Ciclogénesis económica

La matanza perpetrada en China, a mansalva con cuchillo en mano, por un grupo de hombres vestidos de negro en una estación de tren en Kunming (al sur del país) revela la fragilidad de la paz social capaz de fracturarse en cualquier momento.
El Estado es vulnerable, la colectividad lo es también y el individuo per se en grado superlativo. Las fuerzas motrices de esta pequeña, pero al mismo tiempo gran aldea global, están evolucionando empero no giran coordinadamente hacia el mismo lindero.
Mientras la revolución digital o tecnológica nos tiene atrapados en una vorágine de cambios y enormes transformaciones introducidas a nuestro diario vivir, esquema de interrelacionarnos y de producir; por otro lado, avanzan en menor proporción el grado de satisfacción de la ciudadanía hacia sus sistemas políticos, piramidación salarial,  sensación de bienestar, calidad de vida  y acceso a los servicios públicos.
A la fecha no conozco un país en el que su modelo político no sea criticado, no provoque descontento o deje de hablarse de corrupción o escándalos de distinta índole.
Es verdad que cada vez se corrobora el funcionamiento de un binomio en particular: a mayor libertad menor corrupción. En el terreno económico, la Fundación Heritage, elabora un interesante estudio al respecto que además presenta anualmente.
De acuerdo con el índice 2014 de Libertad Económica mayor libertad se traduce en mayor rendimiento a varios niveles: 1) Crecimiento económico. 2) Ingreso per cápita. 3) Sistema de salud. 4) Educación. 5) Protección del medio ambiente. 6) Reducción de la pobreza. 7) Bienestar en general.
La Fundación Heritage señala que cuatro economías emergentes han logrado aumentos importantes en sus puntajes durante los últimos cinco años tras registrar crecimientos sostenidos de libertad económica y capear con éxito la incertidumbre económica global.
Este grupo de países son: Colombia, Polonia, Emiratos Árabes Unidos e Indonesia.
En sentido contrario, el propio organismo menciona que Estados Unidos es el único país que ha experimentado una pérdida de libertad económica “durante siete años seguidos”.
El dato que aporta la Fundación Heritage es que en 2007, Estados Unidos puntuaba con un índice de 81.2 en libertad económica y en 2014 éste descendió a 75.5 puntos.
Se trata de un varapalo para la administración del presidente Barack Obama, del Partido Demócrata, que lleva desde enero de 2009 como mandatario de Estados Unidos.
Tampoco podemos obviar el marcado acento de derechas de la Fundación Heritage que fustiga todo cuanto puede cualquier grado de intervención del gobierno o de la maquinaria del Estado y rechaza hasta el más pequeño viento con cierto tufillo a izquierda y ni se diga a comunismo.
A COLACIÓN
¿Más o menos Estado? ¿Más o menos gobierno? ¿En dónde están sobrando ambos y en dónde están faltando más? Yo creo que la propia sociedad civil a golpe de balas, piedras, palizas y brotes virulentos está  manifestando que se necesita más Estado para temas de seguridad y guardar la estabilidad de todo el entramado, pero requiere menos gobierno.
Mucho de ello está sobrando porque la gente está dejando de sentirse representada, persiste un descontento, incertidumbre hacia el futuro e incredulidad que irá a mejor.
Si se observa, en la mayoría de los brotes civiles en varios países son muchos más jóvenes los que están manifestándose, además dispuestos a morir tan enconados por su presente gris.
En Kiev, hace unos días, familiares de los fallecidos en las revueltas mostraron sendas fotos de sus muertos, las esquelas eran de jóvenes nacidos en la década de 1980.
Estamos hablando de gente que en la actualidad pasa de los veintitantos años pero no llega a los treinta de edad. Jóvenes que seguramente estudiaron una carrera, egresaron y no tienen trabajo, sus oportunidades de vida han sido escasas.
Y esto es Kiev, lo es Caracas, también el lunes pasado en Bilbao el clima social se le puso bastante negro al presidente Mariano Rajoy. En el Museo Guggenheim los invitados celebraban el Foro España Global 2014 con la presencia de Christine Lagarde, directora Gerente del FMI.
Mientras adentro se hablaba de cifras alegres y recuperación en lo económico, afuera las calles eran una lucha campal. Es muy simple: hablaba el hambre, desasosiego, incredulidad y el ansia por cambiarlo todo.

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