
Memorias de un huapanguero: Evocaciones del maestro Jorge Martínez Zapata (2)
No obstante, sabiendo que por ahí tenía más cosas por compartir del maestro Martínez Zapata, hurgué en mis mermadas discoteca y biblioteca. Afortunadamente, encontré dos discos –a los que hice alusión en la entrega anterior– y un libro –también evocado antes–. De ello y otro asunto comentaré en seguida, aunque sea de manera sucinta.
Por orden cronológico, me referiré al libro, que en realidad es un manual musical engargolado: “Razonamiento técnico de la invención musical espontánea”, publicado por la Editorial Ponciano Arriaga, en San Luis Potosí, en el año 2000. Aunque, en definitiva, es un libro para músicos, hay una introducción (digamos una parte teórica, general) que sirve perfectamente para entender la envergadura de la preparación académica de su autor. Para los interesados, un texto disfrutable, ameno –en lo posible del tema– y práctico.
Respecto de los discos –dobles–, “Jorge Martínez Zapata. Vertientes encontradas” (Secretaría de Cultura de San Luis Potosí/CONACULTA, México, 2004) es una extraordinaria recopilación. En el primero, titulado “Persuasiva” –una obra de Martínez Zapata–, podemos apreciar el estilo, el gusto, la amplitud de intereses, las preferencias y hasta la interpretación del maestro de temas ahora clásicos del jazz y de compositores con una propuesta que muestra, de alguna manera, su pensamiento musical, además de su pieza mencionada: “Well, you needn’t”, de Thelonius Monk, “One for Helen”, de Bill Evans, “Sugar”, de Stanley Turrentine, “Samba de Orfeo”, de Antonio Carlos Jobim, “Windows”, de Chick Corea, “I mean you”, de Monk, Coleman y Hawkins, “Foot prints”, de Wayne Shorter, y “Óleo”, de Sony Rollins.
En el segundo, llamado “Tanto tiempo”, hay una selección de temas relacionados con música tradicional y popular mexicana, que por sí sola evidencia la fusión de intereses del maestro potosino en cuanto a música: temas populares “reinventados” desde su muy particular visión y sensibilidad, en la que podemos señalar atisbos plásticos y emotivos muy personales, distintivos, que incluso acusan su formación académica, técnica. La pasión del artista matizada por la inteligencia del maestro, del que enseña, educa tocando, escuchando. Ahí están “La rosa”, “Qué bonita es mi tierra”, “El balajú”, “Tanto tiempo” (del maestro), “La sanmarqueña”, “La petenera”, “Corazón, corazón”, “El jarabe loco”, “Rayando el sol”, “El gusto”, Mi ciudad”, “Albur de amor” y “El cascabel”. Ay, Dios, qué conjunción de talento, conocimiento, sensibilidad, pasión y técnica.
Cabe mencionar que las interpretaciones corren a cargo del Cuarteto de Jazz de Jorge Martínez Zapata integrado por éste, quien toca el piano e hizo los arreglos y es el director; Armando Pacheco Mora, bajo; Jesús Pacheco Mora, teclados, y Raymundo Acevedo Martínez, batería. Además, en “Foot prints” participan Isabel Tercero, voz; Raúl Aranda Llamas, saxofón; Arturo Cipriano Izquierdo, saxofón; Ramón Nieto Bojórquez, tumbadoras; José Luis Martínez, percusión, Jorge Acosta Vázquez, batería. También hay breves textos de Roberto Vázquez Díaz, Eudoro Fonseca Yerena, Jorge Arturo Chamorro Escalante y un epígrafe de Enrique Nery. Los ingenieros de grabación fueron Armando y Jesús Pacheco Mora.
El segundo disco doble, “San Luis Jazz. Homenaje a Jorge Martínez Zapata” (Secretaría de Cultura de San Luis Potosí/CONACULTA, México, 2005), que se hizo en ocasión del Primer Festival de Jazz de San Luis Potosí, incluye notas de Xavier Quirarte y Alberto Gutiérrez. En el disco 1 participan Martínez Zapata con “La sanmarqueña”, Enrique Nery con “Soldados”, B4 con “Por amor al arte”, Cantera con “Chili and funk”, NGP Trío con “En calor”, Martínez Zapata y Justo Almario con “Abrazos y besos”, Héctor Infanzón con “El vago” y Huazzteco con “La pasión”.
El disco 2 contiene a “Tanto tiempo”, de Martínez Zapata, “Con boina y bastón”, de Enrique Nery, “Recapitulación”, de la Sociedad Acústica de C.V., “Rufino”, de Macolia, “Afroblue”, de Mongo Santamaría en la versión del maestro potosino, “Orquesta de Quinceo”, de Efrén Capiz en versión de Juan Alzate, “Pensándolo bien”, de Héctor Infanzón y “Persilada”, de Bioma. A diferencia del primero, que tiene algunas piezas grabadas en vivo, éste lo fue en su totalidad y la grabación estivo a cargo de Ramón Sánchez y Alejandro Gasca. Decir que son de colección es como no decir nada. Disfrutarlos, gozarlos es una invitación para evocar al maestro Jorge Martínez Zapata, apreciar su personalidad musical, que deja una huella profunda en la historia de la música mexicana y en la del jazz hecho en tierras aztecas. Hasta aquí mi loor a tan extraordinario ser humano.
El otro asunto. Lo que son las veredas de la vida y de la música. El sábado 7 me topé, providencial y literalmente, en la calle a Antonio Malacara, ese admirable periodista musical que se ha dedicado a documentar buena parte del quehacer jazzístico nacional. Ocupadísimo, el maestro. Pero me concedió unos minutos y charlamos de sus andanzas y actividades. Por supuesto, comentamos lo del músico potosino. Me adelantó que iba a escribir al siguiente día de él en su espacio de “La Jornada”. Pues bien, ahora cierro estas evocaciones necesarias con un mensaje del autor de la biografía de jazzistas mexicanos: “Hicimos dos programas de radio en memoria y homenaje al pianista potosino Jorge Martínez Zapata, fallecido el pasado 6 de septiembre. Estos programas se transmitirán el 14 y 21 de septiembre, a la una de la tarde, por la frecuencia de Horizonte, 107.9 de FM, pero los puedes sintonizar también en la red vía http://www.imer.com.mx/. Intervienen Enrique Nery, Abraham Barrera, Samuel Martínez Herrera, Jorge Martínez Herrera y Antonio Malacara, bajo la producción de Roberto López”. Hasta ahí. Como dice él: ¡Salud!
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Foto: El maestro Martínez Zapata en su domicilio en San Luis Potosí.
Azteca 21/Gregorio Martínez M.