Poeta Armando González Torres hace de guía literario con el público asistente al VII Gran Remate de Libros

A manera de presentación esta tarde, los miles de asistentes al festín de letras en el inmueble localizado en el Paseo de la Reforma supieron que el escritor-guía estudió en El Colegio de México y que a la fecha colabora en numerosas revistas y suplementos, donde analiza temas presentes en la agenda nacional.

El autor de los poemarios “La conversación ortodoxa”, “La sed de los cadáveres” y “Los días prolijos” estuvo apoyado por un altoparlante a través del cual su voz, clara y fuerte, alcanzó a quienes se hallaban hasta atrás del grupo que lo siguió en desfile todos por los pasillos del Gran Remate que terminará mañana.

No fueron pocos los adultos, adolescentes y niños que le pidieron a ese joven escritor mexicano alguna recomendación literaria, pues pronto lo reconocieron como un lector consumado. González Torres habló de editoriales, autores y no pocos títulos de libros con los que él se ha identificado y que hoy recomienda.

Los stands de casas editoriales como el Fondo de Cultura Económica (FCE), y la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) fueron ampliamente recomendadas por el autor, de las que dijo “siempre han contado con grandes plumas universales”.

Al hacer un acto de modestia, pero con la finalidad de que su público leyera textos de calidad, reflexivos, hermosos, depositarios de ideas inteligentes y pensamientos preclaros, recomendó algunas de sus obras literarias publicadas en diversos sellos, algunas de las cuales se encuentran en este festejo de libros.

A él se deben los ensayos “Las guerras culturales de Octavio Paz” y “¡Que se mueran los intelectuales!”. Además, fragmentos de su obra aparecen en muy diversas antologías y ha ganado los premios de poesía “Gilberto Owen” (1995) y los de ensayo “Alfonso Reyes” (2001) y “Gabriel Zaid” a debate (2005).

Al término del recorrido, sus ahora fans, con libros de su autoría en las manos, lo rodearon para solicitarle un autógrafo, algún pensamiento o unas palabras en las primeras páginas de esos volúmenes que a partir de ahora formarán parte sustancias de la biblioteca personal de cada uno de esos entusiastas lectores.

Fuente: (Notimex)

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