Emprendedores vs fisco

El criterio del organismo es que entre más cercano esté un país  al cero es mayor síntoma de eficiencia, en este caso, México mejoró notablemente en el rubro de apertura de  un negocio al pasar del nivel 74 en 2012 al 36 en el estudio de 2013.
Es decir, desde el punto de vista de lo que avala el Banco Mundial, un emprendedor en la actualidad tendrá menos dificultades para abrir un negocio en México que, si lo hubiera hecho, el año pasado.
No obstante, enfrentará mayores dificultades para el pago de impuestos, después de que en 2012 el país clasificó en el puesto 104 en el renglón de pago de impuestos, para 2013, empeoró ubicándose en el 107.
Ahora que emprender y ser emprendedor están de moda y persiste el interés desde el Gobierno Federal por impulsar a la micro, pequeña y mediana empresa, habrá que señalar que una mala orientación fiscal será, tarde o temprano, la tumba  para una mipyme.
De acuerdo con la Secretaría de Economía, en México, las  mipymes constituyen el 90% de las empresas, crean el 42% del empleo y contribuyen con el  23% del PIB.
El resto del universo empresarial es un 10% de 500 grandes empresas  que dan empleo a tres millones 245 mil 755 personas, de acuerdo con Expansión.
Además de estas claras diferencias esta el quid del trato fiscal entre unas y otras.
Mes con mes y año con año, el pago de impuestos es un quebradero de cabeza tanto para personas físicas como morales que no cuentan con los medios suficientes para pagar un despacho fiscal especializado en cómo aprovecharse de los recovecos jurídicos alrededor del IVA e ISR, devolución de impuestos y consolidación fiscal.
Esas diferencias consustanciales hacen que los pequeños y medianos sean los más cumplidos a la hora de pagar impuestos y tengan sobre de sí una fiscalización que les obliga a cumplir para evitar problemas con la autoridad.
En tanto los grandes, como si fuera la ley de la selva empresarial, gozan de muchas ventajas. Así lo explica el ex legislador por el PT, Mario di Constanzo, con un ejemplo tan didáctico a partir del que  se infiere por qué las finanzas públicas no cuentan con los ingresos que deberían.
“Una empresa controladora llamada CONTRO que es dueña de más del 50% de las acciones de dos empresas AA y BB y que al finalizar el año, la empresa AA obtuvo utilidades por mil pesos y la empresa BB obtuvo pérdidas por 500.”
“La consolidación fiscal le permite a CONTRO juntar, es decir, consolidar los resultados de ambas empresas para lo cual la empresa controladora CONTRO lleva a cabo la consolidación de la contabilidad de sus dos empresas, es decir, mil de utilidad de AA menos 500 de pérdidas de BB por que al final del año solo pagará de ISR de 140 pesos si es del 28% o 150 pesos con ISR del 30 por ciento.”
“Si este régimen fiscal fuera derogado CONTRO pagaría en una situación similar cero pesos por la empresa BB puesto que esta empresa registró una pérdida (lo amortizará con el tiempo). En cambio, por la empresa AA tendrá que pagar 280 pesos con un ISR del 28% o 300 pesos con un ISR del 30% dado que obtuvo utilidades y no podría ni juntar ni consolidar a las dos empresas”.
Este esquema perverso es lo más deseable de cambiar por buena parte  de estudiosos  y analistas del tema tributario y fiscal en México que recomiendan a Presidencia no incrementar la tasa del IVA, ni mucho menos aplicarla en alimentos y medicinas, considerando además que cerca del 60% de la población en el país enfrenta distintos grados de pobreza y que la economía informal va en amplio crecimiento.
Para Di Constanzo, actual presidente de la Condusef, debe aprovecharse la voluntad de cambio del Gobierno Federal “mientras las grandes empresas en México aportan entre el 55% y 60% del ingreso nacional, su contribución al pago del ISR como porcentaje del  PIB es del 2.6% en promedio en los últimos siete años”.
Fundamentalmente son en  pesos constantes y sonantes, miles de millones,  que durante décadas bien pudieron  ingresar a las arcas de la Nación para contribuir a la modernización del país en infraestructura básica.
Resta en el futuro  inmediato tomar la decisión, tanto del Ejecutivo como del Legislativo, de dejar las cosas sin corregir o democratizar la política fiscal corrigiendo distorsiones para contribuir a una base más equitativa y menos regresiva. Donde unos pocos ganan y otros muchos pierden.
PD. Mi twitter @claudialunapale. Mi blog es http://claudialunapalencia.blogspot.com

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