Brasil, Argentina, México y la FED

En su momento, Yellen, se pronunció a favor de una retirada gradual de los estímulos monetarios siempre y cuando la economía estadounidense alcance dos objetivos cruciales: estabilizar el crecimiento económico y reducir el desempleo.
De hecho, ella también es partidaria de actuar con prudencia en la forma en que la Reserva Federal modificará su política monetaria dado el impacto externo que supondrá que la Fed altere el programa de compra de bonos e incremente las tasas de interés.
El foco de atención está puesto encima de los países con economías emergentes que, en los últimos cinco años, se han visto beneficiados de la crisis en los países más industrializados y del viraje en la política monetaria estadounidense para estimular el crecimiento de la economía norteamericana.
El dinero que dejó de entrar a Estados Unidos y que también salió de allí se fue a los mercados emergentes, a participar en los instrumentos ligados con tipos de cambio; en fondos de inversión de renta fija y variable; también  en  valores refugio como el oro, plata, cobre, etc.
No obstante, desde hace  más de 18  meses el oro y la plata comenzaron a “pinchar” su burbuja en la medida que los inversionistas han intuido el cambio de tendencia: la recuperación lenta, pero segura de los países industrializados y el retorno al crecimiento de Estados Unidos.
La posibilidad de que Yellen confirme un viraje en la política monetaria desencadenará que mucho del dinero que salió de Estados Unidos en los últimos cinco años, salga ahora de los países emergentes y de los valores refugio en busca del premio americano.
El síntoma más evidente de cómo se están moviendo los mercados basándose en recomendaciones de venta y cambio a otros valores e instrumentos puede observarse en el mercado cambiario.
Desde hace más de medio año, Brasil ha tenido sendas presiones en su tipo de cambio; México no tarda en rozar los 13.80 y hasta 14 pesos por dólar; ya en varias ocasiones desde 2011 a la fecha en distintos días el dólar se ha cambiado hasta en 13.50 pesos.
Es decir, la incertidumbre, volatilidad, nerviosismo y esas recomendaciones de los asesores de inversión a sus grandes clientes de “vende posición y cambia de instrumento y de país” orientándolos hacia Estados Unidos provocará unos meses de inestabilidad cambiaria, bursátil y una modificación en la política monetaria de las economías emergentes que, hasta hace poco, eran las más felicitadas por haber soportado con tanta gallardía la crisis desatada por los países más industrializados del planeta.
Como sea, de una u otra forma, los países emergentes siempre terminan levantando en hombros a los países más fuertes; primero, abriéndose en abanico para apoyar las inversiones de las transnacionales, luego promoviendo inversiones directas, pagándolo con consumo,  comprando importaciones etc.; como ya se ayudó a la reactivación ahora habrá que aportar para la recuperación y para eso requieren que regrese el capital.
Argentina, que a pesar de todo, no ha logrado dar por concluida la dolarización de su economía ni minar la credibilidad de su población hacia la moneda americana como resguardo de su ahorro familiar “porque es más fiable en el tiempo que tener pesos”, está siendo castigada por los inversionistas que abandonan en cierto grado los mercados de capitales y bursátiles argentinos hartos por los malos datos económicos, el mal manejo fiscal de la administración de la presidenta Cristina Kirchner; la situación de la inflación, la escalada en la deuda pública y la falta de confianza y credibilidad en las instituciones públicas.
El caso es que Yellen si no es prudente en el inicio de su gestión con la bomba de tiempo entre manos podría desatar ahora un ataque especulativo en los mercados accionarios y de capitales de los países emergentes, primero de la región, aunque con la globalización  nadie queda exento. 
Por eso es que decimos, prudencia mucha prudencia, nadie desea que se combinen factores negativos y suceda una ralentización en el PIB de México, Brasil, Argentina, Costa Rica economías mayormente susceptibles al efecto dominó norteamericano.

