Recuerdan al arquitecto Abraham Zabludovsky, uno de los grandes representantes de la arquitectura mexicana contemporánea

Con más de 200 obras que abarcan una variada gama de tipologías, el creador fallecido en la ciudad de México el 9 de abril de 2003, es reconocido como uno de los grandes representantes de la arquitectura mexicana contemporánea, pues en la praxis desarrolló y consolidó un lenguaje arquitectónico que lo distingue e identifica en el ámbito nacional e internacional.

Con un singular proceso creativo, produjo una organización espacial única e imprimió un sobrio carácter monumental a su obra. En ella se aprecia la dedicación y sensibilidad de sus diseños destinados a la vivienda, unifamiliar y multifamiliar; su desarrollo creativo y de experimentación, así como  la utilización de materiales y acabados en numerosos edificios públicos y privados, conjunción latente de modernidad y evocación prehispánica.

En el libro Espacios para la cultura. Abraham Zabludovsky, editado por el Conaculta, la UNAM  y Arquine se señala que para el artista nacido en Bialystok, Polonia, la creación de espacios culturales significó una oportunidad para inventar monumentos y con ellos, crear ciudad. Su obra siempre tuvo una preocupación por lo urbano, por el tránsito entre lo abierto y lo cerrado.

El artista que llegó a la temprana edad de tres años a México con sus padres Raquel y David, realizó sus estudios en la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM y en la antigua Academia de San Carlos.

Desde su primer trabajo, antes de independizarse en 1951, aprendió del urbanista mexicano Mario Pani a ser, tanto arquitecto como promotor, de él cultivó el gusto por lo narrativo, las composiciones axiales y la densa corporeidad, pero sobre todo,  la comprensión de la arquitectura como turbina del desarrollo de la metrópoli.

A finales de la década de los sesenta, inició una sociedad con el arquitecto Teodoro González de León con quién recibió en 1982 el Premio Nacional de Ciencias y Artes. Juntos realizaron el Conjunto habitacional de las Torres de Mixcoac (1967), El edificio Infonavit (1973), El Colegio de México (1975), la Embajada de México en Brasil (1973), el Museo Tamayo (1981), la remodelación del Auditorio Nacional (1990), entre otros importantes trabajos arquitectónicos.

El libro Espacios para la cultura. Abraham Zabludovsky expone que al artista, quién nació el 14 de junio de 1924, le gustaba decir con palabras de Le Corbusier que el arquitecto no es un estilista del tablero de dibujo, es un organizador  que más que crear un espacio,  pretende atraparlo.

El texto añade que en la serie de teatros y auditorios, terminados hacia finales del siglo XX e inicios del XXI, se ven reunidos los tres principios básicos que persiguió Zabludovsky a lo largo de su carrera: la búsqueda de texturas; la idea de una secuencia espacial determinada por el proceso constructivo y la creación de una arquitectura materialmente perdurable.

Perteneciente a la segunda generación de arquitectos contemporáneos de México, Zabludovsky ejerció la arquitectura como un acto de fe y de esperanza en la condición humana y en el que logró un mundo mejor, dice Jorge Glusberg en su ensayo publicado en el primer volumen del libro Abraham Zabludovsky. Arquitecto, editado por Noriega Editores y el Conaculta.

En la inauguración de la exposición Abraham Zabludovsky 1924-2003, el pasado 29 de noviembre de 2012 en el Museo Nacional de Arquitectura,- muestra integrada por fotografías, maquetas y planos-, el director de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, Jorge Tamés y Batta, comentó que Zabludovsky fue un buen arquitecto que necesitaba ver una maqueta tras otra hasta llegar al anteproyecto, mientras que su hija, Gina Zabludovsky Kuper, recordó que su padre fue un hombre que vivió por y para la arquitectura.

Abraham Zabludovsky fue uno de los más distinguidos representantes de la arquitectura mexicana. Brindó aportes al arte, a la cultura y a la imagen del México contemporáneo, legó una nueva manera de concebir y habitar los centros civiles, al hacer de ellos signos de identidad colectiva.

Entre sus obras individuales y en colaboración con otros arquitectos se encuentran: la Casa Sacal, el Grupo de Departamentos Cobre Perote, la Torre Manhattan, Conjunto habitacional La Cantera, la Biblioteca de México, el Teatro de la Ciudad Emilio Rabasa, el Teatro de la Ciudad de Aguascalientes, la Universidad Pedagógica Nacional, la Central de Abasto, el Estudio habitacional La Cantera, el Centro Cívico Centenario Cinco de Mayo, Casa hogar para ancianos Los Tamayo, Auditorio del Estado de Guanajuato, el Colegio hebreo Monte Sinaí y el Museo Interactivo Papagayo.

Fuente: (CONACULTA)

Leave a Reply