Tlayacapan, “Pueblo Mágico” en los altos de Morelos que promueve y protege las momias del Ex-Convento de San Juan Bautista

Los cuerpos en mención pertenecen principalmente a niños y adolescentes de familias colonizadoras pudientes, por lo que gozaron del privilegio de ser enterrados “más cerca de Dios”.

El ex-convento de San Juan Bautista fue construido en el 1534 durante el siglo XVI por la congregación de los religiosos agustinos y se encuentra en la lista de los bienes Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, incluido de igual forma en la denominada Ruta de los Conventos de Morelos.

Dicho ex convento conserva su capilla, poza, atrio, capilla abierta o de indios y es posible observar el claustro donde hay una arquitectura de estilo gótico, dentro del mismo espacio se encuentra un museo.

Nazario Ávila Ortiz, secretario de la mesa directiva de la asociación civil del Ex Convento de San Juan Bautista, dijo que “actualmente se cuenta con una sala de exhibición de arte sacro muy bella, tenemos en otra nueve cuerpos momificados, lo cual se da naturalmente por los factores del medio ambiente que intervinieron, como los minerales de la tierra y la sal”.

Recordó que este hallazgo se dio accidentalmente en 1982, cuando se pretendía realizar el cambio a la capilla principal, al querer encontrar el piso original de la nave, fueron encontrados 39 cuerpos, la gran mayoría en estado de descomposición, por lo que no fue posible exhibirlos.

“Solamente tenemos nueve cuerpos momificados, aquí en Tlayacapan no había ese tipo de cultura, estos cuerpos fueron enterrados sin ninguna intención de preservarlos, por lo que fue accidental”, indicó.

Refirió que “a los 70 centímetros del suelo se da este tipo de evento, cuando se encuentran con los sarcófagos, aquí no hubo tratamiento para los cuerpos, fue meramente accidental, la gran mayoría son niños, en ese entonces había enfermedades como viruela y sarampión, en su gran mayoría se trata de mestizos”.

Expresó que entre las momias podemos ver un hombre español, identificado por sus vestimentas y características del cuerpo.

Para la conservación de las momias hay una sala acondicionada sin humedad, para evitar que el cuerpo se descomponga, ya que se encuentran en estado de deshidratación.

Los recursos para el mantenimiento se obtienen a través de donativos de 10 pesos a la entrada del museo y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ofrece asesoría técnica, porque en realidad quien ejecuta los proyectos es la mesa directiva de la asociación civil.

Constantemente está vigilada la habitación donde se encuentran las momias, donde se monitorea la temperatura, así como que no haya hongos, y en su caso, atacarlos con sales o algún aislante para la humedad.

Ávila Ortiz aseguró que “yo llevo 10 años trabajando y me he dado cuenta del estado de las momias se ha mantenido más o menos como se encontraron, han aparecido hongos pero de inmediato se actúa y se eliminan, no hay algo que nos indique que se puedan descomponer”.

Los féretros fueron diseñados a la medida de las personas, los de los niños tienen en la parte inferior donde se localizan los pies unos pequeños orificios rectangulares, diseñados de acuerdo con creencias antiguas, para que el alma de los pequeños puedan salir del ataúd.

Algunos de los féretros se encuentran decorados con pinturas hechas a mano que a lo largo del tiempo se han podido conservar.

Al ser cuestionado en torno a los apoyos de las autoridades, indicó que “sabemos que hay proyectos que son destinados a estos lugares, pero desgraciadamente nunca llegan, la asociación civil administra el dinero de las entradas, que se destina a la restauración, aquí nunca se para de trabajar, todo el año hay obras de mantenimiento”.

Refirió que Tlayacapan recibió la denominación de Pueblo Mágico, por lo que consideró que “urge trabajar en un mantenimiento de afuera hacia adentro, en grietas y humedades, es lo que estamos haciendo, no sirve de nada que trabajemos en la restauración de las pinturas murales o al fresco si se siguen humedeciendo por el agua”.

Ávila Ortiz resaltó la necesidad de trabajar en las grietas, humedades, techos y bóvedas, “para nosotros los 10 pesos son valiosísimos”.

En el municipio también se encuentra el sitio arqueológico “El Tlahtoani” o cerro del gobernador que data del siglo XVI, donde hay vestigios toltecas y olmecas, pero fueron los xochimilcas los que se establecieron formando parte del imperio azteca.

Asimismo es posible visitar al menos 18 capillas, a través de un recorrido turístico con el “Chinelobús”.

Fuente: (Notimex)

 

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