La calma (Serpenteante corriente)

Esta calma sosegada
se ha empeñado en lastimarme,
pues sabe que puede darme
la soledad tan buscada;
pues contemplo la bajada
rijosa del, ¡Hasta luego!
sin musitar ningún ruego,
sin sollozar una queja,
sabiendo pues que se aleja
la corriente donde abrevo.

Esta calma silenciosa,
corriente que me domina,
cuanto, cuanto se empecina
y sobre de mi ser desglosa
la nostalgia que solloza
su cantar enardecido,
que doblega mi sentido
y mis argucias destroza.

Esta calma enardecida
me convence a relajarme,
para que pueda entregarme
sin pautas a esta salida;
donde se pierde la vida
donde se acaba el coraje,
donde ya no hay hospedaje
donde termina el camino,
donde yace el peregrino
donde se tira el bagaje.

Esta calma displicente
que avanza con real empeño,
me ha sumido en su beleño
de agua tibia, de´esa fuente,
donde se baña la gente
que ya no quiere vivir,
ahí no podre convivir
por necio e impertinente.

6 de Mayo del 2009.

Leave a Reply