Anastazia Banaszak, del ICMyL de la UNAM, utiliza biotecnología para reproducir corales y repoblar arrecifes en el Caribe Mexicano

La mayoría de los intentos de conservación en el mundo se basan en la utilización de fragmentos de coral para producir clones, pero el grupo universitario es el único que ensaya la producción de reclutas sexuales, un proceso costoso que requiere más atención e investigación, pero que se enfoca en cuidar la variabilidad de estas especies.

En la Unidad Académica Sistemas Arrecifales de Puerto Morelos, en Quintana Roo, la científica desarrolla un modelo de trabajo circular que inicia en el mar, donde obtiene células sexuales (gametos) de corales; continúa en tierra, para fertilizar a esos diminutos animales invertebrados en laboratorio y cultivarlos en viveros especializados, y concluye en su ecosistema natural, al incorporar corales a los arrecifes para rehabilitar las estructuras calcáreas en las que viven.

El proyecto inició en 2007, con la finalidad de obtener embriones para realizar experimentos sobre los efectos de la radiación ultravioleta en el desarrollo de corales; desde entonces ha crecido a un plan de cultivo, en el que participan especialistas del parque Xcaret en Playa del Carmen y del Instituto Nacional de Pesca (Inapesca).

A la fecha cuenta con aproximadamente 4 mil colonias de tres especies: un lote de mil colonias de la especie coralina Orbicella faveolata, mil de Diploria labyrinthiformis y dos mil de Acropora palmata, esta última enlistada para protección especial en la  Norma Oficial Mexicana (NOM) 059, que agrupa a especies en riesgo.

Reproducción “in vitro

Para recolectar los gametos sin dañar el ecosistema, Banaszak y sus colaboradores cubren las colonias con unas redes que en la parte superior tienen un embudo invertido y un envase recolector.

“Los gametos tienen una flotabilidad ligera, así que se desplazan de la colonia a través de la red hacia el bote recolector. En el proceso no se daña el arrecife ni se rompen las colonias de corales. Desde 2007 lo hacemos con vigilancia de personal del Parque Nacional Arrecifes de Puerto Morelos”, explicó la investigadora.

El material biológico que se recolecta son huevos y espermatozoides, mezclados homogéneamente para asegurar una fertilización cruzada y generar así reclutas sexuales. “La colonia exuda paquetes de gametos en donde los espermas están adentro, rodeados por los huevos, pero no pueden autofertilizarse, el esperma requiere fertilizar los de otra colonia”, detalló Banaszak.

En el medio natural los paquetes de gametos flotan hasta la superficie y el movimiento de las olas los rompe; así da inicio la fertilización entre gametos de diferentes colonias. “Colectamos los paquetes en frascos y en la embarcación se mezclan huevos y espermas de distintas colonias. Simulamos las olas al hacer movimientos suaves para que se origine el proceso”, comentó la especialista.

Ya en tierra, comienza la incubación de los embriones. “Realizamos pruebas para estimar el tiempo que deben permanecer en el laboratorio antes de trasladarlos a un vivero en mar. Hasta el momento, la permanencia en acuarios es aproximadamente de tres meses, donde hay que limpiarlos de manera constante para reducir su mortalidad”, abundó.

Viveros

Los expertos trabajan en el cultivo de corales en tres viveros de agua marina en tierra, dos en Puerto Morelos, de los cuales uno pertenece a la UNAM y otro al Inapesca. El tercero está en Xcaret.

Este mes se contempla llevar un lote al mar para determinar su sobrevivencia y el próximo año planean abrir dos viveros marinos.

“En los viveros trabajamos con los reclutas sexuales, es decir, los corales que han sido producidos aquí en la UNAM por fertilización. La mayoría los tenemos en el acuario de Xcaret, con el que colaboramos desde hace tres años”, comentó Banaszak.

La especialista tiene bajo su responsabilidad la predicción de las temporadas de desove y la recolección de gametos en el mar, su fertilización, el cultivo de embriones, la inoculación con sus simbiontes y el crecimiento de reclutas, así como todos los experimentos e investigaciones encaminadas a conocer las condiciones óptimas de crecimiento.

“Los primeros resultados de la repoblación se conocerán en un año. A corto plazo podremos saber cuál es la sobrevivencia”, concluyó la experta.

Fuente: (Agencias)

 

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