La Compañía Nacional de Teatro reestrena este montaje con la dirección de Luis Valdés, autor del texto, precursor del teatro Chicano y creador de El Teatro Campesino de Aztlán, que se inspiró en el asesinato de un joven en el rancho Williams localizado en Sleepy Lagoon (hoy Bell, California) y que condujo a la injusta condena de doce jóvenes pachucos en el año de 1942.
¿Qué es ser un pachuco?, negar la sociedad de la que se procede y la norteamericana, así pensaban los jóvenes que aunque nacieron en Estados Unidos de familias migrantes mexicanas nunca fueron aceptados en la sociedad de aquél país durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial. Pero también ser Pachuco se asocia a la rebeldía y delincuencia; como moda utilizó pantalones de tiro alto, acampanados con cadenas; sombrero y su lenguaje se distinguió por ser una mezcla del inglés, el español y el caló: “Let´s go carnal”, “Watcha mi tacuche, ese”, “Ahí te watcho”.
La obra muestra a jóvenes que nunca lograron identificarse con la sociedad americana ni mexicana en los años 40, marcó la esperanza de tener un símbolo de identidad legítimo, lo cual aún prevalece en nuestros días, señala Luis Valdés.
“El pachuco es como Superman; cuando nuestros hijos van al cine ven puros héroes gabachos, realmente no ven mexicanos superiores, y el pachuco es una figura mítica, invención del teatro, pero es un Superman porque nadie puede vencerlo”, señala Valdés.
Inspirado en la fuerza del pachuco, el autor diferenció sus dos personalidades a través de Henry Reyna (interpretado por Everardo Arzate) y su alter ego (Enrique Arreola). El primero, líder de la pandilla de la calle 38 y el segundo consejero y guía de Reyna que ante un acto de violencia en el cual lo despojan de su traje pachuco, se transforma en Tezcatlipoca, deidad prehispánica que es omnipresente e invencible. “Representa a una fuerza primordial, que es cósmica”.
Esta atmósfera expone la desigualdad social para los migrantes que fueron condenados en un juicio colectivo, repleto de irregularidades, testimonios inducidos, evidencia circunstancial, rumores, lo que ocasionó revueltas y una cacería permitida por parte del gobierno hacia todo inmigrante clasificado por su físico y vestimenta como delincuente, también ayudó la incidencia de la prensa amarillista que distraía la atención de lo que ocurría en la guerra y dio paso a que las pandillas se mataran entre sí.
Otros personajes que aparecen son Alice Bloomfield (Yulleni Pérez) y George Shearer (Andrés Weiss), quienes fungen como activista y abogado respectivamente y que también están inspirados en los defensores legales de la pandilla; también está Dela Barrios (Ana Ligia García), novia de Henry que muestra el amor juvenil y los diversos conflictos que surgen en una relación de pareja cuando existe de por medio la cárcel. ¿Se puede ser igual después de esa experiencia?
Y para darle el toque latino-estadounidense al ambiente, la música que predomina es el swing, mambo, blues y danzón, composiciones originales de Lalo Guerrero. Asimismo la escenografía es de Sergio Villegas, la cual recrea visualmente las calles por donde iban las pandillas, la cárcel de hombres, el juicio y el hogar de Reyna.
Zoot suit se presenta hasta el 21 de abril en el Teatro Julio Jiménez Rueda. Jueves, viernes y sábados a las 19:00 horas, y los domingos a las 18:00 horas.
Fuente: (cronica.com.mx/María Teresa Adalid)
