De acuerdo con los organizadores, la exhibición, que concluyó ayer, reúnió 160 obras y dio cuenta de los inicios del grabador en la época porfirista, hasta su consolidación en la cultura popular mexicana, a través de tres núcleos temáticos.
En el primero de ellos se expuso la producción del artista desde sus inicios en el Jicote, hasta su muerte en 1913; en el segundo núcleo, diversos especialistas y artistas hicieron una revisión de su obra, mientras que en la tercera se presentó una serie de referencias sobre el impacto que tuvo su iconografía de la década de los 40’s hasta la actualidad.
La exposición, que fue parte de las actividades conmemorativas por el Centenario Luctuoso del artista hidrocálido, presentó el trabajo de Posada en diálogo con secuencias fílmicas, diseños, carteles y caricaturas de autores posteriores, involucrados con diversas disciplinas relacionadas con la cultura visual contemporánea.
Noticias, canciones, acontecimientos históricos, religión, ilustraciones publicitarias, y demás temas que inspiraron su creación plástica, permiten ofrecer un relato novedoso de la obra de José Guadalupe Posada y su consolidación como transmisor cultural.
Un grabado de Posada a cargo de Antonio Ruiz “El corcito”, otro de Juan O’ Gorman titulado “El pulque”, un dibujo de Lola Cueto rotulado “En ultratumba” y David Alfaro Siqueiros con su “Zapata a caballo”, son algunas de las obras que se presentan en la muestra.
El objetivo de esta propuesta fue presentar a Posada como un transmisor de valores iconográficos y hasta morales, a través de una relectura de la obra de este personaje en la que se reúnen imágenes en distintos soportes, que hablan de la importancia de las ilustraciones de este reconocido artista.
De la muestra destacan además, grabados y primeras ediciones, los cuales son un claro ejemplo de que Posada fue un agente transmisor, fundamental para el enriquecimiento de la cultura visual, pues su legado ha impactado en distintos periodos y en diversos campos de la imagen.
Tras el descubrimiento del trabajo de Posada a principios del siglo XX, mucho se ha escrito y producido sobre la obra del artista fallecido en la Ciudad de México; sin embargo, esta muestra ofreció al visitante un relato novedoso de su obra, al reconocerlo como vehículo transmisor, cuya trascendencia visual llega hasta la contemporaneidad.
Fuente: (Notimex)
