México se apunta para destacar en la explotación del bambú, conocido en nuestro país como otate

“Desde hace más de una década, Estados Unidos y Canadá buscan alternativas para la construcción de casas debido a la deforestación de bosques y cierre de aserraderos”, dijo la coordinadora Nacional de las Fundaciones Produce (Cofupro), Adriana Sánchez.

México tiene mil 200 hectáreas cultivadas con bambú, un negocio que genera más de cuatro mil empleos directos y más de 26 mil indirectos. Este cultivo se ha convertido en una alternativa en las zonas de mayor atraso y pobreza, según Sánchez.

Los principales productores de esta planta, que crece en las zonas tropicales de todo el mundo, son China e India, pero México y América Latina tendrán una oportunidad para desarrollar esta industria y exportar este producto a los países desarrollados.

A raíz de la crisis de los precios agrícolas en la pasada década, principalmente del café, los productores empezaron a buscar alternativas y comenzaron a desarrollar la industria del bambú de manera integral en Chiapas, Veracruz, Tabasco y Puebla.

Sánchez recordó que en décadas pasadas se tenía el estereotipo de que el bambú era el material de los pobres, que se usaba solo para construir chozas en las zonas tropicales desde la época prehispánica, en todas las culturas indígenas.

“Sin embargo, ahora se ha convertido en un material exótico para casas y construcciones de mayor nivel debido a su uso cada vez más extendido en el mundo”, aseguró.

En México se fabrican ahora cabañas ecológicas, estructuras monumentales, entramados, pisos, vigas, techos, plafones, columnas, pasamanos, postes, muros y recubrimientos.

La industria del bambú en China ha sido una alternativa al uso de la madera y se utiliza en una gran variedad de artículos de uso común, como muebles, cestos, tapetes, persianas, cortinas, artículos decorativos o juguetes.

Explicó que el bambú ha sido considerada una “planta de los mil usos” que se utiliza para fabricar desde un palillo de dientes hasta la elaboración de cerveza, y su brotes se convierten en parte de los platillos en la comida china.

“México puede aprovechar toda esta experiencia acumulada”, agregó la experta.

China y la India exportan cada año a Estados Unidos productos de bambú por unos 150 millones de dólares, aunque se prevé que su demanda crezca de manera acelerada debido al alto costo de la madera, que es el principal material en la construcción.

“México tiene una oportunidad de exportar a ese país, principalmente paneles para la construcción”, agregó Sánchez.

La producción mundial de bambú alcanza un valor de unos 12 mil millones de dólares, pero se prevé que para 2017 su valor supere los 20 mil millones.

En el mundo hay más de mil especies de bambú, y en América se cuenta con 345 tipos, de los cuales 35 de existen en México, principalmente la especie Guadua Angustifolia, la cual crece 15 a 20 metros en 120 días, y se usa en la construcción en México y Colombia.

“En México el bambú se denomina ‘guadua’ y ‘otate’, ya que la palabra bambú viene de China”, explicó la ejecutiva de Cofupro.

Cada planta instalada en México produce al año de 10 a 20 culmos (tallos del bambú) de 25 metros de altura por al menos unos 60 años o más, sin necesidad de volver a sembrar.

Solamente requiere unos cinco años para comenzar a producir, en lugar de los 25 a 40 años que necesitan los árboles de caoba o de otras especies.

Sánchez añadió que algunos proyectos para industrializar la producción de esta planta en diversas regiones del país están muy avanzados, con maquinaria para fabricar los aglomerados, paneles y pisos. Además, se están haciendo muebles.

El bambú tiene también sus ventajas ecológicas, porque capta un 40 % más de bióxido de carbono en los primeros tres años comparada con la captación de CO2 que hacen los pinos y eucaliptos en el plazo de una década.

Además, genera entre 2 y 4 toneladas de biomasa por hectárea.

Fuente: (Notimex)

 

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