POR LA ESPIRAL

Claudia Luna Palencia

@claudialunapale

-Brasil, Argentina, México y la FED

El próximo 1 de febrero, la economista estadounidense, Janet Yellen, jurará como presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos y empezará a tomar decisiones al respecto de los derroteros del programa de estímulos y el rumbo de la política monetaria, circunstancia que desde hace meses atrás mantiene con incertidumbre a todos los participantes de los mercados internacionales.

En su momento, Yellen, se pronunció a favor de una retirada gradual de los estímulos monetarios siempre y cuando la economía estadounidense alcance dos objetivos cruciales: estabilizar el crecimiento económico y reducir el desempleo.

De hecho, ella también es partidaria de actuar con prudencia en la forma en que la Reserva Federal modificará su política monetaria dado el impacto externo que supondrá que la Fed altere el programa de compra de bonos e incremente las tasas de interés.

El foco de atención está puesto encima de los países con economías emergentes que, en los últimos cinco años, se han visto beneficiados de la crisis en los países más industrializados y del viraje en la política monetaria estadounidense para estimular el crecimiento de la economía norteamericana.

El dinero que dejó de entrar a Estados Unidos y que también salió de allí se fue a los mercados emergentes, a participar en los instrumentos ligados con tipos de cambio; en fondos de inversión de renta fija y variable; también en valores refugio como el oro, plata, cobre, etc.

No obstante, desde hace más de 18 meses el oro y la plata comenzaron a “pinchar” su burbuja en la medida que los inversionistas han intuido el cambio de tendencia: la recuperación lenta, pero segura de los países industrializados y el retorno al crecimiento de Estados Unidos.

La posibilidad de que Yellen confirme un viraje en la política monetaria desencadenará que mucho del dinero que salió de Estados Unidos en los últimos cinco años, salga ahora de los países emergentes y de los valores refugio en busca del premio americano.

El síntoma más evidente de cómo se están moviendo los mercados basándose en recomendaciones de venta y cambio a otros valores e instrumentos puede observarse en el mercado cambiario.

Desde hace más de medio año, Brasil ha tenido sendas presiones en su tipo de cambio; México no tarda en rozar los 13.80 y hasta 14 pesos por dólar; ya en varias ocasiones desde 2011 a la fecha en distintos días el dólar se ha cambiado hasta en 13.50 pesos.

Es decir, la incertidumbre, volatilidad, nerviosismo y esas recomendaciones de los asesores de inversión a sus grandes clientes de “vende posición y cambia de instrumento y de país” orientándolos hacia Estados Unidos provocará unos meses de inestabilidad cambiaria, bursátil y una modificación en la política monetaria de las economías emergentes que, hasta hace poco, eran las más felicitadas por haber soportado con tanta gallardía la crisis desatada por los países más industrializados del planeta.

Como sea, de una u otra forma, los países emergentes siempre terminan levantando en hombros a los países más fuertes; primero, abriéndose en abanico para apoyar las inversiones de las transnacionales, luego promoviendo inversiones directas, pagándolo con consumo, comprando importaciones etc.; como ya se ayudó a la reactivación ahora habrá que aportar para la recuperación y para eso requieren que regrese el capital.

Argentina, que a pesar de todo, no ha logrado dar por concluida la dolarización de su economía ni minar la credibilidad de su población hacia la moneda americana como resguardo de su ahorro familiar “porque es más fiable en el tiempo que tener pesos”, está siendo castigada por los inversionistas que abandonan en cierto grado los mercados de capitales y bursátiles argentinos hartos por los malos datos económicos, el mal manejo fiscal de la administración de la presidenta Cristina Kirchner; la situación de la inflación, la escalada en la deuda pública y la falta de confianza y credibilidad en las instituciones públicas.

El caso es que Yellen sino es prudente en el inicio de su gestión con la bomba de tiempo entre manos podría desatar ahora un ataque especulativo en los mercados accionarios y de capitales de los países emergentes, primero de la región, aunque con la globalización nadie queda exento.

Por eso es que decimos, prudencia mucha prudencia, nadie desea que se combinen factores negativos y suceda una ralentización en el PIB de México, Brasil, Argentina, Costa Rica economías mayormente susceptibles al efecto dominó norteamericano.

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