“Cirkótico”, una novela fantástica de la escritora argentina Nerea Liebre, se presentó en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil 2013

 

En un extraño circo, “de otra dimensión”, con personajes de alma argentina y lenguaje “mexicanizado o americanizado estándar”, sucede gran parte de las acciones de “Cirkótico” (Ediciones El Naranjo, México, 2013), de la escritora argentina Nerea Liebre, quien vino a nuestro país para presentarlo en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil 2013 (FILIJ), que concluye el 18 de noviembre en el Centro Nacional de las Artes.

Es una novela novedosa, con una historia interesante, de ambiente moderno, bien estructurada, que nunca pierde interés y mantiene al lector al filo de la vuelta de hoja, como los actos circenses al espectador en la butaca. Además, algo destacable son los valores que maneja la historia. En entrevista, la autora habla de ésta, su primera novela.

Nerea, ¿ya habías publicado tu libro en Argentina?
No.

¿Es tu primer libro?
Es mi primer libro.

¿Cómo es que viene a aparecer aquí, en México?
Casual, casual, en Argentina está muy complicado el tema de la publicación porque hace ya diez años que se cerraron, la aduana se cerró, así que lo que están haciendo las grandes editoriales es traducir títulos que están afuera y los publican en Argentina, o sea se imprimen en Argentina, entonces lo que se publica prácticamente es material que está dando la vuelta internacionalmente, de las grandes cadenas, entonces hay muy poca producción local, yo estuve trabajando muchos años en “Cirkótico”, la verdad me llevó mucho tiempo y dije: “Bueno, lo quiero publicar, qué hago”, vi que en Argentina ni siquiera te reciben los manuscritos, a ese nivel, ni siquiera los leen, cuando vi que era tan complicado…

Te refieres a la literatura infantil o juvenil, ¿no?
Sí, también. Sí, hay como un par de autores que ya están colocados, las pocas editoriales que hay y publican están como colonizadas, publican a sus propios autores, van a lo seguro y no se arriesgan en cosas nuevas, mucho menos en literatura infantil.

Ante un mercado tan difícil, ¿cómo fue que llegó acá?
Bueno, dije: “¿Qué hago, pruebo en España…?”. Llegué aquí por una confusión mía en realidad, a la única editorial que mandé mi manuscrito en México fue a “El Naranjo” porque había una editorial que se llamaba “Del Naranjo” y yo tipié mal. Nos reíamos con Ana Laura, la editora, porque empezamos a rastrear de cómo había llegado y yo tipié “El Naranjo”, pero era “Del Naranjo” la editorial que yo estaba buscando, y bueno, lo mando y enseguida ellos me contestaron, leyeron el manuscrito y me dijeron que les interesaba publicarlo, lo empezamos a trabajar, a corregir, adaptar, porque lo tuvimos que adaptar al español mexicano.

Sí, a eso me refiero, no hay nada que revele que es habla o lenguaje argentino…
Bueno, hubo una muy buena adaptación…

Sí, lo leí, me di cuenta de que no había ningún argentinismo, evidentemente lo de las niñas que aparecen en Andorra, son argentinas, el origen es Argentina, pero no hay nada de lenguaje criollo, autóctono.
No, y no se nota, es cierto, pero hubo muy buen trabajo de edición, es muy buen trabajo, ése fue un muy buen trabajo por parte de la editorial, que tiene muy buenos correctores, muy buena editora, una persona que se llama Sonia Zenteno, que trabajó muchísimo en la corrección del libro, y muy buenos ilustradores porque el ilustrador [Israel Barrón] que se eligió para “Cirkótico” la verdad que ha hecho muy buena parte, interpretó muy bien los personajes y el tener ilustraciones internas, no solamente en la tapa [portada], eso ayuda a la imaginación del lector, porque si bien está dirigido para niños lectores, como son capítulos relativamente cortos, yo digo que también puede ser quizá para chicos acompañados por sus padres.

¿Cuál es el tema central del libro?
El libro rescata el tema de los valores, de la solidaridad, de ayudar a otros, del cooperativismo, de realizarlo en equipo, yo digo que está bueno también que los padres acompañen al chico a leerlo y a explicar de qué se trata. Son valores que por ahí, en la sociedad actual, están un poco desgastados, los chicos viven encerrados en sus casas, quizá por la inseguridad a veces no salen tanto a jugar afuera, juegan mucho frente a la computadora, miran mucha televisión y quizás el libro viene ahora a cumplir una nueva función de unir a la familia, el padre tiene que estar atrás preguntando qué está leyendo, de qué se trata, qué publicó el escritor, publicó algo más, qué publica la editorial, incluso “El Naranjo” es una editorial que viene haciendo cosas muy jugadas, ha publicado libros de poesía, sobre identidad sexual, sobre la muerte; muy jugados los temas que publica “El Naranjo”. Así que para mí tiene que haber un acompañamiento de la familia con respecto a la lectura.

