron al mundo y que hicieron posible una nueva generación de mexicanos”. El curador mencionó que el Centro Internacional de Fotografía se comunicará con los herederos de los fotógrafos Capa, Chim y Taro para que se les pueda entregar una copia de estas fotografías.

Fuente: (cultura.unam.mx)

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