La llaman “madre soltera”

Las malas decisiones se enfrentan, y tú ¿qué haces? ¿Observas? ¿Puedes hacer algo para hacerle la vida más fácil?  Lo primero es tu respeto.

En el reino existe la regla de oro.  Haz a otros lo que te gustaría que te hagan y da a otros lo que quieres recibir.   Siempre que esté en tu mano ayudar, ayuda.  Siempre que está en tus posibilidades extenderte, hazlo. 

Extiende el manto siempre a una dama que vive en soledad.

Te diré que ella, habita a mi lado, que en realidad no está sola.  Yo no envió a nadie a cuidarla y protegerla sino que personalmente lo hago.
Cuando las espinas de la hombría mal entendida fueron clavadas en un corazón frágil, personalmente las saco, limpio la herida y la restauro.

Observa cómo las levanto, observa cómo ella y sus hijos son llevados a mejores posiciones y condiciones.

Quiero recordarte que tienes la oportunidad de ayudar, de consolar, de dar alegría, paz y gozo, a mis mujeres “madres solteras”.

La infamia no quedará impune.  Y si eres de los infames, rectifica.  Ayuda a quien confió en ti, te entregó su corazón, dedicación y ternura.

¿Sabes lo que sucede en su soledad en su diario vivir? Se acerca más a Mi, caminamos hombro con hombro, su relación conmigo es más real, no está distraída, a veces perdida, porque su percepción le juega dos o tres trastadas. Siempre regresa más fortalecida, más segura, y  mejor plantada.

¿Sabes que tiene en su refrigerador? Un dibujo que dice ¡te amo mamita linda!
Sabes a quien le habla cuando se siente sola, a Mi
Sabes a quien busca cuando está desanimada a Mi
Sabes quien le aconseja al oído, y quien la abraza en las madrugadas…

Entonces les notifico, las madres solteras son reserva especial del Rey.
Te doy la oportunidad de practicar la buena voluntad con ellas y engrandecer tu corazón.  Ayúdale con su coche, con sus hijos, arregla algo en su hogar.
Invitarla alguna convivencia en tu casa, no la hagas menos.  Una llamada cordial, una reunión eventual.  Una atención a su maternidad, una palabra dulce habitual.     Mantente atento a distancia, observa su necesidad.  No sólo por la temporada de Acción de Gracias, trata de hacerlo algo habitual.  

Así en tus días de angustia, te escucharé.  Así estaremos cerca y sabré que utilizas las oportunidades de engrandecer el reino en nuestro genuino amor.
Una recomendación final:   Jamás abuses de su corazón, mejor escúchalo.

Esto te hace saber el Rey

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Redacción Azteca 21

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