Habiendo estudiado Ciencias Políticas, ¿cómo se da en ti este proceso ya de internarse en la literatura como creadora?
El día que nace una escritora en mí fue a los 12 años, te voy a contar una anécdota chiquita. Yo escribí, me escribía cartas, obviamente no existía la Internet, te estoy hablando del año 89, 88, 90, con una compañera de colegio, nos escribíamos cartas y nos las entregábamos en la mano, todos los días nos escribíamos una carta, al día de hoy tengo todas las cartas de ella guardadas y ella tiene las mías. Creo que ése fue el germen de mi vocación literaria. Yo dejé en realidad de ejercer en la política, trabajé muchos años en la política estatal, dejé de ejercer cuando nació mi hija, tiene tres años, creo que voy a volver en cualquier momento, estoy esperando, ahora le estoy dando mucha rosca a esto, me gusta mucho escribir y lleva mucho tiempo, cuando empecé a escribir “Cirkótico”, que todavía no había nacido mi hija, le dedicaba alrededor de siete, ocho horas por día, y escribirlo me llevó como un año y pico, corregirlo otro año más y corregirlo con la editora como otro año más…

O sea que estamos hablando de casi cinco años.
Sí, sí, hay como cinco años de trabajo mío y de la editora y del ilustrador y de todos.

¿Qué hecho decidió tu vocación de escritora? El nacimiento de tu hija no, pues son tres años, en realidad qué fue lo que te decidió a escribir.
Sí, te voy a decir cuál fue el día, el día que me quise salir del sistema, ése fue el día que empecé a escribir…

De cuál sistema, ¿del político?
El sistema en sí; mira, uno dice: “Me salgo del sistema capitalista”, pero una no se termina saliendo nunca del todo, porque, bueno, ahora entramos en el circuito comercial, estamos otra vez adentro. El tema es que estaba trabajando en una empresa del Banco de la Nación Argentina y estaba hasta aquí, hasta la coronilla de finanzas, si bien yo también hice una maestría en Administración Pública, es como que me cansó el tema de finanzas, análisis, necesito sacar eso, tenía la cabeza que no me daba más y en un momento dije: “No, basta, quiero aflojar un poco, voy a dejar un año aunque sea”, en realidad quería tener un hijo y perdí dos embarazos, por eso también decidí quedarme en mi casa, pensé: “Todo este estrés es lo que me está haciendo”, y ahí decidí empezar a escribir; dije: “Basta, aflojo, pongo un freno, me quedo en mi casa, escribo el libro que quiera escribir…”, ése fue el arrancón.

O sea que fue un acto catártico.
Sí, sí, totalmente, hice catarsis, sí…

¿Cómo fuiste estructurando la novela, el proceso de su creación?
A veces creo que no ser licenciada en literatura o bellas artes a veces hasta es una ventaja, te explico por qué, porque a veces empiezo a leer libros para chicos que están escritos de un modo tan elevado que creo que los chicos no los llegan a entender, es como muy complicado, un adulto sí. Yo sabía que quería hacer capítulos cortos, que yo pueda leer uno e irme a dormir, y poder al otro día enganchar otro, leer uno e irme a dormir, que no me quede, y que uno deje también el suspenso hacia el otro, que sea menos para leer, porque hay libros que por ahí son de un tirón toda una historia y no sabes nunca cuándo parar, entonces acá se puede leer bien paulatino y los personajes los imaginé, los trabajé mucho y son bien diferentes entre todos, porque son muy terrenales, si bien tienen toda esta fantasía de poder cumplir un deseo y qué sé yo.

También puede ser la parábola de un país, ¿no?
Tal cual, exactamente, pero aparte porque muchas veces cuando el gobierno ves que anda mal, va mal, se dice éstos son unos payasos, por no decir que son unos ridículos, éstos son payasos, este gobierno es un circo, un circo como un descontrol…

Bueno, incluso hay un poco de metafísica o se deja a traslucir ahí un poco de meditación y esos rollos, ¿no?
Es una historia paralela porque la historia de “Cirkótico” empieza y termina, es una historia que concluye, pero hay una historia paralela que se va a seguir desarrollando atrás porque este libro forma parte de una saga, queremos hacer tres libros, el segundo ya está escrito, lo está corrigiendo Ediciones “El Naranjo” y queríamos hacer tres, que esa historia que está formada con la historia de los dinosaurios va a concluir en la tercera de la saga.

Entonces ya tienes el segundo.
Ya está escrito el segundo.

¿De qué trata?
No te puedo contar mucho más de eso… Pero tocará algo en México.

Gracias, Nerea.

Muy bien, estaremos pendientes de la continuación de “Cirkótico” por tierras aztecas. En tanto, “Cirkótico” fue presentado el sábado 9 de noviembre en el Foro 2 de la FILIJ con un espectáculo teatral a cargo del grupo “ArteSano Escénico” y la presencia de la autora e Israel Barrón, el ilustrador. La novela ya está a la venta en México, Chile y Colombia. Además, comentó Nerea, habrá versión electrónica.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

Foto: Nerea Lebre, la autora de una novela que seguramente dejará a sus lectores esperando la segunda entrega de la saga que tiene planeada.
Azteca 21/Gregorio Martínez M.

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