México y su lucha contra el hambre
Parece de ciencia-ficción creer que una persona hoy en día muere de hambre o bien de la semana únicamente, cada dos días, se lleve algo a la boca.
La pobreza duele, es un cáncer social y el gran pendiente de los modelos de producción que no han logrado estructurar modelos económicos con sociedades más equitativas, sin que nadie quede excluido del bienestar.
Pero ser pobre con hambre es todavía más cruel, no tener siquiera para comer, realizar la necesidad más básica de la supervivencia del ser humano. Es entonces cuando, comer para vivir se convierte en todo un desafío.
Hace poco un amigo que estuvo de visita en Madrid aseveró ante un grupo de contertuliano españoles que nadie en México padecía hambre, comentario que hizo levantar la ceja a más de uno, sorprendidos por la negativa de la especie como si se tratara de un mito o una consigna oficial.
Algunos tuvimos que corregirlo con una serie de datos que no hacen más que levantar la sospecha de que la realidad siempre supera a las cifras estadísticas.
Todos quisiéramos que nadie muriera de hambre no sólo en México sino en cualquier parte del mundo, es una injusticia que significa un desafío permanente tanto para los gobernantes como para las políticas públicas y sociales.
En México, como se sabe, la medición de la pobreza ha cambiado considerablemente con el tiempo, sobre todo desde 2000 a la fecha adoptando cada vez más criterios internacionales.
Con el nuevo sexenio del presidente Enrique Peña Nieto inició en enero de 2013 un programa denominado “Cruzada Nacional Contra el Hambre” un programa destinado a atender un grupo de entre 7 a 10 millones de personas a quienes les cuesta llevarse algo para comer al día.
A COLACIÓN
La estrategia del presidente Peña Nieto parte de los principios de la coordinación entre las diferentes dependencias de la administración pública federal y de una alianza con la sociedad civil y el sector privado.
Tiene un carácter multianual con objetivos de corto, mediano y largo plazo que permiten evaluar logros e identificar oportunidades, y adoptar preceptos de rendición de cuentas, transparencia y responsabilidad.
La intención es atender a grupos vulnerables de personas que no encuentran los medios suficientes para alimentarse y nutrirse adecuadamente, son generalmente personas y familias en pobreza extrema muchas que ni siquiera obtienen un dólar diario.
La Cruzada Nacional Contra el Hambre tiene como meta: 1) Eliminar la desnutrición infantil aguda y mejorar los indicadores de crecimiento de niños y niñas en la primera infancia; 2) Aumentar la producción y el ingreso de los campesinos y pequeños productores agrícolas; 3) Minimizar las pérdidas post-cosecha y de alimentos durante el almacenamiento y transporte, así como en los comercios; 4) Promover la participación comunitaria.
Cabe mencionar que “si bien no existe una definición consensuada del concepto hambre, la FAO comúnmente utiliza hambre como sinónimo de desnutrición crónica, aunque también se refiere al hambre como privación de alimentos, o a la sensación incómoda o dolorosa causada por no ingerir en un determinado momento suficiente energía a través de los alimentos.”
Como se señala existen diferentes maneras de aproximarse al hambre. Sólo con base en la medición multidimensional de la pobreza hay al menos cuatro aproximaciones. Una es través del ingreso, en la cual el hambre se podría vincular al valor de la canasta alimentaria. Otra es a partir de la carencia de acceso a la alimentación, mientras que las otras dos se vinculan al concepto de pobreza y pobreza extrema.
Para la Cruzada Nacional Contra el Hambre se decidió aproximarse al problema del hambre a partir de la pobreza extrema y la carencia de acceso a la alimentación.
Así, para la Cruzada el hambre se define como “la situación que enfrenta una persona al encontrarse en pobreza extrema y con carencia alimentaria.”
Esta definición de hambre considera tanto el ingreso por debajo de la línea de bienestar mínimo, que representa el costo de una canasta de alimentos mínimos necesarios para tener una nutrición adecuada, así como la carencia de acceso a la alimentación, que se basa en el concepto de inseguridad alimentaria. A este concepto CONEVAL le ha llamado pobreza extrema alimentaria.
Nuestro máximo deseo es que el programa fructifique y primordialmente esté despolitizado y fuera de alcances electorales.