Lecciones del capitalismo

Ni Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Italia, Gran Bretaña escapan a la crisis de bienestar, a la mano dura de los políticos para recortar gasto social, eliminar subsidios, subvenciones, aumentar la edad de jubilación, endurecer las medidas para acceder a un seguro de desempleo.
Quizá va siendo tiempo que los economistas reformulemos el crecimiento económico bajo el parámetro de una realidad avasalladora: un país puede crecer arrastrando consigo una tasa de desempleo, subempleo e informalidad importante; si esto es un síntoma de “recuperación” o “crecer” entonces, ¿qué es en si misma la crisis?.
Si el PIB cae o se estanca es una crisis con todo lo que ésta conlleva en el terreno de la macro y microeconomía más el golpe social; pero si el PIB apenas repunta y los indicadores no mejoran del todo se le reconoce como un crecimiento con todo y los millones de desempleados a cuestas.
Posiblemente tendríamos que entender que la crisis tiene muchas caras y manifestaciones y que un sistema económico puede funcionar con una crisis en recuperación cuando su PIB reporta cifras marginales de crecimiento que no proporcionan beneficios reales ni cuantitativos ni cualitativos a millones de seres humanos damnificados de la crisis.
Leo con cierto detenimiento los datos de crecimiento de economías como Estados Unidos, España, Italia, Francia, Gran Bretaña apenas escasos esfuerzos que no redundan en regresar al empleo a todos los parados.
A COLACIÓN
Ningún político sabe dar respuestas tranquilizantes, al menos claridad en materia de política económica que permita anticipar un futuro más certero.
Los ciudadanos estamos solos inmersos en nuestra propia cotidiana crisis, agotados por el desencanto electoral y un escepticismo en las cifras oficiales.
Va siendo tiempo que el ciudadano del capitalismo vulnerable aprenda a vivir en una crisis eterna, tomar medidas para cambiar su comportamiento como actor económico que recibe un ingreso, gasta, toma decisiones de consumo, crédito, ahorro o inversión.
En buena medida en cada caída, cada vez más constante del sistema económico, relucen malas decisiones de las personas y familias, sus defectos como homo economicus, lo mucho que les hace falta educarse para evitar convertirse en damnificados del capitalismo.
En el mundo hay millones de familias ahogadas por los altísimos niveles de endeudamiento adquiridos por llevar un tren de vida que no podrían pagar con su ingreso pero que demandan para ser parte de una sociedad consumista no conocedora de fronteras.
Bombardeados por el marketing, los asalariados solemos dibujarnos un mundo de bienestar tan ficticio que revienta de forma pasmosa a la primera crisis dejando en una situación indefendible cuando reparamos que sin el salario quincenal no hay forma de pagar la hipoteca, crédito automotriz o las 5 o 6 tarjetas de crédito.
Los asalariados cometemos muchos errores: realizarnos a través del crédito, vivir década tras década con el estrés de pagar una hipoteca y ser presas fáciles de todas las supuestas ofertas de los centros comerciales así como seguir las tendencias de la moda.
Los parámetros de una supuesta realización económica llevan mucho tiempo trastocados y las generaciones más jóvenes corren el mismo riesgo que sus padres de seguir el mismo patrón de consumo si llegan a obviar las lecciones derivadas de vivir en una crisis permanente.
Como cabezas de familia es nuestra responsabilidad educar a nuestros hijos para estar siempre preparados ante una crisis económica, alejarlos del consumismo de masas y enseñarlos a elegir.
Decirles que la calidad no significa cantidad, que el ser humano no es más feliz entre más posea y que cuando te toca morirte lo haces aunque viajes en primera clase.
En un reciente editorial en España leí que esta crisis económica nos llevará a recuperar los principios básicos: disfrutar nuevamente de las cosas más sencillas y olvidarnos de la obsesión por poseer.
Hemos vivido una destrucción de capital, social y moral y en dos años nadie va a recuperarse. Como los mexicanos no hemos logrado hacerlo del todo de la crisis de 1995, ni lo haremos fehacientemente de la de 2009 más las crisis que acumulemos en el futuro inmediato.
PD. Mi twitter @claudialunapale. Mi blog es http://claudialunapalencia.blogspot.com

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